Su estado físico, que en el momento de su salida de prisión era lamentable, también ha mejorado significativamente, según explicó. "Vine menos cero en todas mis capacidades", refiriéndose a su estado emocional, psicológico y físico al salir del Sistema Penitenciario de Nicaragua. Sin embargo, gracias al apoyo de Dios y de las oraciones de su comunidad, ahora se encuentra en un 90 % de recuperación, dijo. "En Roma he venido consiguiendo la paz interior que tanto necesitaba", señaló esta semana.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Ciudad del Vaticano, Roma

Tras más de un año de su excarcelación y desplazamiento forzado hacia el Vaticano, monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, compartió por primera vez una reflexión amplia sobre su experiencia de encarcelamiento y liberación. En una entrevista exclusiva con el medio católico EWTN Noticias, Álvarez ofreció detalles profundos sobre su situación, su recuperación física y emocional, y su constante cercanía con la fe.
Álvarez, quien pasó 17 meses bajo la custodia del régimen del régimen sandinista de Daniel Ortega y su esposa y copresidenta Rosario Murillo, tras ser extraído y arrestado en agosto de 2022, reconoció que su excarcelación en enero de 2024 -en un vuelo con tres paradas- fue un acontecimiento que consideró "una acción sobrenatural de Dios". Esta declaración reflejó la magnitud espiritual de un proceso que no solo significó su libertad física, sino también un retorno a una paz interior que, según él, tanto necesitaba tras el sufrimiento y la incertidumbre vividos en prisión.
Con la cercanía y franqueza que lo caracterizan, el obispo compartió con la corresponsal Paola Arriaza Flynn cómo su proceso de recuperación avanza. "Un año después, puedo decir que estoy un 90 % recuperado", reveló. Sin embargo, más allá del aspecto físico, Álvarez expresó que su mayor lucha fue recuperar su paz espiritual. Durante su estadía en Roma, explicó, "he venido consiguiendo la paz interior que tanto necesitaba", destacando que su tiempo en la capital italiana le ha permitido reconstruir aspectos esenciales de su bienestar emocional y psicológico.
Sobre su estado actual, monseñor Álvarez detalló que no se considera en exilio, sino en "la diáspora", una experiencia que define como liberadora. Para él, esta liberación es mucho más que un traslado geográfico; es una reafirmación de su fe y de su propósito como líder espiritual. "Yo no me siento exiliado, sino liberado", insistió Álvarez, una declaración cargada de significado, pues el éxodo que vive junto a casi un millón de nicaragüenses es un concepto que, en su mirada, fortalece la fe y la esperanza. A pesar de su desplazamiento forzoso, y tras ser exhibido por el Sistema Penitenciario de Nicaragua (SPN) entre montajes y violaciones a sus derechos humanos en noviembre de 2023, él sigue siendo el obispo de Matagalpa y el administrador apostólico de Estelí, roles que desempeña con el mismo compromiso, aunque desde la distancia física de Roma.
Durante la entrevista, el obispo también hizo una reflexión profunda sobre su relación con el Papa Francisco. Expresó que Jorge Mario Bergoglio lo había animado a continuar con sus responsabilidades eclesiásticas, a pesar de la situación en Nicaragua. La cercanía de Álvarez con el Papa ha sido un apoyo fundamental, especialmente en momentos de angustia, dice Álvarez. En sus palabras, el Papa "quiere que siga siendo ordinario de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí aun estando en la diáspora". Durante la entrevista también subrayó la calidez y generosidad del Papa Francisco, quien, según él, le ha brindado una "bondad inmensa".
A lo largo de su testimonio, el obispo dejó claro que su fe fue el pilar que lo sostuvo durante su encarcelamiento, sin hablar sobre el juicio organizado por el sistema que controla el oficialista frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En las duras noches de incertidumbre, la oración fue su refugio. "Lo que me sostuvo fue la oración", afirmó, asegurando que, a pesar de la oscuridad de su cautiverio, nunca perdió la esperanza. Para él, la liberación no fue un acto solo de voluntad, sino una bendición divina que se gestó gracias a la constante fe de él mismo y de su pueblo. "Sufrí esa experiencia por mi fe en una iglesia santa, católica y apostólica", comentó. "Aún en los momentos en que la esperanza se vuelve oscuridad, tenemos que creer firmemente que Dios va actuando en la historia", añadió.
"Siempre he tenido este apego por lo cultural, por lo nuestro, por lo nicaragüense, por lo que soy y por el origen de dónde vengo, que uno no debe de olvidarlo", aclaró. "Soy un hombre de esperanza y mi pueblo es un pueblo de esperanza", declaró.
Su estado físico, que en el momento de su salida de prisión era lamentable, también ha mejorado significativamente, según explicó. "Vine menos cero en todas mis capacidades", refiriéndose a su estado emocional, psicológico y físico al salir del centro de reclusión. Sin embargo, gracias al apoyo de Dios y de las oraciones de su comunidad, ahora se encuentra en un 90 % de recuperación.
En cuanto a la situación que enfrenta la iglesia en Nicaragua, el obispo compartió con nostalgia y valentía su percepción. A pesar de los desafíos, insistió en que el pueblo nicaragüense sigue siendo un pueblo de esperanza. En ese sentido, Álvarez rememoró una carta pastoral de Francisco dirigida a las y los nicaragüenses en abril de 2023, en la que el Pontífice les instaba a confiar en la Providencia divina, incluso en los momentos más oscuros.
Recordó con cariño el gesto del Papa Francisco en 2018, cuando en una visita a Roma, el Pontífice lo recibió calurosamente tras un largo tiempo de espera. Este momento, según Álvarez, representó un punto de conexión espiritual y afectiva con el Papa, un vínculo que se afianzaría aún más a lo largo de los años.
Álvarez, quien creció en una familia campesina y devota en Managua, reconoció que su vocación al sacerdocio fue algo natural desde su niñez. Desde sus primeros años, el deseo de servir a la iglesia católica se vislumbraba en su vida, incluso mientras jugaba a ser sacerdote junto a sus amigos. Tras un discernimiento en el Seminario de la Asunción en Guatemala, finalmente decidió abrazar el camino sacerdotal, dejando atrás su posible futuro matrimonial. En su ordenación, decidió no hacerlo en Roma, sino en la Catedral Inmaculada Concepción de María en Managua, junto a su pueblo, un gesto que reflejó su profundo amor por su tierra natal.
A pesar de la distancia que ahora lo separa de su amada Nicaragua, monseñor Álvarez no deja de ser un líder espiritual para su comunidad. En Roma, continúa su labor pastoral, aunque con un enfoque distinto, guiado por la oración y la reflexión, principalmente. En este nuevo capítulo de su vida, se ha dedicado a la paz interior, un proceso que se ve como una forma de fortalecer su fe y su esperanza para seguir cumpliendo con su misión de líder religioso.
Con un profundo sentido de gratitud y un mensaje claro de esperanza -pero sin brindar declaraciones sobre la confiscación reciente de la Residencia Episcopal de la Diócesis de Matagalpa, el Centro Diocesano de Pastoral La Cartuja y el Seminario Mayor de Filosofía San Luis Gonzaga-, monseñor Rolando Álvarez sigue siendo un faro de luz para muchos nicaragüenses, que, a pesar de las adversidades, dentro y fuera del territorio nacional, nunca pierden la fe.
Desde el año 2022, al menos 74 líderes religiosos han sido detenidos arbitrariamente en Nicaragua, muchos de ellos sin garantías judiciales ni el debido proceso, según un informe del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más. Además, el régimen sandinista ha clausurado casi 900 asociaciones religiosas y prohibido miles de procesiones y festividades, afectando directamente la libertad de culto en el país.
Monseñor Carlos Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), fue desterrado en noviembre de 2024 tras denunciar boicots a sus misas. Otros 200 religiosos también fueron desterrados desde 2018. A pesar de todo ello, monseñor habla cómo si nada grave le pasó o está pasando. Exiliado. Desterrado. Desplazado. Expatriado. Expulsado. Deportado. Confinado. Vetado. Sinónimos de la realidad de Álvarez y millones más.
En COYUNTURA, cada noticia y día de trabajo es un acto de valentía respaldado por personas, procesos, fuentes, documentos y perspectivas confiables, contrastadas y diversas, aunque muy a menudo debemos proteger la identidad de quienes informan y/o comentan. Pero la censura, la crisis económica y los obstáculos estatales y de seguridad no detienen a nuestra Redacción; seguimos informando con determinación, desde Centroamérica. Si has sufrido violaciones a tus derechos por un Estado centroamericano, o si quieres contar una historia, contáctanos a través de direccion@coyuntura.co o mediante la burbuja de mensajes en la parte inferior del medio.
Por otro lado, no te pierdas AULA MAGNA, nuestra radio en línea y plataforma de podcasts para la región y su gente, donde el periodismo y el entretenimiento se fusionan las 24 horas del día.
Juntos, construimos el puente de la verdad y la democracia, por eso ten en consideración adquirir una membresía de nuestro programa para socias y socios, con beneficios y servicios digitales únicos.
Comments