El espionaje a través de las redes sociales amenaza la libertad de expresión en Nicaragua cada vez más, dejando a opositores y trabajadores del Estado bajo una sombra de vigilancia constante. Un joven que huyó del país confirma las acusaciones y revela cómo sus publicaciones en Facebook desataron una peligrosa persecución. Expertos alertan sobre el alarmante panorama que enfrentan las y los nicaragüenses en la profundidad de la web.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
En Nicaragua, la libre expresión y el derecho a la oposición política están bajo amenaza constante a través de un sutil pero efectivo método de vigilancia: el espionaje en redes sociales digitales. Opositores y trabajadores del Estado se encuentran bajo el escrutinio de las autoridades sandinistas debido a sus publicaciones en diversas plataformas digitales, lo que ha desencadenado la preocupación sobre los derechos y libertades civiles en el país centroamericano, en medio de la persecución de la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo, cada vez más cruda y compleja.
Recientemente, un joven nicaragüense, a quien llamaremos "Edwin" por su seguridad, dejó el país el 01 de mayo de este año auxiliado por un permiso humanitario para escapar de la persecución que sufrió tras denunciar públicamente el asedio y la represión por parte de la Policía Nacional y paramilitares en su cuenta de Facebook.
Edwin, joven de 25 años perteneciente a la comunidad parroquial San Juan Bautista de Sutiaba, en el municipio de León, narró cómo las autoridades comenzaron a investigarlo después de que publicara sobre el asedio policial a las procesiones religiosas durante la Semana Santa de este año, cuando la administración orteguista prohibió las celebraciones litúrgicas y culturales encabezadas por la iglesia católica. Sus publicaciones contra la represión del régimen de Ortega y Murillo le valieron ser objeto de vigilancia, y un amigo le advirtió que estaba siendo seguido y que enfrentaba acusaciones infundadas por sus opiniones, como ya se han reportado varios casos en el país, utilizando legislaciones en base a "ciberdelitos" o supuesta "traición a la Patria".
El descontento con el sandinismo y la actual administración no es un secreto en Nicaragua, y Edwin recordó cómo en 2018, los jóvenes de León se opusieron al régimen, pero la respuesta fue implacable: represión, amenazas y exilio forzado. Él y dos miembros más de su comunidad se vieron obligados a huir para salvar sus vidas debido a la persecución por compartir información de medios opositores en sus redes sociales hasta la fecha.
Los hilos del espionaje digital
Según un expolicía que desertó en el año 2022 y vive actualmente en el exilio, la vigilancia digital a opositores comenzó en 2019, cuando la administración de Ortega consolidó su control sobre el país, pero no sobre las redes sociales. Actualmente, el equipo político y de inteligencia del gobierno son los encargados de monitorear las publicaciones en redes sociales de opositores y trabajadores del Estado, buscando "posibles amenazas a la estabilidad del régimen".
Una de las redes de vigilancia más relevantes es la de la Juventud Sandinista (JS), sin embargo, la Policía orteguista muestra cierta desconfianza hacia ellos. Por esa razón, el régimen Ortega-Murillo ha buscado el apoyo de sus políticos y activistas más fieles, estudiantes de diversas instituciones, así como organismos gubernamentales, como el Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUNN), el Tecnológico Nacional (INATEC), la Alcaldía de León, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación y operadores del departamental del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), para espiar y reportar cualquier actividad considerada "subversiva" en redes sociales y hasta en los medios de comunicación independientes.
Además, el régimen ha recurrido a cuentas falsas para espiar y recopilar información sobre los opositores y sus actividades, de forma coordinada. Estas cuentas en redes como Facebook, Twitter e Instagram se infiltran en comunidades digitales o grupos de oposición, alertando a la administración sandinista sobre cualquier acción que perciban como una "amenaza" a su poder.
Expertos en ciberseguridad consultados para este reporte han advertido sobre los peligros de la vigilancia en la profundidad de la web. Recomiendan a los usuarios estar alerta y aprender a identificar a sus contactos, amigos y seguidores en plataformas de redes sociales, ya que estas han sido infiltradas por elementos represivos del gobierno.
"Estas orejas monitorean una larga lista de sitios web y páginas de noticias que han sido creadas desde el 2018, y que han tenido buena aceptación en las plataformas de redes sociales. Este tipo de vigilancia puede alertar al gobierno sobre las últimas noticias que se publican de orden político, social y religioso y que son identificadas como una amenaza o peligro para el régimen", manifestó una fuente.
En ese sentido, la libre expresión y el derecho a la privacidad en línea están en riesgo, y las publicaciones en redes sociales se han convertido en un arma de doble filo para aquellos que expresan opiniones disidentes en Nicaragua.
El uso de redes sociales para vigilancia y persecución de opositores y trabajadores del Estado ha generado un ambiente de temor y censura en Nicaragua. Edwin, el joven que dejó el país en busca de refugio humanitario, es solo un ejemplo de aquellos que enfrentan la represión por ejercer su derecho a la libre expresión.
La situación en Nicaragua es alarmante y plantea interrogantes sobre la protección de los derechos y libertades civiles en la era digital. Mientras tanto, expertos en ciberseguridad advierten sobre la necesidad de mantenerse vigilantes y proteger la privacidad en línea ante un gobierno que no duda en espiar a sus ciudadanos en un intento por mantener su control.
Con información de Voces En Libertad
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