Familiares de Suyen Barahona, presa política y dirigente de la Unidad Democrática Renovadora (UNAMOS), piden al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que permita, al menos, que la activista nicaragüense realice una llamada telefónica desde la celdas en donde se encuentra retenida con el fin de comunicarse con su hijo de cinco años, a 467 días de su detención e incomunicación. Barahona fue encarcelada y sentenciada a ocho años de cárcel por "conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional". "Desde hace 15 meses, Suyen Barahona, mi esposa, no ha tenido contacto con su hijo de cinco años. El niño salió de Nicaragua después de que su madre fue encarcelada", explicó César Dubois, cónyuge de Barahona.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Política y derechos humanos
Managua, Nicaragua
Huelgas de hambre, dibujos y mensajes, cartas o mensajes para la ciudadanía y sus familiares. Las y los presos políticos en Nicaragua, al igual que sus familias, han utilizado varias estrategias para interceder ante la penuria que se vive en las cárceles del régimen Ortega-Murillo. En esta ocasión, la exigencia en redes sociales gira en torno a Barahona, presidenta de UNAMOS, quien fue detenida el 13 de junio de 2021 en Managua. Llevada a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), en donde guarda prisión desde entonces, solo ha sido presentada a la opinión pública una vez, frente a las cámaras oficialistas, cuando se evidenció un desmejoramiento en su estado de salud y más irregularidades en su proceso judicial.
"Nos unimos para demandar al Gobierno de Nicaragua y a las autoridades que el niño pueda comunicarse con su mamá; se trata de un derecho fundamental de ambos", expresó Dubois en un vídeo que daba apertura a la campaña, cuyo objetivo es "que se le conceda al menos una llamada" a Suyen.
"Invitamos a la comunidad internacional, sociedad civil, activistas y medios de comunicación a sumarse a nuestro clamor. Buscamos que la solidaridad de las personas pueda ayudar para que esta llamada sea posible", agregó Dubois.
Al igual que en el caso de Barahona, el régimen nicaragüense ha impedido que varias presas y presos políticos tengan contacto con sus hijos. La situación es tan inhumana que Miguel Mora, periodista y fundador del confiscado Canal 100 % Noticias, así como la también activista de UNAMOS, Tamara Dávila, iniciaron una huelga de hambre para que la administración sandinista les permitiera ver a su hijo e hija, respectivamente. Tras 40 días de privarse de la poca alimentación que se les da, lograron su cometido.
Actualmente Miguel Mendoza, periodista deportivo, crítico del régimen Ortega-Murillo también inició una huelga de hambre para poder ver a su hija de ocho años, una acción que pone en riesgo su vida, como lo ha denunciado el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).
Su familia denuncia un deterioro en su salud, afectaciones emocionales en él y en la menor, y once recursos introducidos por el abogado defensor ante el sistema judicial sin ninguna respuesta oficial.
Mendoza es paciente crónico y ha perdido más de 30 libras desde su detención el 21 de junio de 2021; también fue condenado por "conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional" y se le impusieron nueve años de cárcel.
Tanto Barahona como Mendoza exigen una acción legitima. La exigencia comienza a replicarse en las redes sociales del país y en la voz de la comunidad internacional. "Déjenme ver los ojos y la sonrisa de mi hijo. Déjenme escuchar su voz y su risa. Déjenme decirle que lo amo. Es el derecho de todo niño escuchar que su madre lo ama", expresó Barahona durante la última visita que sus verdugos permitieron el pasado 28 de agosto.
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