Políticas de bienestar social, político y cultural; de empleo, seguridad, salud y competencia laboral; inversión en educación, infraestructura, tecnología, salud, medio ambiente, justicia y seguridad; y espacios libres de discriminación, violencia y abusos. Falta mucho para que el país centroamericano llegue a un punto de partida para el desarrollo. Pero, ¿qué necesitan realmente las niñas, los adolescentes y adultos nicaragüenses para ser plenamente felices?
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
Nicaragua, una nación de impresionante belleza natural, rica cultura, amplia gastronomía, exótica fauna y ciudadanía excepcional, se encuentra atrapada en una crisis múltiple que ha sacudido los cimientos de la sociedad y su forma de vida desde abril del año 2018. Lo que comenzó como protestas contra la inacción del Estado ante un incendio de grandes proporciones en una reserva natural y posteriormente contra reformas al sistema de Seguridad Social, se transformó rápidamente en una ola de manifestaciones en contra de la administración de Daniel Ortega y su esposa, la vicemandataria Rosario Murillo, quienes, además de cometer crímenes y abusos contra la población desarmada, ya no logran satisfacer las necesidades humanas básicas -establecidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)- de las y los nicaragüenses. Desde entonces, la nación ha sido testigo de un deterioro constante en sus condiciones sociales, políticas, económicas, constitucionales y hasta identitarias, dejando a sus habitantes luchando por encontrar la felicidad en medio del caos, y contra todo pronóstico.
En ese sentido, el Informe Mundial de la Felicidad de 2024 ofrece una visión general de cómo la percepción de la alegría y la plenitud se ha visto afectada en Nicaragua en comparación con otras naciones del mundo y de Centroamérica. Aunque el país se encuentra ahora en el puesto 43 de 143 naciones evaluadas, superando solamente a Honduras pero quedando detrás de Guatemala, El Salvador y Costa Rica, su comportamiento en dicho índice global -fruto de la colaboración entre Gallup, el Oxford Wellbeing Research Centre, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU y un consejo editorial independiente- ha sido cambiante, y la mejor posición desde 2013, obtenida en 2018 (puesto 41), no ha retornado desde entonces. Por el contrario, la puntuación ha empeorado. Ha llegado hasta 55 (2021) y 65 (2013) en los últimos 10 años. Este descenso refleja la creciente preocupación y descontento entre las y los nicaragüenses con respecto a su calidad de vida.
Para entender el impacto de esta crisis en la percepción del bienestar y la dicha de las y los nicaragüenses, nos hemos reunido con representantes de diferentes generaciones, desde niños hasta adultos mayores, para escuchar sus experiencias, aspiraciones y perspectivas. La pregunta central ha sido: ¿Qué consideras que falta en tu vida y en la de tus familiares más cercanos para alcanzar una felicidad razonable?