El incidente que ha obstaculizado la venta de boletos aéreos en Nicaragua durante las últimas horas es un claro ejemplo de cómo la represión del régimen Ortega-Murillo puede tener consecuencias devastadoras para sectores clave de la economía. La equivocación de confundir a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) con una oenegé local y cerrar sus cuentas bancarias no solo demuestra la falta de conocimiento de las autoridades, sino también su indiferencia hacia el impacto de sus decisiones en la vida de las y los nicaragüenses, quienes al cierre de este texto no pueden adquirir de forma regular los servicios de aerolíneas y agencias de viajes.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
El reciente error del régimen sandinista de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo al incluir a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) en la lista de 1,500 organizaciones no gubernamentales clausuradas el pasado lunes 19 de agosto de 2024, ha generado un impacto significativo en el sector turístico y económico de Nicaragua. Este incidente, que refleja una grave confusión y falta de conocimiento por parte de las autoridades, ha paralizado la venta de boletos aéreos en el país centroamericano y puesto en riesgo la operación de numerosas agencias de viajes, según fuentes consultadas por este medio. La IATA, fundada en 1945 y con sede en Montreal, Canadá, es un organismo esencial en la regulación del transporte aéreo global. Representa a 320 aerolíneas que cubren el 85 % del tráfico aéreo mundial, y no es una oenegé, como aparentemente creyeron las autoridades nicaragüenses, quienes no han brindado declaraciones al respecto hasta la fecha. La organización desempeña un papel crucial en la normalización de procedimientos y la gestión financiera de la industria aérea, incluyendo la emisión de códigos de reservas y la consolidación de pagos entre agencias de viajes y aerolíneas. Acá explicamos las implicaciones.
Error monumental con consecuencias devastadoras y millonarias
La decisión de cerrar las cuentas bancarias de la IATA en Nicaragua ha sido catalogada como un error monumental por diversos actores del sector turístico y político. Un empresario, que prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias, declaró al equipo de COYUNTURA que esto además de ser un "evidente fallo" también es una "locura" y "estupidez". Esta acción no solo refleja una profunda falta de conocimiento sobre el funcionamiento del sector aéreo en general, sino que también afecta directamente a pequeños y medianos empresarios que dependen de la venta de boletos aéreos para subsistir. "Un disparate no saber ni lo que hacen", añadió la fuente.
En ese sentido, el impacto de esta medida fue inmediato. Avianca, una de las principales aerolíneas que opera en Nicaragua, fue la primera en reaccionar retirando su inventario de boletos y orientando a las agencias de viajes a que gestionen las ventas directamente a través de su sitio web. Este movimiento no solo complicó las operaciones de las agencias, sino que prácticamente paralizó la venta de boletos aéreos de otras aerolíneas, que hasta la fecha no han emitido una respuesta oficial.
Importancia de la IATA y el BSP
La IATA es mucho más que un simple regulador del transporte aéreo. A través de su sistema Billing and Settlement Plan (BSP), actúa como un intermediario financiero entre las agencias de viajes y las aerolíneas, facilitando la emisión de boletos y centralizando los pagos. Este sistema reduce el riesgo financiero para las agencias y garantiza un flujo eficiente de dinero entre las partes involucradas. Aunque se desconoce hasta la fecha cuantas empresas son las afectadas, la suspensión de las operaciones del BSP en Nicaragua deja a las agencias de viajes sin su principal herramienta para la venta de boletos aéreos, lo que resultará en pérdidas económicas significativas y una reducción drástica de su capacidad operativa.
Un operador de viajes consultado por la Redacción de COYUNTURA explicó la magnitud del daño. Esta situación deja prácticamente al mínimo las ventas de boletos para las agencias nicaragüenses con certificación IATA, porque es la principal plataforma de emisión mundial. El perjuicio económico es grande, porque no existe la posibilidad en este momento de calcular de cuánto será la perdida, o si se prolonga. Pero es grave y afecta de gran manera; merma completamente la capacidad operativa y deja al sector nicaragüense en una situación de incertidumbre respecto al saldo negativo que esto generará. Además del impacto en la venta de boletos, las agencias de viajes se enfrentan a la incertidumbre sobre la recuperación de la fianza anual que deben pagar a la IATA para acceder a su plataforma. Este monto, que oscila entre 35,000 y 50,000 dólares dependiendo del nivel de riesgo asignado por la organización, es una parte crucial del capital de trabajo de estas empresas, en la región y el mundo. La falta de claridad sobre el destino de estos fondos añade una capa adicional de preocupación en un sector ya golpeado por las políticas represivas de la administración nicaragüense.
Torpeza que afecta al sector turístico
El cierre de las cuentas de la IATA no solo afecta a las agencias de viajes, sino que también tiene repercusiones más amplias en el sector turístico de Nicaragua. La incapacidad de las agencias para emitir boletos aéreos limita severamente la llegada de turistas al país, un golpe devastador para una industria que ya estaba luchando por sobrevivir en un entorno económico y político complicado. El régimen Ortega-Murillo ha mostrado en repetidas ocasiones una tendencia a actuar sin considerar las consecuencias de sus decisiones. Este error, sin embargo, ha dejado expuesta una profunda falta de entendimiento de la importancia de actores internacionales como la IATA para el funcionamiento de la economía nacional, y el impacto general del cierre masivo e injustificado de más de 5,000 organizaciones no gubernamentales desde 2018. Las repercusiones de esta decisión son profundas y duraderas, no solo para las agencias de viajes y las aerolíneas, sino para toda la cadena de valor del turismo en Nicaragua, y la ciudadanía.
Según David Hernández, gerente de IATA para Centroamérica, Cuba, Ecuador y Venezuela, la organización está evaluando la situación junto con su equipo de asesores legales para encontrar una solución que permita la continuidad de las operaciones del BSP en Nicaragua. Sin embargo, hasta que no se resuelva este conflicto, las agencias de viajes nicaragüenses seguirán enfrentando una parálisis en la venta de boletos aéreos, lo que podría llevar a una contracción significativa en sus ingresos y poner en peligro la viabilidad de sus negocios.
Este incidente subraya la fragilidad del sector privado en Nicaragua frente a un Estado e instituciones que están dispuestas a sacrificar la estabilidad económica del país en su afán por mantener el control político. Mientras tanto, los empresarios del sector turístico y las agencias de viajes siguen esperando una solución que permita restaurar la normalidad en sus operaciones y evitar mayores pérdidas económicas, cuando las repercusiones de la pandemia de Covid-19 y la crisis múltiple desde 2018 no han sido subsanadas.
El equipo de COYUNTURA intentó comunicarse con la Empresa Administradora de Aeropuertos Internacionales (EAAI) y la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), entes controlados por el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), para obtener declaraciones al respecto, y la estrategia oficialista para que la cadena de servicios retorne a la normalidad. Sin embargo, el Estado no ha comunicado al respecto, a pesar del caos que la situación ya comienza a generar, según personas que buscan acceder a los servicios aéreos.
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