Los resultados oficiales de la elección legislativa del pasado domingo 04 de febrero de 2024 confirmaron la abrumadora victoria del partido Nuevas Ideas (NI), liderado por el presidente Nayib Bukele. Con 54 de 60 diputados, el partido oficialista consolidó su control en la Asamblea Legislativa para otro período. También lo hizo el mandatario, como se esperaba, sobre la Constitución. Sin embargo, críticos señalan que las reformas electorales de último momento favorecieron a NI, utilizando la fórmula D'Hondt y reduciendo el número de escaños. "En esta elección hubo chanchullo", denunció la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Por Jairo Videa | @JairoVidea
San Salvador, El Salvador
En medio de un clima de incertidumbre y descontento, defensores de derechos humanos, analistas políticos, opositores y periodistas independientes han dirigido fuertes críticas hacia el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de El Salvador, acusándolo de no cumplir con su rol constitucional y de socavar la integridad del proceso electoral del pasado domingo 04 de febrero de 2024. Múltiples irregularidades, desde fallas en el sistema de conteo de votos hasta vínculos cuestionables con el Gobierno del ahora presidente reelecto inconstitucionalmente Nayib Bukele, han alimentado la desconfianza en el sistema democrático del país centroamericano. Gabriela Santos, directora del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (IDUCA), expresó en una reciente entrevista que el TSE ha perdido la confianza de la ciudadanía al no garantizar la "integridad electoral". Señaló que, ante las anomalías, las y los magistrados no han proporcionado explicaciones claras, incumpliendo su deber de rendir cuentas. "El Tribunal Supremo Electoral tiene un rol de árbitro, de control, y ante todas esas anomalías no ha sabido dar explicaciones", manifestó Santos.
Entre las irregularidades denunciadas por periodistas, medios independientes y la oposición de Nuevas Ideas y Bukele, se dieron graves fallas en el sistema de conteo de votos, multiplicidad de votos a favor del partido oficialista, papeletas sin doblar, marcas con plumón, diferencias en el número de votos y en el padrón de firmas. Estos eventos han alimentado hasta la fecha la desconfianza y la percepción de falta de transparencia en el proceso electoral.
Una investigación periodística de Focos reveló que Ignacio Villagrán, jefe de la Unidad de Servicios Informáticos (USI) del Tribunal, trabajó para la Secretaría de Innovación de la Presidencia de Nayib Bukele antes de unirse al TSE. Esta conexión directa con el Gobierno ha generado críticas sobre la imparcialidad del personal clave dentro del organismo electoral. "Estamos hablando de una persona que viene de Casa Presidencial. Por supuesto que no podemos garantizar la imparcialidad y la independencia que debería caracterizar a funcionarios en un puesto tan importante como este", advirtió Gabriela Santos.
Por otro lado, Jonahtan Sisco, del equipo anticorrupción de Cristosal, agregó que el Tribunal no ha actuado con transparencia y ha perdido la credibilidad, incumpliendo su obligación de garantizar elecciones transparentes. Además, destacó la falta de acciones por parte del TSE ante posibles actos ilegales de candidatos, como propaganda anticipada, uso de fondos públicos para campaña y la violación del silencio electoral por parte de Nayib Bukele y su engranaje oficialista.
La Misión de Observadores de la Organización de los Estados Americanos (MOE/OEA) también emitió un comunicado denunciando irregularidades y actos de prepotencia por parte del partido oficialista durante el escrutinio final. Señalaron deficiencias en la capacitación de quienes digitaban los resultados, lo que provocó retrasos y diferencias en los tiempos de procesamiento. Jonahtan Sisco enfatizó que el TSE permitió que estas irregularidades se perpetuaran.
Ante las críticas, Dora Esmeralda Martínez, presidenta del TSE, defendió la actuación del Tribunal, rechazando las acusaciones y llamándolas "desinformación", y asegurando que la cadena de custodia de los paquetes electorales no se rompió, a pesar de que muchas cajas llegaron al escrutinio final rotas. Martínez argumentó que, a pesar de las fallas en el sistema informático, se lograron transmitir 6,015 actas de la elección presidencial el mismo domingo 04 de febrero.
En relación con las acusaciones sobre el jefe de informática del TSE, Martínez calificó la investigación periodística como "tendenciosa" y desvirtuó las críticas, alegando que se basaban en una única fuente interna y carecían de pruebas sólidas.
En una entrevista con Diálogo 21, Martínez descartó la posibilidad de un boicot durante el proceso electoral, atribuyendo las fallas a la falta de colaboración de los partidos políticos y a sustituciones de integrantes de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) hasta un día antes de las elecciones. Ante las críticas sobre la falta de respuesta a las irregularidades, la presidenta del TSE argumentó que esperan reforzar las capacitaciones para el personal de las JRV de cara a las próximas elecciones, en dos semanas.
Respecto a las fallas en la transmisión y procesamiento de resultados, Martínez indicó que se realizará una auditoría forense para determinar si fue un problema del sistema, de la conectividad o de la logística. Aunque no confirmó el fracaso total del sistema, subrayó que se transmitieron 6,015 actas, refutando la idea de un colapso del 80 %, mínimamente.
La presidenta del TSE también defendió la presencia policial durante el escrutinio final, atribuyéndola a la masiva afluencia de personas que llegaron "tendenciosamente" para dilatar el proceso. Además, desestimó las críticas de desinformación, acusando a los medios de comunicación de ser "militantes" y de participar en una "olimpiada de desinformación". En cuanto a los resultados electorales, la oficialización del triunfo abrumador del partido Nuevas Ideas en la Asamblea Legislativa ha generado controversia. Con 54 diputados de 60 posibles, el partido del presidente Nayib Bukele obtuvo una victoria avasalladora, dejando apenas seis diputaciones para la oposición, esa que está ya conformada por partidos de derecha y centro derecha, con únicamente tres diputados, según los resultados oficiales.
Por otro lado, la rapidez con la que Bukele se autoproclamó ganador el día de las elecciones, incluso antes de que el TSE proporcionara resultados preliminares, ha levantado suspicacias sobre la legitimidad de los comicios. Además, el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), después de tres décadas de representación en la Asamblea Legislativa, se quedó sin diputados, generando incertidumbre sobre su futuro político.
"Como un partido de derecha, un partido conservador, nos hemos sumado a la solicitud de la nulidad de las elecciones legislativas, porque vamos a ser siempre defensores de la democracia y de la libertad", dijo Carlos Saade, de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
El análisis de Edwin Segura, jefe de la unidad de datos de La Prensa Gráfica, sugiere que las reformas electorales de último momento, impulsadas por las y los diputados de Nuevas Ideas, tuvieron como objetivo mejorar el rendimiento del partido oficial. Según Segura, sin estas reformas, Nuevas Ideas habría obtenido un 17 % menos de escaños en la Asamblea.
La aplicación de la fórmula D'Hondt y la reducción de escaños y alcaldías mediante reformas electorales han sido objeto de críticas. Se argumenta que estas medidas favorecieron desproporcionadamente a Nuevas Ideas y socavaron la representación de partidos más pequeños. La falta de trasparencia y la rápida consolidación del partido en el poder han generado preocupaciones sobre la salud democrática de El Salvador. En resumen, la situación electoral en El Salvador se encuentra en una encrucijada, con denuncias de irregularidades, falta de transparencia y desconfianza en el Tribunal Supremo Electoral. La sociedad civil, observadores internacionales y la oposición exigen respuestas y acciones concretas para salvaguardar la integridad del proceso democrático en el país centroamericano.
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