La incertidumbre rodea ahora la investigación del trágico incidente. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de la administración estadounidense lidera el esfuerzo por desentrañar los detalles que llevaron al colapso del puente y la colisión del carguero. Con un extenso equipo de expertos y meses de trabajo por delante, se espera que la verdad salga a la luz, ofreciendo respuestas a las familias afligidas y justicia para los perdidos.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Baltimore, Maryland, Estados Unidos de Norteamérica
En la fría madrugada del miércoles 27 de marzo de 2024 en Baltimore, Maryland, Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), la tragedia golpeó con fuerza cuando el puente Francis Scott Key cedió ante el impacto de un carguero descontrolado. Seis trabajadores latinos, dedicados a labores de mantenimiento nocturno, se encontraban en el lugar del colapso. Hoy, mientras las autoridades luchan por recuperar los cuerpos atrapados en los restos del puente, la nación observa con consternación y tristeza. El trágico incidente ocurrió después de que un carguero de 984 pies de largo chocara con uno de los pilares del puente, desencadenando un colapso repentino que sumergió a varios trabajadores en las gélidas aguas del río. A medida que las autoridades han trabajado sin descanso en las operaciones de rescate, el dolor y la incertidumbre envuelven a las familias y comunidades de los desaparecidos. Las víctimas de esta desgarradora tragedia provienen de diversos rincones de América Latina, principalmente Centroamérica. Entre los trabajadores desaparecidos se encontraban Alejandro Hernández Fuentes, de 35 años, de Baltimore, y Dorlian Ronial Castillo Cabrera, de 26 años, de Dundalk, Maryland.
También se ha confirmado la identidad de Miguel Luna, un salvadoreño de unos 40 años, y Maynor Yasir Suazo Sandoval, un hondureño de unos 30 años, ambos con familias y sueños truncados por esta calamidad. El hallazgo de los cuerpos de Hernández Fuentes y Castillo Cabrera dentro de una camioneta roja sumergida en el río marcó un punto doloroso en esta búsqueda desesperada. Sin embargo, las operaciones de recuperación se han visto obstaculizadas por la complejidad de la estructura colapsada y las condiciones peligrosas para los equipos de buceo en el río, según medios de comunicación local. Aunque las esperanzas de hallar sobrevivientes ya no existe, las autoridades persisten en su compromiso de encontrar y recuperar a todos los trabajadores desaparecidos, aunque con las labores de búsqueda pausadas al cierre de este texto, hasta nueva orden.
La magnitud del desastre ha llevado a una investigación exhaustiva por parte de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que busca esclarecer las causas y responsabilidades detrás de este trágico suceso. Con la identificación de 56 contenedores de materiales peligrosos a bordo del carguero implicado, se plantean interrogantes sobre la seguridad y el manejo de la carga en las vías fluviales. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su solidaridad y apoyo a las familias afectadas, prometiendo asistencia consular y colaboración en las investigaciones en curso. Del mismo modo, los Gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador han extendido su mano amiga a las familias de los trabajadores desaparecidos, compartiendo el dolor de esta tragedia transnacional. A medida que se intensifican los esfuerzos de recuperación y se profundiza en la investigación, queda claro que la reconstrucción del puente Francis Scott Key será un proceso largo y arduo. El secretario del Departamento de Transporte de EE.UU., Pete Buttigieg, ha asegurado que se destinarán recursos federales para este fin, reconociendo la importancia crítica del puerto de Baltimore en la economía nacional y mundial.
Sin embargo, más allá de la reconstrucción física del puente, esta tragedia resalta la necesidad de una mayor atención a la seguridad y la protección de los trabajadores en todas las industrias. En un mundo donde la mano de obra migrante desempeña un papel vital pero a menudo invisible, la pérdida de vidas como resultado de accidentes evitables es inaceptable. En el corazón de esta tragedia yace una llamada urgente a la justicia y la responsabilidad. A medida que la nación llora a los trabajadores perdidos en las aguas turbias del río, también debe comprometerse a garantizar que tal devastación nunca vuelva a ocurrir de nuevo.
Tras el colapso del puente Francis Scott Key, las autoridades y expertos han estado proporcionando apoyo a las familias de las víctimas, preparándolas para lo que sigue. Carlos Suazo Sandoval, hermano de uno de los trabajadores desaparecidos de origen hondureño, mencionó que aunque las autoridades no han abandonado la búsqueda, el proceso de recuperación de cuerpos se retrasará hasta que se retiren los escombros del agua. Se les ha informado sobre el posible estado de los cuerpos, considerando la exposición a los escombros tras varios días desde el colapso, y se ha aceptado que es improbable encontrar más sobrevivientes, según fuentes consultadas por este medio.
Por otro lado, el gobernador de Maryland, Wes Moore, reconoció la magnitud de la tragedia y expresó condolencias a las familias de las víctimas durante una conferencia de prensa este jueves 28 de marzo de 2024. Destacó la importancia de la reconstrucción del puente, señalando la colaboración entre autoridades locales, estatales y federales para reunir fondos. Moore subrayó que la reconstrucción será un proceso prolongado que requerirá la participación de toda la comunidad, destacando la importancia de la solidaridad regional en el proceso de recuperación y reconstrucción, física y mentalmente.
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