En un discurso contundente, el sacerdote católico Uriel Vallejos señaló que, a lo largo de la actual crisis que ha enfrentado Nicaragua bajo el régimen sandinista de Daniel Ortega desde 2018, la falta de unidad entre las y los líderes opositores, y los bloques que buscan el poder, ha resultado en un escenario en el que, en lugar de avanzar hacia soluciones concretas, se han sumido en la inacción y el oportunismo político.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
San José, Costa Rica
En una mañana cargada de nostalgia y fervor, cientos de nicaragüenses exiliados se reunieron en Costa Rica para conmemorar el sexto aniversario de las históricas manifestaciones de 2018, que sacudieron los cimientos de la eterna administración sandinista de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo. En la parroquia San Isidro Labrador, del cantón Vázquez de Coronado, provincia de San José, Costa Rica, se llevó a cabo una misa que resonó con la voz y declaraciones del sacerdote nicaragüense desnacionalizado, Uriel Vallejos, quien no escatimó palabras para denunciar la fragmentación de la oposición y llamar a la verdadera unidad entre sus compatriotas.
Vallejos, desde su exilio en Costa Rica, alzó sus palabras con firmeza contra lo que describió como la "ambición" y el "egoísmo" de los líderes opositores nicaragüenses. En un país marcado por seis años de crisis política y social, el sacerdote lamentó amargamente la falta de cohesión entre aquellos que, en teoría, buscan el mismo fin: la libertad y la justicia para Nicaragua. E instalarse en el poder, cuando los Ortega-Murillo dejen el control estatal.
El escenario de la parroquia San Isidro Labrador se convirtió en un punto de encuentro para la diáspora nicaragüense, quienes, lejos de olvidar su tierra natal, recordaron con dolor, música, oración y consignas a las víctimas de la represión gubernamental durante las protestas de 2018. La Asociación de Madres de Abril (AMA) de Nicaragua, entre otros organizadores, lideró la conmemoración bajo el lema "libertad, verdad, justicia y democracia", recordando así los principios por los cuales tantos han luchado y sufrido.
La voz de Vallejos resonó con fuerza durante la misa, instando a la reflexión sobre el estado actual de la nación nicaragüense. Con una analogía evocadora, el sacerdote cuestionó la multiplicidad de facciones opositoras, comparándolas con tribus dispersas, cada una con su propio líder y agenda, sin unificar esfuerzos para el bien común. En un llamado a la autocrítica, exhortó a combatir el egoísmo que impide la colaboración y solidaridad entre los distintos grupos y organizaciones que dicen representar al pueblo nicaragüense, sin verdadera diversidad y coherencia democrática.
Fotografías de Voces En Libertad:
Pero Vallejos no se limitó a señalar a las y los líderes políticos. También arremetió contra aquellos organismos que, en su opinión, explotan el sufrimiento del exilio nicaragüense para obtener beneficios financieros, o para sencillamente funcionar. Denunció el vacío entre las promesas de ayuda internacional y la realidad de los exiliados, quienes, según él, apenas reciben una fracción de lo prometido, si es que reciben algo en absoluto.
El sacerdote no titubeó al criticar lo que considera una falta de compromiso real por parte de algunos opositores, quienes, según él, viajan por el mundo ofreciendo discursos vacíos en nombre del pueblo nicaragüense, mientras que la situación en el país sigue deteriorándose, sin propuestas concretas y cambios sustanciales, dentro o fuera del territorio. Refutó las acusaciones de aquellos que señalan a la iglesia católica por su supuesto silencio frente al régimen, recordando los "sacrificios y sufrimientos" que han enfrentado los líderes religiosos en su lucha por la justicia y la libertad, al igual que otros grupos disidentes. Porque el orteguismo nos puso en el mismo saco a todos.
En un momento de profunda reflexión, Vallejos instó a sus compatriotas a dejar de lado las divisiones internas y buscar una unidad sincera. Seis años después del inicio de las protestas contra la administración Ortega-Murillo, el sacerdote católico lamentó que el sufrimiento del pueblo nicaragüense persista, no solo debido a las acciones del oficialismo y su aparato, sino también a la falta de solidaridad y empatía entre los propios ciudadanos.
La crisis política, social, económica, humanitaria e institucional que estalló en abril de 2018 ha dejado cicatrices profundas en el tejido de Nicaragua. A pesar de las controvertidas elecciones de 2021, que reafirmaron el mandato de Ortega, la lucha por la democracia y la justicia continúa, alimentada por la determinación de aquellos que han sacrificado tanto en busca de un futuro mejor para su país. En medio de la incertidumbre y el sufrimiento, el mensaje de Vallejos resuena ya como un llamado a la acción y a la solidaridad. Más allá de las fronteras geográficas, las y los nicaragüenses en el exilio se deben unir cada vez más en la esperanza de un hoy y un mañana más justo y libre para la amada Patria.
En COYUNTURA, cada noticia y día de trabajo es un acto de valentía respaldado por personas, procesos, fuentes, documentos y perspectivas confiables, contrastadas y diversas, aunque muy a menudo debemos proteger la identidad de quienes informan y/o comentan. Pero la censura, la crisis económica y los obstáculos estatales y de seguridad no detienen a nuestra Redacción; seguimos informando con determinación, desde Centroamérica. Si has sufrido violaciones a tus derechos por un Estado centroamericano, o si quieres contar una historia, contáctanos a través de direccion@coyuntura.co o mediante la burbuja de mensajes en la parte inferior izquierda del medio.
Por otro lado, no te pierdas AULA MAGNA, nuestra radio en línea y plataforma de podcasts para la región y su gente, donde el periodismo y el entretenimiento se fusionan las 24 horas del día.
Juntos, construimos el puente de la verdad y la democracia, por eso ten en consideración adquirir una membresía de nuestro programa para socias y socios, con beneficios y servicios digitales únicos.
Kommentare