La historia del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE) y su impacto en América Latina no será fácil de olvidar. La confiscación de su campus nicaragüense y su conversión en un centro oncológico marca el fin de una era en la educación empresarial en el país centroamericano.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
El anuncio del régimen de Daniel Ortega sobre la construcción del Centro Oncológico Nacional "Dr. Juan Ignacio Gutiérrez Sacasa" en el confiscado campus del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), oficializado la tarde de hoy, lunes 11 de noviembre de 2024, marca una nueva fase en la relación entre el oficialismo y el sector privado en Nicaragua. La instalación de este hospital especializado en oncología ocupará las instalaciones del campus Francisco de Sola, ubicado en la importante Carretera Sur de Managua, el cual fue confiscado en septiembre de 2023 tras la cancelación de la personalidad jurídica del INCAE bajo acusaciones de incumplimientos administrativos y financieros.
La confiscación del campus no fue un acto aislado. En los últimos años, la administración de Ortega ha cerrado más de 3,800 organizaciones no gubernamentales, varias universidades, medios de comunicación y entes bilaterales o regionales, intensificando la represión contra instituciones que simbolizan la educación y la gestión empresarial y del tercer sector. En el caso del INCAE, fundado en 1964 con el respaldo de la Harvard Business School y líderes empresariales centroamericanos y presidentes, el campus nicaragüense fue la sede de iniciativas para promover el desarrollo empresarial en toda América Latina, graduando hasta su clausura a más de 4,000 profesionales que hoy ejercen roles destacados en el ámbito público y privado, en todo el mundo. Sin embargo, desde 2018, el campus de Nicaragua operaba solo con oficinas administrativas, ya que las actividades académicas se habían trasladado a Costa Rica.
La cancelación de la personalidad jurídica de INCAE, el lunes 25 de septiembre de 2023, fue parte de una campaña más amplia de cierre de instituciones críticas en el país centroamericano, contabilizando hasta la fecha 30 entidades de educación superior confiscadas por el Estado. Según el extinto Ministerio de Gobernación, ahora Ministerio del Interior, la institución falló en presentar estados financieros y en promover la transparencia administrativa. INCAE ha denunciado que esta fue una maniobra política, pues el ente regulador, controlado por el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), rechazó recibir documentación de muchas organizaciones durante varios años, permitiendo así justificar su cierre por supuestos incumplimientos.
El Centro Oncológico Nacional, que será edificado en el confiscado campus, promete atender las crecientes necesidades de salud de la población nicaragüense en el ámbito oncológico. La construcción se llevará a cabo en cuatro fases, comenzando este lunes, coincidiendo con el cumpleaños del sandinista Daniel Ortega, y proyectando su finalización para diciembre de 2027.
Primera fase (noviembre 2024 - marzo 2025): Esta etapa abarca la construcción de un área de consulta externa con 30 consultorios en 9,100 metros cuadrados. Se espera que ofrezca atención en diversas especialidades oncológicas, incluyendo hematooncología, gineco-oncología y radio-oncología, entre otras. También contará con áreas de toma de muestras para laboratorio y equipos para cirugías menores y tratamientos como quimioterapia, con 50 sillones para este fin, además de alojamientos para hasta 150 pacientes y sus familiares.
Segunda fase (febrero 2026): A medida que avance la construcción, se incorporarán equipos de diagnóstico de imagen, como tomografía y resonancia magnética, así como un laboratorio clínico para biología molecular y un departamento de patología para estudios detallados en biopsias y citologías.
Tercera fase (noviembre 2026): Esta fase se enfocará en la instalación de servicios de emergencia y áreas de hospitalización. Se prevé la construcción de un edificio de dos pisos con 200 camas de hospitalización, 10 camas para cuidados intensivos y cinco para cuidados intermedios. También incluirá una sala de operaciones con seis quirófanos, proyectando realizar hasta 3,000 cirugías oncológicas al año.
Cuarta fase (diciembre 2027): Para el cierre del proyecto, se implementarán áreas para medicina nuclear y radioterapia avanzada. Se introducirá el primer ciclotrón del país, que permitirá la producción de sustancias radioactivas para diagnósticos y tratamientos.
La decisión de convertir el histórico campus de INCAE en un centro oncológico tiene implicaciones significativas y ha generado críticas tanto a nivel nacional como internacional. Para muchos, representa un golpe al empresariado nicaragüense, que había visto en INCAE un emblema de formación académica y desarrollo regional. La confiscación, además, cuestiona la seguridad y autonomía de instituciones educativas en el país, y es vista por los críticos del régimen como una estrategia para ampliar el control sobre los sectores educativo y empresarial en Nicaragua.
La comunidad de exalumnos y profesores ha expresado en varias ocasiones su preocupación por el cierre del campus en Nicaragua. Para INCAE, esta acción simbolizó no solo una pérdida material, sino también un retroceso en la promoción del liderazgo ético y responsable, fundamental para el desarrollo sostenible de la región. Además, la toma del campus eliminó un espacio que había servido como lugar de diálogo en el contexto de la crisis múltiple que comenzó en abril del año 2018, cuando miles de ciudadanos protestaron contra la administración sandinista. A pesar de estos esfuerzos por el diálogo, el Estado rápidamente cerró las puertas a cualquier negociación efectiva.
El proyecto de construcción del Centro Oncológico Nacional, anunciado en términos de infraestructura y modernización, surge en un contexto de fuertes tensiones políticas. Las inversiones del régimen en infraestructura médica, aunque necesarias, pueden interpretarse también como intentos de Ortega para mantener su influencia y legitimidad en sectores claves, en este caso, el sector salud. Además, la expropiación de INCAE ha desatado temores sobre el futuro de otras instituciones académicas y de organizaciones no alineadas con el gobierno en Nicaragua.
Para los defensores del régimen, la apertura del centro oncológico representa una expansión de los servicios de salud en el país, atendiendo una demanda de tratamientos especializados para miles de nicaragüenses. Sin embargo, la comunidad empresarial, educativa y los organismos de derechos humanos denuncian que el fondo de la cuestión es la anulación de una institución histórica. La confiscación de INCAE se suma a las cancelaciones de ONG y otros entes académicos, debilitando así el tejido institucional del país en un momento en el que la economía y la sociedad civil se enfrentan a un clima de represión y control que no cesa.
El oficialismo señaló que la edificación permitirá "80,000 atenciones oncológicas de hematooncología, Cirugía Oncológica, Gineco Oncología, Radio Oncología, Neurocirugía Oncológica, Urología Oncológica, Ortopedia Oncológica, Medicina Nuclear; Especialidades médicas de Medicina Interna, cirugía, anestesia, ginecología, infectología y pediatría, así como atenciones de cuidados paliativos a los pacientes con cáncer del territorio nacional".
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