El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que más de 250,000 nicaragüenses han abandonado el país centroamericano, impulsando el crecimiento de las remesas y manteniendo la estabilidad económica de cientos de familias, mientras también se oxigena el sistema dictatorial de Daniel Ortega.
Por Voces En Libertad | @VocesNi
Economía
Managua, Nicaragua
José Luis Peralta, de 32 años, mal vendió su casa en el reparto Villa Sol, ubicado al este de Managua, con el fin de financiar parte de los 15 mil dólares que le cobró un coyote por cruzarlo a Texas, Estados Unidos, junto a su esposa y tres hijos, de seis años, cuatro años y un bebé de brazos. Había perdido su trabajo como marinero en un crucero, en abril de 2020, a causa de la pandemia de Covid-19. Con la liquidación compró un horno y los equipos necesarios para montar una panadería. Durante dos años se esforzó por mantener el negocio a flote, hasta que las deudas lo acorralaron a tomar la decisión de emigrar, exactamente en junio de 2022.
"Yo nunca me he metido en política, pero por mi trabajo tuve la oportunidad de conocer, aunque sea por algunas horas, varios países del mundo y pude darme cuenta que en Nicaragua al gobierno no le interesa el bienestar del pueblo. A los políticos solo les interesa recibir sus grandes salarios y hacer sus negocios", expresa José Luis, desde una ciudad de Texas.
Él dice que muchas veces quiere olvidarse por completo de Nicaragua, pero también confiesa que no puede porque en el país quedaron su madre, hermanas y hermanos, a quienes apoya económicamente enviándoles mensualmente remesas bancarias.
"No es fácil dejar tu país. Pero es una lástima que pasan los años y la situación económica nunca mejora, por eso muchos buscamos otras tierras donde podamos ver el fruto del trabajo", opina Peralta, quien ahora labora como mesero en un restaurante. Es parte del poco más de medio millón de migrantes centroamericanos que ha llegado a Estados Unidos en lo que va de 2022, y también es parte de los 250 mil nicaragüenses expulsados de Nicaragua a raíz de la crisis sociopolítica surgida en abril de 2018, según las estimaciones del ACNUR. De esas personas, 100 mil han buscado refugio en Costa Rica, mientras que otras 150 mil han emigrado a EE.UU., España y otros países.
Entre enero y julio de 2022, las remesas familiares enviadas a Nicaragua reflejaron el fruto monetario de esa ola migratoria; alcanzaron un récord sin precedentes al registrar 1,670.6 millones de dólares. Un 38.4 % más que en el mismo período de 2021, según estimaciones del Banco Central de Nicaragua (BCN).
"El presidente del BCN continuamente destaca las cifras de las remesas porque es un dinero que viene a dar oxígeno y a dinamizar la economía, pero obviamente no hay un reconocimiento oficial por parte del régimen de que más remesas están llegando al país porque hay más gente huyendo de la dictadura", asegura el economista Juan Carlos Rodríguez. Agrega que el incremento de las remesas "es directamente proporcional a esa migración de nicaragüenses sin precedentes que salen huyendo de la represión de la dictadura y de la crisis sociopolítica que ha desatado el régimen en los últimos cuatro años".
Los flujos de remesas han crecido cada año desde 2018 y se prevé que continúen creciendo este. Manuel Orozco, experto en remesas y desarrollo del organismo Diálogo Interamericano, señala que Nicaragua tendrá un aumento significativo en las tasas de crecimiento de las remesas en 2022. Orozco explica que "en el 2022 se refleja un reajuste, pero básicamente en un contexto de continuidad de envío de dinero que está influida por el factor de la migración; la cantidad de gente que sigue saliendo es la que está ocupándose de enviar dinero y es la que explica en gran parte el crecimiento".
Las razones que tienen los ciudadanos para emigrar de Nicaragua están en conexión directa a factores económicos y políticos, según revelan datos de encuestas que cita un reciente estudio regional sobre migraciones titulado "La migración y la democracia: Alternativas entre la exclusión y expulsión". En este estudio, Orozco enfatiza que en Nicaragua la crisis política y económica provoca un masivo flujo de personas que deciden emigrar.
Entre las cinco principales razones que tienen las y los nicaragüenses para salir del país, según dicho estudio, destacan:
Desempleo
Creer que habría fraude en cualquier elección futura
Temores fundados tras las votaciones de 2021
Falta de confianza en las instituciones estatales
El empeoramiento de las condiciones económicas
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