El trasfondo del conflicto incluye un historial de quejas diplomáticas. Durante la administración de Laurentino Cortizo (2019-2024), la Cancillería panameña envió varias notas a la embajada de Nicaragua denunciando las actividades político-partidistas de Martinelli como una violación del derecho internacional. Aunque el gobierno actual del presidente José Raúl Mulino se ha mostrado menos enfático en el tema, también ha dejado claro que espera que la embajada nicaragüense en Ciudad de Panamá cumpla exclusivamente con su papel humanitario de asilo.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Ciudad de Panamá, Panamá
El gobierno de Panamá ha elevado su preocupación formal ante la embajada de Nicaragua por las actividades políticas y declaraciones del expresidente panameño Ricardo Martinelli, quien se encuentra asilado en la sede diplomática desde febrero de 2024. En una entrevista reciente, el canciller panameño Javier Martínez-Acha destacó que el Ejecutivo solicitó a la embajadora nicaragüense en Panamá, Consuelo Sandoval Meza, que la embajada se limite exclusivamente a sus funciones de asilo y no se convierta en un foco de reuniones políticas.
"La semana pasada convocamos a la embajadora de Nicaragua en Panamá y le expresamos nuestra preocupación por las expresiones que se dan dentro de la embajada", declaró Martínez-Acha a Telemetro hoy, miércoles 11 de diciembre de 2024. El canciller enfatizó que el Gobierno del presidente José Raúl Mulino comunicó a Nicaragua su posición respecto a las actividades de Martinelli y reiteró la necesidad de que la embajada cumpla exclusivamente con sus responsabilidades en materia de asilo.
Martinelli, quien gobernó Panamá entre 2009 y 2014, ha utilizado las redes sociales desde su refugio diplomático para opinar sobre temas de la política interna panameña, calificando su situación de asilo como resultado de una "persecución política". Estas declaraciones, así como las visitas de aliados políticos a la embajada, han generado tensiones entre ambos países.
El ministro de Economía de Panamá, Felipe Chapman, también expresó críticas públicas hacia Martinelli, acusándolo de “promover el caos” mediante sus publicaciones en redes sociales, en particular por sus comentarios sobre un proyecto de ley de reforma de la Seguridad Social que aún está en discusión en el Parlamento.
Esta no es la primera vez que la Cancillería panameña presenta protestas formales contra las actividades políticas del expresidente.
Durante el gobierno de Laurentino Cortizo (2019-2024), se enviaron varias notas diplomáticas en las que se manifestó un rechazo enérgico a las acciones de Martinelli por considerar que violan el derecho internacional al utilizar el asilo con fines político-partidistas.
Ricardo Martinelli buscó refugio en la embajada de Nicaragua el miércoles 07 de febrero de 2024, después de que se agotaran los recursos judiciales para evitar una condena de más de 10 años de prisión por blanqueo de capitales en el caso conocido como New Business. Además, el exmandatario enfrenta otras acusaciones graves de corrupción vinculadas a los casos Odebrecht, escuchas ilegales y las pesquisas sobre FCC que están relacionadas con el metro de Ciudad de Panamá.
A pesar de las solicitudes de Martinelli para obtener un salvoconducto que le permita trasladarse a Nicaragua, los gobiernos de Laurentino Cortizo y José Raúl Mulino han negado este documento debido a su situación judicial. El presidente Mulino, quien asumió el poder el 1 de julio de 2024, ha marcado distancia respecto a Martinelli, aunque designó en su gabinete a algunos funcionarios que formaron parte de la administración del expresidente.
José Raúl Mulino reemplazó a Martinelli como candidato presidencial del partido gobernante tras la inhabilitación del exmandatario. Aunque Mulino ha insistido en que su gobierno no está bajo la influencia de Martinelli, también ha reconocido su disposición para ayudar a su “amigo”. Este vínculo ha generado especulaciones sobre el peso que podría tener Martinelli en la administración actual.
Por su parte, el gobierno panameño ha asegurado que continuará respetando las convenciones internacionales y velando por que el asilo político de Martinelli no se desvirtúe en perjuicio de la diplomacia y el derecho internacional. Sin embargo, las acciones y declaraciones del expresidente desde su refugio diplomático continúan siendo motivo de tensión entre Panamá y Nicaragua, dejando abierta la posibilidad de nuevos desencuentros diplomáticos en el futuro.
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