El presidente de El Salvador ha anunciado un nuevo operativo militar en la provincia de Cabañas para "combatir a las pandillas y romper sus cadenas de suministro". La medida busca enfrentar la creciente presencia de "células terroristas" en dicha región, en medio de las crecientes críticas por el Régimen de Excepción que lleva ya más de un año, y el aumento de la popularidad del mandatario salvadoreño en otros países del continente americano.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
San Salvador, El Salvador
En la mañana de este martes 01 de agosto, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció un nuevo operativo militar en la provincia de Cabañas, a más de 60 kilómetros de la capital salvadoreña, con el objetivo de extremar las medidas impuestas desde el 27 de marzo de 2022, como parte del Régimen de Excepción para combatir a las pandillas, y poner fin así a la violencia que azota al país centroamericano desde hace varios años. El nuevo cerco militar y policial -ya puesto en práctica en otros municipios y zonas- es alabado por cientos de seguidores de Bukele en las redes sociales digitales, pero también criticado por activistas y organizaciones locales e internacionales, esto debido a las acciones infrahumanas llevadas a cabo bajo este período realmente excepcional, que suspende garantías constitucionales y ha resultado en miles de detenciones arbitrarias y acusaciones de violaciones a los derechos humanos desde el Estado.
El despliegue de este operativo involucra a 7,000 soldados y 1,000 policías fuertemente armados, quienes cercaron desde la madrugada de este martes todo el departamento de Cabañas, con el fin de "evitar la salida de pandilleros y cortar las líneas de suministro de los grupos terroristas", según explicó el mandatario Bukele en sus mensajes en la red social X (anteriormente conocida como Twitter). La provincia de Cabañas ha sido identificada como un epicentro de la actividad de las maras y pandillas, atrayendo células que buscan esconderse en sus áreas rurales, según explican expertos y el oficialismo.
El presidente Bukele ha defendido su enfoque en la seguridad y destacó que julio de 2023 fue el "mes más seguro en la historia de El Salvador", lo que, según él, convertiría al país en el más seguro de América. Sin embargo, esta estrategia ha sido objeto de críticas por parte de diversos sectores, incluida la iglesia católica, que ha pedido que se respete la presunción de inocencia de las y los detenidos durante el estado de excepción.
La provincia de Cabañas, una región agrícola y ganadera, ha sido considerada como un área donde las pandillas ejercen un amplio control y siembran violencia, lo que ha justificado la militarización del lugar para combatir este problema. No obstante, las medidas adoptadas bajo el Régimen de Excepción son cuestionadas por organizaciones de derechos humanos, como Cristosal y Amnistía Internacional, quienes denuncian el uso desproporcionado de la fuerza contra civiles, torturas, desapariciones forzadas y muertes de reos bajo custodia.
Desde que se implementó esta medida nacional en el año 2022, las fuerzas armadas han detenido hasta la fecha a al menos 71,000 personas "relacionadas con las pandillas", según el Gobierno de El Salvador, mientras que las organizaciones humanitarias han documentado unas 5,490 "víctimas directas" de violaciones a los derechos humanos durante este período.
La guerra de Bukele contra las pandillas ha generado opiniones encontradas, con críticas incluso de sectores que anteriormente no se habían mostrado abiertamente contrarios al Ejecutivo, como el catolicismo, académicos y funcionarios de la actual administración. El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, ha instado a que se respete la presunción de inocencia de las y los detenidos, y que se garantice un juicio justo para las personas que han sido detenidas en más de un año de excepción.
No obstante, el presidente salvadoreño siempre reacciona con dureza a las críticas, utilizando la red social X como plataforma para responder a sus detractores, incluyendo al presidente de Chile, Gabriel Boric, quien recientemente cuestionó la estrategia de seguridad implementada en el país centroamericano.
Bukele ha reafirmado que su plan incluye tanto la prevención como la represión directa del delito, y ha desestimado las denuncias sobre abusos de derechos humanos, tachando las acusaciones de "activismo desesperado", supuestamente orquestado por aquellos que temen el poder de su Gobierno.
La situación en El Salvador sigue siendo tensa y polarizada, con un presidente que muestra una postura firme y cada vez más radical en su lucha contra las pandillas, pero que enfrenta críticas significativas por las tácticas y medidas implementadas bajo el Régimen de Excepción.
Mientras tanto, la población de Cabañas y sus visitantes se encuentran bajo el cerco de seguridad, con la promesa de que podrán llevar a cabo sus actividades normalmente mientras se lleva a cabo la operación para extraer a las y los pandilleros. El futuro de la estrategia de seguridad en el país sigue siendo motivo de debate, con voces a favor y en contra, y con la necesidad de encontrar un equilibrio entre la protección de la población y el respeto a los derechos humanos.
En ese sentido, la popularidad de Bukele es innegable, a pesar de sus discursos confrontativos y medidas viscerales. Según una reciente encuesta realizada por Latinobarómetro, el presidente salvadoreño es el mandatario "más popular de América Latina". La ciudadanía de otros países, como Honduras, Colombia, Chile, Argentina y México, cansada de la violencia y la inseguridad en sus territorios, parece querer optar por el extremismo del bukelismo.
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