Un día después de que el obispo de Matagalpa se negara a ser desterrado, el Poder Judicial de Nicaragua, controlado por la dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, lo condena a 26 años y cuatro meses de prisión por cuatro supuestos delitos diferentes. También se le fue arrebatada su nacionalidad nicaragüense, y la sentencia no podrá ser modificada "aún de oficio si se comprueba un error o cuando nuevas circunstancias lo tomen necesario".
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
La firme decisión de monseñor Rolando José Álvarez de quedarse en Nicaragua y negarse al destierro -impuesto por la copresidencia Ortega-Murillo a 222 nicaragüenses el jueves 09 de febrero-, generó furia en el comandante Ortega, y sus funcionarios, a pesar de las horas extras de trabajo y la perplejidad que causaron en todas y todos las últimas horas, entendieron el mensaje de su discurso por los acontecimientos. El juez y magistrado Octavio Rothschuh, desde el Complejo Judicial de Managua, anunció este viernes 10 de febrero una condena de 26 años y cuatro meses contra el religioso católico, quien ha estado detenido desde el 19 de agosto de 2021.
"Desquiciado". "Energúmeno". "Soberbio". Así llamó Ortega a monseñor Álvarez la noche de este jueves. Sus palabras se resumieron en los cuatro delitos imputados contra el laico. Menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información, obstrucción de funciones y agravada desobediencia o desacato a la autoridad.
Además, Rothschuh anunció que de conformidad a la reforma ilegal del Artículo 21 de la Constitución Política -aprobada por la Asamblea Nacional en tiempo récord, mientras el grupo de desterrados aún volaba hacia Washington-, Álvarez también será desnacionalizado. "Por ser declarado traidor a la Patria", señaló el juez.
"Se le tenía en su casa. Se le hacía comida especial. Había médicos que lo visitaban dos veces al día. Llegaban las hermanas a cocinarle. En una mansión. Está irritado porque ahora sí está en la cárcel. Es la rabia de no acatar la decisión de las autoridades nicaragüenses, del Estado nicaragüense", dijo Ortega en contra del obispo Álvarez.
El juicio del religioso católico estaba previsto para el 15 de febrero de este año tras un cambio de fecha inesperado. La Fiscalía, también controlada por el orteguismo, pretendía presentar entre las supuestas pruebas videos de las homilías de Álvarez, y usar al menos a un oficial de la Policía Nacional como testigo, de unos tres que fueron seminaristas y perseguían al laico, quien es el más crítico de la dictadura en Nicaragua.
El Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas en Nicaragua actualizó sus datos y asegura que en el país centroamericano 35 personas todavía guardan prisión por razones políticas. Monseñor Álvarez, obispo de la Arquidiócesis de Matagalpa, es uno de ellos. El mandatario nicaragüense aseguró que Álvarez "rechazó" la "deportación" -ordenada por el Poder Judicial- al momento de abordar el avión. "No se quiso ir", dijo Ortega.
Según el magistrado sandinista, el obispo Álvarez estará en las celdas del régimen hasta el 13 de abril del año 2049, "sin perjuicio de que el computo pueda ser reformado, aún de oficio si se comprueba un error o cuando nuevas circunstancias lo tomen necesario".
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