"Yo voy a eliminar mi WhatsApp de mi teléfono para siempre. Poco a poco iré pasando mis contactos a Telegram y WeChat. Es necesario hacerlo. Dile no a WhatsApp. Fuera WhatsApp de Venezuela, porque ahí los criminales amenazan a la juventud y a los líderes populares desde teléfonos de Colombia, de Miami, de Perú, de Chile", señaló el chavista Nicolás Maduro.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Caracas, Venezuela
En una tarde lluviosa en el Palacio de Miraflores, el dictador venezolano, Nicolás Maduro, se dirigió a una multitud de jóvenes y estudiantes para lanzar un mensaje sorprendente y desafiante: la decisión de "romper relaciones" con WhatsApp, la aplicación de mensajería más utilizada en Venezuela y en otros muchos países del mundo. La declaración este lunes 05 de agosto de 2024, que podría parecer absurda en otro contexto, se inscribe en una estrategia política y comunicativa que busca reconfigurar el control sobre las comunicaciones y la información en un país ya profundamente dividido y afectado por la actual crisis electoral. Maduro afirmó que WhatsApp está siendo utilizada para amenazar la estabilidad de Venezuela. "Yo voy a romper relaciones con WhatsApp. Porque a WhatsApp la están utilizando para amenazar a Venezuela", proclamó el mandatario. En su lugar, instó a las y los venezolanos a migrar a la rusa Telegram y la china WeChat, asegurando que estas plataformas serían más seguras y estarían menos comprometidas con "intereses extranjeros" adversos.
El discurso de Maduro estuvo cargado de acusaciones y señalamientos hacia WhatsApp, que es propiedad de Meta, la empresa matriz de Facebook, propiedad del empresario Mark Zuckerberg. Según el chavista, la plataforma está siendo utilizada por delincuentes y elementos desestabilizadores que operan desde países como Colombia, Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), Perú y Chile para amenazar a la juventud y a los líderes populares venezolanos. "Yo voy a eliminar mi WhatsApp de mi teléfono para siempre. Poco a poco iré pasando mis contactos a Telegram y WeChat. Es necesario hacerlo. Dile no a WhatsApp. Fuera WhatsApp de Venezuela, porque ahí los criminales amenazan a la juventud y a los líderes populares desde teléfonos de Colombia, de Miami, de Perú, de Chile", enfatizó Maduro.
La invitación a los jóvenes presentes en Miraflores fue clara y directa: "Primer paso: retiro voluntario, progresivo y radical de WhatsApp. Levanten la mano los que lo vayan a hacer", instó Maduro, mientras la multitud, mojada por la lluvia, levantaba las manos en señal de apoyo a la medida. Esta postura del régimen chavista venezolano no es un fenómeno aislado. En un contexto internacional, otras naciones también han manifestado reservas o toma de acciones contra WhatsApp y otras plataformas de redes sociales. Por ejemplo, en China, Apple retiró WhatsApp de su tienda de aplicaciones en respuesta a una orden del régimen chino, que alega preocupaciones de seguridad nacional y favorece el uso de aplicaciones locales como WeChat, que colaboran con la censura estatal y en control más estricto.
En Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega ha restringido el uso de WhatsApp entre sus militantes, prohibiendo su incorporación a grupos y comunicaciones que no hayan sido previamente aprobadas por el partido gobernante, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Gustavo Porras, un alto funcionario sandinista del Poder Legislativo, comunicó esta directriz a las y los militantes hace algunos meses, argumentando que la adhesión no autorizada a grupos de WhatsApp podría comprometer la seguridad y disciplina del partido, e incluso la seguridad estatal y nacional.
Estas acciones reflejan una tendencia global donde los gobiernos autoritarios buscan restringir y controlar, más y más, el flujo de información y las comunicaciones digitales, utilizando pretextos de seguridad y estabilidad nacional.
El escenario venezolano
El anuncio de Maduro llega en un momento de alta tensión política y social en Venezuela. La reciente reelección de Maduro ha sido duramente criticada por la comunidad internacional, incluyendo a la Unión Europea, que ha manifestado su preocupación por la falta de transparencia y ha instado a una mayor verificación independiente de los resultados electorales de los comicios del domingo 28 de julio de 2024. "Sin pruebas que las respalden, los resultados publicados el 02 de agosto por el CNE no pueden reconocerse", advirtió la Unión Europea en un comunicado, sobre el segundo boletín oficial. Este pronunciamiento se suma a las declaraciones conjuntas de países como España, Italia, Francia, Alemania, Países Bajos, Polonia y Portugal, que han exigido la publicación inmediata de todas las actas de votación para garantizar la transparencia del proceso electoral.
La respuesta del oficialismo a estas críticas ha sido la censura y el control de la información. En los últimos años, el régimen chavista ha intensificado sus esfuerzos para controlar las redes sociales y las comunicaciones digitales, aprobando leyes que penalizan la difusión de "mensajes de odio" con penas de entre 10 y 20 años de cárcel.
Las implicaciones de la prohibición
La posible prohibición de WhatsApp en Venezuela tiene implicaciones profundas para la comunicación diaria de millones de venezolanos, según analistas consultados por este medio. WhatsApp es la aplicación de mensajería más utilizada en el país y el continente americano, no solo para comunicaciones personales, sino también para negocios, educación y organización social. El traslado masivo a Telegram o WeChat, como propone Maduro, no solo implica un cambio técnico, sino también un ajuste significativo en la manera en que las y los venezolanos se comunican y organizan.
La estrategia de Maduro de desmantelar el uso de WhatsApp puede verse como un intento de controlar aún más el flujo de información y consolidar el poder en un momento de creciente presión interna y externa. Sin embargo, la eficacia de esta medida y su aceptación por parte de la población aún están por verse. La resistencia a cambiar de plataforma y la adaptabilidad de los venezolanos a las nuevas restricciones serán factores cruciales en el desarrollo de esta nueva fase de la ciberpolítica en Venezuela. En conclusión, la ofensiva de Nicolás Maduro contra WhatsApp es un capítulo más en la larga historia de censura y control de la información en regímenes autoritarios, tan innecesario como las acusaciones sin lugar contra el empresario Elon Musk, propietario de X (antes Twitter). Mientras la dictadura socialista intenta reforzar su poder y silenciar las voces disidentes, los venezolanos enfrentan el desafío de adaptarse a nuevas formas de comunicación y organización en un entorno cada vez más restringido, vigilado y deshumanizante.
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