El memorándum de entendimiento, con una duración de cinco años, tiene como objetivo principal "fomentar la investigación y el desarrollo científico y tecnológico en la Luna". Según informes oficiales publicados en El 19 Digital, la colaboración abarcará diversos campos, incluyendo experimentos científicos, intercambio y análisis de datos, así como el desarrollo de capacidades de exploración espacial. En ese sentido, el proyecto de la Estación Internacional de Investigación Lunar, impulsado por China con el respaldo de Rusia, busca establecer una presencia permanente en la Luna para el año 2030. Esta iniciativa no solo representa un hito en la exploración espacial sino también una competencia directa con el programa Artemis de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), que tiene como objetivo llevar astronautas estadounidenses de vuelta a la Luna para 2025 y establecer una base científica.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
En un paso audaz hacia el futuro, Nicaragua ha establecido una "asociación estratégica" con el Laboratorio de Exploración del Espacio Profundo de China (DSEL), abriendo las puertas a una colaboración sin precedentes en el ámbito de la exploración lunar y la tecnología espacial. Este acuerdo, marcado por un memorándum de entendimiento entre el Consejo Nacional de Universidades (CNU) y el DSEL, promete una nueva era de descubrimiento y desarrollo científico que trasciende las fronteras terrestres. El memorándum, con una duración de cinco años, delineó los objetivos compartidos de ambas naciones en la investigación y desarrollo de la ciencia y tecnología lunares. Este compromiso, según las declaraciones oficiales, allana el camino para una "cooperación integral" que abarca desde experimentos científicos hasta el intercambio de datos y el desarrollo de capacidades de exploración espacial.
Parte fundamental de esta colaboración es la participación de Nicaragua en el proyecto de la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS), una ambiciosa iniciativa liderada por China y respaldada por Rusia. Esta estación, concebida como una instalación de experimentos científicos integral, operará de manera autónoma en la superficie y órbita lunar durante períodos prolongados, promoviendo la participación humana a corto plazo y facilitando una amplia gama de actividades científicas y tecnológicas multidisciplinarias. O al menos eso se desea.
La inclusión de Nicaragua en este proyecto no solo ofrece la oportunidad de contribuir al avance del conocimiento humano sobre la Luna y el Universo, sino que también brinda a profesores, estudiantes y expertos nicaragüenses la posibilidad de realizar investigaciones tanto en órbita como en la propia superficie lunar, en caso de que el proyecto de la ILRS alcance su plena realización y funcionamiento. El acuerdo firmado entre el CNU y el DSEL subraya la importancia de una colaboración "estrecha" y "diversificada", abarcando campos que van desde la demostración conjunta de objetivos científicos hasta la educación y capacitación en exploración espacial. Este enfoque integral refleja el compromiso de ambas partes de maximizar los beneficios de la cooperación en el ámbito espacial, pero sin brindar detalles particulares sobre el funcionamiento de dicho contrato, como ha pasado con otras asociaciones entre la administración del país centroamericano y otros países.
El impulso de Nicaragua hacia la exploración lunar se produce en un contexto de intensa competencia global por alcanzar la Luna y establecer una presencia permanente en ella. Mientras China avanza con su proyecto para construir una base lunar a principios de la década de 2030, Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) también está activamente involucrado en su programa Artemis, que busca devolver astronautas a la Luna y establecer una base científica en el satélite. El compromiso de Nicaragua con la exploración lunar se complementa con su legislación nacional relacionada con el "espacio ultraterrestre". En el año 2021, el país centroamericano aprobó una ley que creó la Secretaría Nacional para Asuntos del Espacio Ultraterrestre, la Luna y Otros Cuerpos Celestes, destacando su interés en seguir los compromisos internacionales y formular políticas para abordar estos temas, con intereses claros.
La visita reciente de una delegación del DSEL a Nicaragua, que se reunió con Laureano Ortega Murillo y la presidenta del CNU, Ramona Rodríguez, ha fortalecido aún más esta colaboración, culminando en la firma de un acuerdo de cooperación con el órgano de educación superior y la revisión final de un acuerdo similar con la Secretaría para el Espacio Ultraterrestre de Nicaragua. Además, se ha acordado la participación de una delegación nicaragüense en el I Foro de Cooperación Espacial China-América Latina y el Caribe en China, en abril. Este nuevo capítulo en la exploración espacial nicaragüense no solo representa un avance significativo en la búsqueda del conocimiento humano, sino que también marca un hito en la cooperación internacional y la diplomacia científica entre Nicaragua y China. En un mundo cada vez más interconectado, la exploración del espacio sigue siendo un terreno fértil para la colaboración global, donde las fronteras terrestres se desdibujan y los horizontes del conocimiento se expanden hacia lo desconocido.
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