Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) ha intensificado sus esfuerzos para interrumpir el suministro de fentanilo y otras drogas mortales, con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) incautando aproximadamente 1,200 millones de dosis de fentanilo solo en el año 2023, lo que refleja un enfoque agresivo para abordar la crisis de las drogas en el país.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
El domingo 15 de septiembre de 2024, mientras Centroamérica conmemoraba los 203 años de la histórica independencia del Reino de España en 1821, el presidente de Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), Joseph Biden, emitió un memorando que incluyó nuevamente a Nicaragua en la lista de países de tránsito y/o producción de drogas ilícitas para el año fiscal 2025. Esta designación coloca a Nicaragua junto a otros 22 países, entre los que se encuentran Afganistán, Bahamas, Belice, Bolivia, Birmania, China, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, India, Jamaica, Laos, México, Pakistán, Panamá, Perú y Venezuela. Aunque la inclusión en esta lista no implica sanciones directas, el memorando resalta un conjunto de factores geográficos, comerciales y económicos que facilitan el tránsito o la producción de sustancias ilícitas.
EE.UU. mantiene esta lista con el objetivo de identificar países que juegan un rol "significativo en el tráfico o producción de drogas ilícitas", sin necesariamente implicar que dichos países no están realizando esfuerzos para combatir el narcotráfico. Según el Departamento de Estado de EE.UU. y abogados consultados por este medio, la inclusión en la lista refleja una combinación de factores que van más allá del control de narcóticos y la aplicación de la ley, incluyendo el contexto geográfico y las rutas comerciales utilizadas por los traficantes, quienes utilizan cada vez más tecnología y nuevos mecanismos de producción, venta y distribución.
El memorando de Biden aclara que la inclusión de un país en la lista no debe interpretarse como una crítica a sus esfuerzos antidrogas o a su nivel de cooperación con Estados Unidos de Norteamérica o cualquier otro Estado de la región. La lista busca destacar las naciones donde los productos químicos precursores o las drogas mismas son transitadas o producidas, en base a un análisis de varias características, más allá del Estado. En un contexto global, EE.UU. ha mostrado avances pero también desafíos en la reducción de muertes por sobredosis de drogas. Los datos provisionales del año 2023 indican que hubo 107,543 muertes por sobredosis en todo el territorio estadounidense, una disminución del 3 % respecto al año anterior. Este descenso representa la primera reducción anual desde 2018, lo que sugiere que las inversiones y esfuerzos de la administración Biden están comenzando a dar frutos. Sin embargo, el aumento de la producción de cocaína -por ejemplo- en América del Sur y el tráfico de fentanilo siguen siendo desafíos importantes.
En ese sentido, EE.UU. intensifica cada vez más su cooperación internacional y regional para enfrentar la fabricación y el tráfico de drogas sintéticas ilícitas, incluyendo el fentanilo y sus análogos, la metanfetamina, las catinonas sintéticas y otras. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha logrado incautar un número récord de dosis de fentanilo en los últimos dos años, con aproximadamente 1,200 millones de dosis incautadas solo en 2023, y un poco menos en 2022. Esta respuesta internacional coordinada busca contrarrestar la amenaza global del narcotráfico.
El "muro de contención" de Nicaragua
En Nicaragua, el régimen sandinista ha implementado una llamada "estrategia del muro de contención" para combatir el narcotráfico y otros delitos relacionados. Esta estrategia incluye acciones para combatir el crimen organizado, el lavado de dinero, la trata de personas y el contrabando. Sin embargo, la efectividad de esta estrategia ha sido cuestionada en los últimos años, porque los datos sugieren que Nicaragua ha tenido una menor cantidad de incautaciones de drogas comparado con sus vecinos centroamericanos, e incluso en comparación con otros años durante la misma administración del sandinista Daniel Ortega, en el Poder Ejecutivo desde 2007. En el período de septiembre de 2020 a septiembre de 2021, Nicaragua incautó solo 4.5 toneladas de droga, mientras que Honduras, El Salvador y Guatemala incautaron cantidades significativamente mayores. ¿Cómo es posible si Nicaragua es el "muro"? El oficialismo no lo explica hasta la fecha.
El Estado nicaragüense enfrenta críticas por la falta de resultados tangibles en su lucha contra el narcotráfico, con reportes de incautaciones que a menudo no conducen a arrestos y de operaciones donde los traficantes logran escapar, dejando atrás enormes cantidades de dinero y drogas. Un caso emblemático ocurrió en mayo de 2024, cuando la Policía interceptó a dos personas con 1.5 millones de dólares en efectivo, pero los presuntos traficantes lograron escapar, cuestionando la efectividad de las acciones implementadas.
El reciente memorando de la administración Biden también destaca el desempeño de otros países en la lucha contra el narcotráfico. Bolivia, Birmania y Venezuela son mencionados por haber "fracasado demostrablemente" en cumplir con sus obligaciones internacionales contra el narcotráfico. Bolivia ha sido elogiada por sus esfuerzos para combatir el cultivo de coca, pero enfrenta críticas por la persistencia de cultivo ilícito y la necesidad de mejorar la interceptación de productos químicos desviados para la producción de cocaína. Birmania y Venezuela, por su parte, han sido señaladas por no cumplir adecuadamente con los acuerdos internacionales y por la necesidad de apoyar programas de EE.UU. en estas naciones.
Colombia sigue siendo un aliado clave en la región, según Biden, colaborando estrechamente con EE.UU. para reducir la producción de cocaína y desmantelar las organizaciones criminales implicadas. El país ha presentado una estrategia antidrogas para la próxima década, que ha sido bienvenida por Biden y otros mandatarios, que insta a la asignación de recursos adecuados para su implementación.
La inclusión nuevamente de Nicaragua en la lista de países de tránsito y producción de drogas ilícitas refleja una situación compleja donde factores geográficos, comerciales, políticos, institucionales y económicos juegan un papel crucial. Aunque la inclusión no implica sanciones directas, subraya la necesidad de continuar los esfuerzos para combatir el narcotráfico y mejorar la cooperación internacional. La administración Biden ha demostrado un compromiso con la lucha contra el narcotráfico a nivel global, mientras que los países en la lista deben reforzar sus estrategias y colaboraciones para enfrentar este desafío persistente.
La lucha contra el narcotráfico es una tarea monumental que requiere una cooperación global efectiva y un enfoque integral para abordar tanto la oferta como la demanda de drogas. A medida que EE.UU. y sus socios internacionales continúan enfrentando este problema, es fundamental evaluar y ajustar las estrategias para asegurar una respuesta efectiva y sostenible. Pero, ¿accederá Nicaragua a redoblar -al menos- sus esfuerzos? La respuesta más evidente del sandinismo sin duda será atacar la comunicación de Biden y -mínimamente- acusarlo de injerencista; y mandarlo a resolver los problemas de su casa.
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