El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, llegó a Nicaragua como parte de su gira por América Latina, que también incluye visitas a Cuba y Venezuela. La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha promocionado esta cita como una oportunidad para fortalecer los lazos entre ambos países. Sin embargo, detrás de esta aparente cooperación se ocultan intereses políticos y económicos cuestionables. La Redacción de COYUNTURA ofrece una interpretación detallada de la comparecencia de Raisí, subrayando los peligros y dudas que plantea esta relación diplomática.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, arribó este martes 13 de junio a Nicaragua, junto a su esposa Jamileh Alamolhoda, y un pelotón de funcionarios y amigos, como parte de una gira por América Latina que incluye también visitas a Cuba y Venezuela, con el fin de completar una agenda cuyo objetivo es "fortalecer" los lazos bilaterales con estos países. Esta cita en el corazón de Centroamérica ha generado controversia, dudas y tensión debido a las intenciones políticas y los peligros potenciales que conlleva la estrecha relación entre el régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo con la administración iraní.
Los medios oficiales nicaragüenses han afirmado que dicha visita busca fortalecer los lazos políticos, comerciales y científicos entre ambos países. Sin embargo, opositores, periodistas y analistas políticos cuestionan estas afirmaciones y creen que Irán busca establecer bases de apoyo en América Latina para confrontar a Estados Unidos.
Desde hace varios años, Irán ha mostrado interés en establecer alianzas estratégicas en la región, y el régimen de Ortega en Nicaragua ha demostrado estar dispuesto a desempeñar ese papel, luego de varios años siendo un supuesto aliado de la administración estadounidense y de su lucha contra el narcotráfico. Se especula que esta visita busca proyectar una imagen de una poderosa alianza revestida con discursos antiimperialistas y antioccidentales, como se pudieron escuchar la noche de este martes. La Redacción de COYUNTURA ofrece una interpretación detallada de la comparecencia de Raisí, que ilustra las dudas y peligros del espaldarazo entre El Carmen y Astaná.
Discurso de Ebrahim Raisí en Managua:
"En el nombre de Dios. Gracias a Dios. La paz de Dios sea nuestro profeta y esté con sus familias. Quisiera agradecer a mi querido hermano, el presidente Daniel Ortega por invitar a la delegación de la República Islámica de Irán para que mi persona y la delegación que me acompaña tengamos la oportunidad de visitar el país hermano y amigo que es Nicaragua. Rindo homenaje y mis respetos a los héroes nacionales de este país hermano y amigo. Rindo también mi respeto al pueblo heroico, paciente, resistente y luchador de Nicaragua.
Para comenzar, Raisí mostró su gratitud al mandatario nicaragüense Daniel Ortega y expresó su agradecimiento por la invitación a visitar Nicaragua. También mostró "respeto" y homenaje al pueblo nicaragüense y a los héroes nacionales del país. Con estas palabras, Raisí establecía un tono amistoso y respetuoso hacia Nicaragua y su pueblo, luego de escuchar por más de una hora el discurso de su homólogo centroamericano.
La revolución islámica de Irán triunfó en febrero del año 1979, y en estos mismos tiempos también coincidió con el triunfo de la revolución sandinista de Nicaragua. Seguramente la lucha y el esfuerzo de nuestros pueblos durante esas revoluciones influyeron el uno en el otro. Nuestro pueblo conoce muy bien las luchas y los esfuerzos, y movimientos del pueblo nicaragüense. Ustedes lucharon contra el imperialismo y triunfaron. Ustedes lucharon contra el saqueo, las exigencias y deseos ilegítimos del imperialismo, y triunfaron. Ustedes durante todos esos años resistieron contra las conspiraciones del imperialismo, y triunfaron.
Imam Jomeini, el fundador de la República Islámica de Irán, enseñó a nuestro pueblo que cumpliendo con dos principios se puede siempre triunfar. Confiar en Dios y confiar en nosotros mismos; en nuestras capacidades. El gran pueblo de Irán conocía muy bien las conspiraciones y los trucos, y los planes de los enemigos imperialistas, y resistió frente a todas sus conspiraciones, resistió durante los ocho años de la guerra impuesta, y triunfó. Existe mucha similitud entre la revolución islámica de Irán y la revolución sandinista del pueblo de Nicaragua. El movimiento en busca de justicia, de independencia y la libertad son los principios que tienen en común ambas revoluciones. El pueblo de Irán deseaba que todo su destino y todas sus interacciones sociales, económicas, políticas, estén basadas en sus principios religiosos.
El funcionario iraní resaltó las supuestas similitudes entre la revolución islámica de Irán y la revolución ciudadana de Nicaragua. Destacó que ambas revoluciones ocurrieron en fechas similares y sugirió que el esfuerzo y la lucha de ambos pueblos durante esas revoluciones influyeron mutuamente. Raisí elogió al pueblo nicaragüense por su "resistencia contra el imperialismo" y su triunfo en la lucha contra el "saqueo" y "los deseos ilegítimos de los imperialistas".
El presidente Raisí mencionó además los "principios" enseñados por Imam Jomeini, el fundador de la República Islámica de Irán, que son confiar en Dios y confiar en las capacidades propias. Destacó que el pueblo iraní resistió las conspiraciones del imperialismo durante la "guerra impuesta" y logró el triunfo. Asimismo, señaló que tanto la revolución en Irán como la revolución en el país centroamericano comparten el movimiento en busca de justicia, independencia y libertad. Por otro lado, Raisí destacó que el pueblo de Irán desea que su destino y sus interacciones sociales, económicas y políticas estén basadas en principios religiosos.
La relación diplomática entre Irán y Nicaragua, como se desprende del discurso de Raisí, parece basarse en una percepción compartida de "resistencia" contra el imperialismo y la "búsqueda" de justicia e independencia. Sin embargo, Irán ha sido objeto de controversias y sanciones internacionales debido a su programa nuclear y ha sido acusado de patrocinar actividades terroristas en diferentes partes del mundo. Estas acusaciones generan preocupación y cuestionamientos sobre las intenciones y acciones del Gobierno iraní. Además, las tensiones entre Irán y Estados Unidos han sido duraderas y problemáticas, lo que podría afectar la relación diplomática entre Irán y cualquier país que esté en tensión con Estados Unidos, incluido Nicaragua, en un contexto geopolítico complejo.
El sistema de la República Islámica de Irán es un sistema democrático. Durante los 44 años de la República Islámica de Irán siempre ha sido el voto popular el que ha decidido las autoridades de todos los órganos de Gobierno. Los que en el Occidente y en los Estados Unidos pretenden ser democráticos y defender la democracia actúan al revés y no respetan a los países y a los Gobiernos que siempre son elegidos con el voto popular de sus pueblos. Ellos mienten sobre sus pretensiones de la democracia y de derechos humanos. Hemos presenciado muchas muestras de la violación de derechos humanos en diferentes partes del mundo, perpetrados por los norteamericanos y por el imperialismo mundial. Estados Unidos quería paralizar a nuestro pueblo a través de las amenazas y sanciones, pero nuestro pueblo no se paralizó en su camino, y convirtió las amenazas y las sanciones en oportunidades, y a través de esas oportunidades logró grandes avances en diferentes áreas. Hoy en día la nación iraní es una nación avanzada y ha logrado grandes avances en diferentes áreas, a pesar de las sanciones del enemigo, y eso demuestra que si un pueblo tiene la voluntad firme de ninguna forma las potencias diabólicas e imperialistas pueden pararlo.
El mandatario iraní defendió el sistema "democrático" de la República Islámica de Irán y afirma que durante los 44 años de existencia de la república, las autoridades han sido elegidas mediante el voto popular. Por otro lado, Raisí criticó a los países occidentales, especialmente a Estados Unidos, acusándolos de actuar en contra de los principios democráticos y de no respetar a los Gobiernos elegidos por el voto popular. Además, sugiere que estos países mienten acerca de sus "pretensiones de democracia y derechos humanos". Raisí también mencionó las violaciones de derechos humanos perpetradas por Estados Unidos y el "imperialismo mundial" en diferentes partes del mundo. Enfatizó que las amenazas y sanciones impuestas por la administración estadounidense a lo largo de la historia no han paralizado al pueblo iraní, sino que han sido convertidas en "oportunidades" para lograr avances en "diferentes áreas".
Quisiera decir, a ustedes, el pueblo resistente y heroico de Nicaragua, y a los hermanos del Gobierno de Nicaragua, que como dice nuestro líder supremo, Imam Jomeini, a través de dos principios se puede lograr la victoria. Primero es creer en Dios; la fe en Dios. Como lo mencionó muy bien el presidente Ortega, todo es de Dios. Y el segundo principio es tener esperanza en el futuro. El enemigo quiere decepcionar a los pueblos revolucionarios. Pero los pueblos tienen que saber que el nuevo orden mundial que se está formando va a formarse, y se está formando, en favor de la resistencia de los pueblos y en contra de los intereses imperialistas.
Los norteamericanos y los imperialistas crearon el grupo terrorista Dáesh, y el héroe de lucha contra el terrorismo era el mártir general Qasem Soleimani, quien fue asesinado por los norteamericanos. Nos honra ser quienes hemos resistido y luchado contra el terrorismo, y creemos que se han ganado el odio de los pueblos. Pretenden luchar contra el terrorismo, pero han asesinado al héroe que luchó toda su vida contra el terrorismo.
Raisí se dirigió al pueblo de Nicaragua y a la administración sandinista. Citó al líder supremo y fundador de Irán, Imam Jomeini, y mencionó dos "principios" para "lograr la victoria": "la fe en Dios y la esperanza en el futuro". Además, resaltó la importancia de creer en Dios y tener esperanza, afirmando que el enemigo busca "decepcionar a los pueblos revolucionarios". Sostuvo que el "nuevo orden mundial que se está formando" favorecerá la "resistencia de los pueblos" y estará en contra de los intereses imperialistas.
En esta parte de su discurso, Raisí reforzó la narrativa de Irán como una nación "resistente contra el imperialismo" y defensora de los derechos populares. Criticó a Estados Unidos y a los países occidentales por su supuesta hipocresía en relación con la democracia y los derechos humanos. Sin embargo, es importante considerar que estas afirmaciones se enmarcan en la perspectiva del Gobierno iraní y pueden no reflejar la totalidad de las realidades geopolíticas y de derechos humanos en la región y a nivel global. Además, la alusión a eventos como el asesinato de Qasem Soleimani y la creación del grupo terrorista Dáesh muestra la visión de la administración iraní sobre estos temas, que puede diferir de otras perspectivas y narrativas internacionales, o de la verdad misma.
Desde el inicio de la victoria de la revolución islámica en Irán ha existido una excelente relación fraterna con nuestros hermanos de la revolución sandinista de Nicaragua. Nuestras relaciones no son relaciones habituales-tradicionales. Son relaciones completamente estratégicas. Nosotros queremos incrementar y profundizar nuestras relaciones en todas la áreas políticas, económicas, culturales y en todos los ámbitos, sobretodo en materia de ciencia y tecnología.
Quisiera agradecer infinitamente el caluroso recibimiento por parte del presidente Daniel Ortega, la vicepresidenta Murillo, los presidentes del Poder Judicial y de la Asamblea Nacional de Nicaragua, y de todas las autoridades de diferentes órganos del Gobierno de Nicaragua y del pueblo nicaragüense.
Voy a concluir con mis palabras porque ya es hora de rezar. Vamos a ir a cumplir con el rezo, y también continuar nuestras conversaciones y negociaciones con el presidente Ortega y su equipo de trabajo. Y pido a Dios, todopoderoso, ayude, primero, a conocer lo que es nuestro deber y luego poder cumplirlo bien.
Y para finalizar, quisiera rendir homenaje a todos los héroes y mártires de Nicaragua que durante estos cuarenta y cuatro años han luchado por su dignidad, por la dignidad de su pueblo. Y rendir homenaje también, y mi respeto, al heroico, noble y resistente pueblo de Nicaragua".
Raisí enfatizó la "excelente" relación fraterna que ha existido entre Irán y Nicaragua desde el triunfo de las revoluciones ciudadanas en ambos países. Destacó que estas relaciones no son convencionales o rutinarias, sino que son "completamente estratégicas", expresando a su vez el deseo de aumentar y profundizar los vínculos en todas las áreas, incluyendo la política, economía, cultura y especialmente ciencia y tecnología.
El mandatario iraní mostró su profundo agradecimiento por el cálido recibimiento por parte de los Ortega-Murillo y sus funcionarios.
Es importante tener en cuenta que esta interpretación se basa en las palabras del presidente Raisí y puede no reflejar la totalidad de la dinámica y complejidad de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Las relaciones internacionales son multifacéticas y están sujetas a cambios y circunstancias variables.
La dudosa -y peligrosa- cooperación entre ambos países
Los antecedentes de cooperación entre Irán y Nicaragua no han dado los resultados esperados. En el pasado, se han anunciado numerosos acuerdos y proyectos de inversión que han quedado en el olvido o no han prosperado. La falta de viabilidad y recursos ha sido un obstáculo para la implementación de estos acuerdos en áreas como la construcción de infraestructura, la cooperación científica y cultural, y el desarrollo de lazos comerciales.
Además, la visita de Raisí plantea preocupaciones a nivel internacional. Irán es considerado por muchos países como un "régimen peligroso" debido a su enemistad con Estados Unidos y su historial de actos desestabilizadores en Medio Oriente. Durante la administración de Barack Obama hubo un intento de acercamiento entre ambos países, pero esto se vio eclipsado durante el Gobierno de Donald Trump.
Por otro lado, el reconocimiento por parte de Irán del actual período de Ortega y la cooperación militar entre Irán y Nicaragua también han generado inquietud. Se ha informado que representantes de ambos países han sostenido reuniones para discutir la posibilidad de colaborar en el ámbito militar y contrarrestar la influencia estadounidense en la región.
Estados Unidos ha expresado preocupación por el comportamiento desestabilizador de Irán, pero ha evitado comentar directamente sobre la visita de Raisí a América Latina. El enfoque de Estados Unidos se centra en sus propios intereses de seguridad nacional en la región.
Mientras tanto, el pueblo nicaragüense se pregunta cuál será el beneficio real de esta visita. Hasta ahora, las promesas y acuerdos anteriores no han dado frutos tangibles para la población. Algunos sugieren que la verdadera motivación detrás de esta visita es la utilización de Irán como plataforma para el tráfico de recursos obtenidos por el régimen de Ortega en negocios turbios como la electricidad, el combustible y el oro.
En cuanto a los planes de cooperación anunciados, es importante analizar los antecedentes de visitas anteriores de representantes iraníes a Nicaragua. En el pasado, se han realizado múltiples acuerdos, memorandos de entendimiento y promesas, pero la mayoría de ellos no han prosperado. Ejemplos de estos compromisos incluyen la construcción de centrales hidroeléctricas, viviendas populares, plantas procesadoras de leche, muelles adicionales en Corinto y la construcción de un puerto de aguas profundas en el Caribe. Sin embargo, la realidad es que la gran mayoría de estos proyectos se han quedado en meras promesas, con la excepción de una policlínica de salud en un barrio de Managua.
Además, resulta cuestionable la viabilidad de algunos acuerdos anunciados, como los culturales y científicos. Nicaragua carece de los recursos humanos e infraestructura científica necesarios para llevar a cabo una cooperación de este tipo. La educación superior ha sido seriamente afectada bajo el régimen de Ortega, y la destitución reciente del jefe del Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología no inspira confianza en la capacidad del país para implementar proyectos científicos.
En términos de cooperación comercial, surge la pregunta sobre qué productos nicaragüenses podrían ser atractivos para la economía de Irán. La distancia geográfica, la falta de rutas comerciales y la infraestructura logística deficiente hacen que cualquier acuerdo comercial sea ilusorio. No se registran intercambios significativos entre ambos países, y Nicaragua no figura en las cuentas comerciales de Irán.
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