A pesar de que la administración israelí considera una "mala broma" la reciente queja oficial de Nicaragua en su contra ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y una acción sin sentido o repercusiones el rompimiento de relaciones diplomáticas con el país centroamericano, la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo está decidida a utilizar todos los mecanismos posibles para "detener" la ofensiva militar de Israel sobre la Franja de Gaza y Líbano. La ONU ha denunciado que "el olor a muerte (en la zona de Medio Oriente) está por todas partes; los cuerpos yacen tirados por las calles" hasta el día de hoy.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
La escalada del conflicto en Gaza y la creciente tensión diplomática entre Nicaragua e Israel alcanzaron un nuevo punto álgido esta semana, cuando la administración sandinista de Daniel Ortega y su esposa y comandataria Rosario Murillo anunció que Nicaragua estaría tomando más acciones legales contra Israel en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en otros órganos, como la Corte Internacional de Justicia (CIJ). El régimen nicaragüense acusó al Estado israelí de cometer un "genocidio" contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza y territorios cercanos, lo que marca un momento de tensión sin precedentes en las relaciones internacionales del país centroamericano. La confrontación orteguista no es solamente narrativa. La maquinaria oficialista está a todo lo que da, dentro y fuera del territorio nacional.
El viernes 11 de octubre de 2024, Nicaragua rompió formalmente sus relaciones diplomáticas con Israel en lo que describió como un "acto de condena" al genocidio perpetrado por el Estado judío en Gaza. Este movimiento, que fue acompañado de un comunicado oficial, declaraciones de Murillo y un rosario de insultos y comparaciones de Ortega contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, subrayó la "postura solidaria" de Nicaragua con Palestina y el mundo árabe otra vez, resaltando que "el continuo genocidio, la crueldad, el odio extremo y el exterminio" ejecutados por el Ejército de Israel constituyen crímenes de lesa humanidad. Esta narrativa no es nueva para el sandinismo, que ha adoptado consistentemente, desde 1979, una postura antiimperialista y ha criticado fuertemente las acciones de Israel, alineándose con otras administraciones que respaldan la causa palestina, como Irán y Siria.
En este contexto, Rosario Murillo, también portavoz del Estado, reiteró en una declaración transmitida por los medios oficialistas este lunes 21 de octubre de 2024 la determinación de la Nicaragua sandinista de agotar "todos los mecanismos posibles" para detener la ofensiva militar israelí. La administración nicaragüense ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que actúe "con urgencia", y ha instado a la ONU a intervenir en el conflicto. Este pronunciamiento ha sido parte de esa estrategia diplomática amplia de Nicaragua sobre el tema, que ha buscado visibilizar su apoyo a las causas de los pueblos árabes y a otros países que, según el discurso oficial, han sido víctimas de "agresiones imperialistas".