El proyecto del nuevo Aeropuerto Internacional Punta Huete marca un importante capítulo en la estrategia de infraestructura del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. Con el respaldo financiero de China, la administración sandinista busca no solo modernizar y ampliar la capacidad aeroportuaria del país centroamericano, sino también fortalecer su "conexión global" y promover el desarrollo económico, según funcionarios. Sin embargo, solo el tiempo revelará si estas aspiraciones se traducirán en una transformación positiva para Nicaragua o si enfrentarán desafíos y más escepticismo por fallidos proyectos anteriores.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, se ha embarcado en un ambicioso proyecto de construcción del nuevo Aeropuerto Internacional Punta Huete, en colaboración con China. Este proyecto, valorado en 499 millones de dólares, busca modernizar y ampliar las capacidades de transporte aéreo del país centroamericano, aunque no está exento de controversias y preocupaciones sobre la creciente deuda externa que Nicaragua acumula con China, y la larga lista de grandes proyectos que la administración Ortega-Murillo ni ha comenzado pero ha prometido en sus 17 años en el poder. La Asamblea Nacional, controlada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), aprobó un préstamo significativo de 400 millones de dólares de China para financiar la construcción de las instalaciones en una zona que ya tiene pista principal, a más de 60 kilómetros de la entrada principal de Managua. Este acuerdo, aprobado con carácter de urgencia por el Legislativo, refleja un nuevo capítulo en la estrecha relación entre ambos países, con un Tratado de Libre Comercio vigente desde enero de 2024.
China CAMC Engineering, con sede en Pekín y liderada por Yan HaiLu, será la empresa responsable de la ejecución del proyecto. El costo total del aeropuerto se estima en 499 millones de dólares, con un período de construcción proyectado de 48 meses, mínimamente. Las nuevas instalaciones serán "más modernas" que el actual Aeropuerto Internacional Augusto César Sandino, según el oficialismo.
El préstamo de 400 millones de dólares adquirido por el sandinismo con el gigante asiático se divide en dos partes: 200 millones de dólares correspondientes a 1,438 millones de yuanes en la primera partida, y otros 200 millones de dólares en la segunda partida (1,436 millones de yuanes). Estos fondos se destinarán a la "reconstrucción, ampliación y modernización" del Aeropuerto Internacional Punta Huete.
Las condiciones del préstamo establecen un plazo de 15 años para su reembolso, con 4.5 años de gracia. Sin embargo, Nicaragua deberá hacer frente a varias comisiones adicionales, incluyendo un 1.3 % sobre el monto total como comisión inicial, un 0.7 % por compromiso, otro 0.5 % por la apertura del crédito, y un 1 % en concepto de gestión.
A pesar de las condiciones financieras, el Ejecutivo que controlan los Ortega-Murillo ha asegurado que este préstamo se ajusta a los lineamientos de endeudamiento del Estado.
Justificación del proyecto y sustitución del Aeropuerto Augusto César Sandino
El ministro de Transporte e Infraestructura de Ortega, Óscar Mojica, señaló la necesidad de contar con un nuevo aeropuerto ante las limitaciones del actual Aeropuerto Internacional Augusto César Sandino, con 64 años de existencia. Según Mojica, el crecimiento del país ha vuelto obsoleta la infraestructura del aeropuerto existente, ubicado en los primeros kilómetros de la carretera Panamericana, haciendo imperativo el desarrollo de una nueva terminal.
Punta Huete, ubicada a unos 60 kilómetros al norte de Managua, fue inicialmente construida en los años ochenta con un propósito militar. Aunque en ese momento se contemplaba su uso para aviones de combate Mig soviéticos, la idea fue abandonada ante las advertencias de Estados Unidos de América en la región.
Aunque aún no se ha revelado la fecha exacta de inicio de las obras, se espera que la construcción del nuevo aeropuerto comience en el segundo semestre de 2024, a más tardar en septiembre de este año, con un plazo estimado de 48 meses. El proyecto se desarrollará en varias fases, incluyendo la construcción de un campamento para trabajadores, talleres, áreas recreativas, y la infraestructura necesaria para la ejecución del proyecto.
La administración de Ortega proyecta que el Aeropuerto Internacional Punta Huete será capaz de atender a 3.5 millones de pasajeros nacionales e internacionales, superando considerablemente los 1.3 millones registrados en el Aeropuerto Augusto César Sandino en 2023, según cifras oficiales. Además, se espera que el nuevo aeropuerto tenga una clasificación 4F, permitiendo el aterrizaje y despegue de aeronaves de mayor tamaño sin restricciones de peso y balance. La zona de construcción está libre de edificaciones o montañas. Planicie completa al lado de un lago.
A pesar de las ambiciones del binomio Ortega-Murillo, algunos críticos señalan preocupaciones sobre la capacidad del país para asumir esta deuda adicional, especialmente considerando la ya significativa deuda externa con China. La opacidad en la gestión de proyectos anteriores, como el fallido megaproyecto del Canal Interoceánico, también ha generado escepticismo entre la población y la comunidad internacional.
La ubicación geográfica de Nicaragua y sus aspiraciones de establecer vuelos directos desde países aliados como Irán, China, Rusia, Cuba y Venezuela, así como de Europa, también ha suscitado preocupaciones sobre posibles implicaciones geopolíticas y tensiones con otras naciones.
En ese sentido, la ejecución exitosa del Aeropuerto Internacional Punta Huete dependerá de la capacidad del país para superar obstáculos logísticos y cumplir con los plazos establecidos, mientras gestiona cuidadosamente las relaciones diplomáticas con los países involucrados en este ambicioso proyecto.
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