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Muchas discrepancias en la economía de Nicaragua, cuya administración señala un crecimiento del 4.5 %

La capacidad del país centroamericano para diversificar su economía, fomentar la productividad interna y gestionar los riesgos externos determinará su camino en los próximos años. La transparencia en las políticas económicas, la utilización eficiente de las reservas internacionales y la adaptabilidad a un entorno global cambiante serán fundamentales para asegurar un desarrollo sostenible y resiliente en Nicaragua.


Por Redacción Central | @CoyunturaNic

Managua, Nicaragua
Fotografía de Coyuntura
Fotografía de Coyuntura

Nicaragua se encuentra en un momento crucial para su economía, con proyecciones divergentes sobre su crecimiento. Mientras Ovidio Reyes, presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), estima un crecimiento del 4.5 % para el cierre de 2023, el Banco Mundial (BM) reporta una cifra más modesta, situándola en 3.1 %. Esta discrepancia de 1.4 puntos porcentuales refleja incertidumbre sobre el desempeño económico del país, según analistas independientes. Reyes destaca el impacto de la recuperación post-pandemia en el crecimiento del 2021 y sugiere que el país mantendrá una tasa de crecimiento potencial del 4.5 %. Sin embargo, el Banco Mundial señala que el crecimiento podría desacelerarse, proyectando tasas del 3.2 % y 3.5 % para 2024 y 2025, respectivamente. Este contraste plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del impulso económico nicaragüense.


Históricamente, Nicaragua ha dependido de los precios favorables de sus exportaciones primarias. Sin embargo, el crecimiento actual se ve impulsado principalmente por las remesas, que representaron el 22 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2022 y podrían alcanzar el 30 % en el recién finalizado 2023. Este flujo de ingresos, proveniente principalmente de la diáspora nicaragüense, que huye de la crisis múltiple que vive el país en manos de la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha compensado las dificultades en sectores industrializados, como las zonas francas, que experimentaron caídas en exportaciones textiles durante los últimos tres meses de 2023, según datos revisados por el equipo de COYUNTURA.


Aunque las remesas han sido un sostén crucial, la falta de diversificación económica y los desafíos en los sectores industrializados plantean riesgos a largo plazo. La economía nicaragüense necesita abordar la vulnerabilidad de depender en gran medida de las remesas y buscar estrategias para fortalecer otros sectores.


Por otro lado, la decisión del BCN de eliminar el deslizamiento del córdoba respecto al dólar a partir de enero de 2024 ha generado debates sobre sus implicaciones. Ovidio Reyes asegura que esto brindará "estabilidad cambiaria". Sin embargo, algunas voces disidentes, como un importador y una comerciante, quienes reciben remesas y realizan pagos mensuales, consultados bajo anonimato por este medio, plantean preocupaciones sobre las repercusiones en diferentes sectores.


Esta medida podría beneficiar al Estado y a los importadores al reducir los costos de adquisición de dólares. Sin embargo, los receptores de remesas, las y los pensionados y las empresas exportadoras podrían perder capacidad adquisitiva, ya que las pensiones serán fijas y los exportadores recibirán menos córdobas por sus exportaciones.


A esta medida, denuncian opositores, podría seguirle el pago único de las remesas solamente en córdobas nicaragüenses y el pago único de las deudas estatales en la moneda local.


A pesar de los desafíos económicos, el BCN informa que las Reservas Internacionales Brutas cerraron en 5.447 millones de dólares en diciembre de 2023, un aumento del 23.6 % en comparación con el año anterior. Este nivel de reservas proporciona una cobertura sólida para garantizar la estabilidad macroeconómica y financiera, según el oficialismo. No obstante, las perspectivas económicas moderadas y la incertidumbre política pueden desafiar la capacidad del país para mantener esta fortaleza financiera. Además, la actualización de las proyecciones económicas del BCN, con un crecimiento estimado entre el 4 % y el 5 % para 2023, indica una mejora en comparación con las expectativas iniciales.


El sector de zonas francas enfrentó dificultades en 2023, con una reducción en el valor de las exportaciones, especialmente en el sector textil. Pero, la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) con China brinda, según el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), oportunidades para nuevas inversiones, pero el impacto total aún está por verse. Podría llevar varios años.


El Banco Mundial proyecta tasas de crecimiento económico relativamente bajas para Nicaragua en los próximos años, sin superar el 3.5%. La más baja de Centroamérica. Esto contrasta con las expectativas de la administración nicaragüense, que espera que las nuevas relaciones comerciales con China impulsen el crecimiento. Sin embargo, las tensiones geopolíticas, la inflación y otros factores externos podrían presentar desafíos significativos.


En conclusión, Nicaragua se encuentra en un cruce de caminos económico, con decisiones políticas y comerciales cruciales que influirán en su desarrollo a corto y largo plazo. El país enfrenta desafíos en la diversificación económica, la estabilidad cambiaria y la adaptación a un entorno económico global cambiante. Es inevitable.


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