El Ministerio de Salud de Nicaragua (MINSA) se ha convertido en la principal fuente de desinformación sobre Covid-19 debido a que los datos que presentan son confusos, no detallados y carecen de información que permita analizar las afectaciones de la pandemia en el país.
En comparación con otros Ministerios y Secretarias de Salud en la región, el MINSA es la única institución que presenta notas de prensa o comunicados, y no informes diarios detallados. Así también, la información divulgada por la entidad no es especifica, está llena de palabras ambiguas y elude datos sumamente importantes, como una manera astuta de confundir y quitarle la atención a las cifras reales.
Los vacíos de información en los datos admitidos por el MINSA no permiten que las organizaciones, periodistas, población en general, empresa privada y organismos internacionales conozcan y analicen la realidad que se vive en el país. Dicha información no contiene datos sobre el género de la población contagiada, los grupos etarios, padecimientos previos, pronósticos, lugares de detección, departamentos y municipios de los contagios, casos detectados por día e inclusive el número exacto de casos importados o locales.
Nadie cree en el MINSA
A la falta de credibilidad que tiene el MINSA se le debe agregar la casi nula divulgación de estos importantes datos, lo cual, según varios expertos consultados, genera afectaciones psicosociales, económicas y de seguridad, y, además, un estado de desinformación e incertidumbre para la toma de decisiones asertivas en la población y todos los sectores del país.
Para la psicóloga Melissa Raudales "las desinformaciones generan inseguridades, lo cual les lleva (a la ciudadanía) a crisis , por no tener la certeza o verificación de lo que sucede; es por ello que surgen las múltiples especulaciones y mitos al respecto, al manejo, contagio, curas, etc".
El gobernante ausente
Todos los Gobiernos centroamericanos han asumido su papel de informantes, mientras que Daniel Ortega solo se ha presentado en tres ocasiones ante la sociedad, a través de cadenas televisadas, pero con el único objetivo de desviar la atención de la crisis sanitaria que se vive en el país. Ortega y sus funcionarios no dan información sobre la pandemia y tampoco expresan ninguna medida de carácter económico o social para enfrentar el coronavirus y sus consecuencias.
La ciudadanía no sabe que hacer
El libro blanco presentado por la Vicepresidenta y también primera dama, Rosario Murillo, aparentemente sustituirá los informes detallados que debería presentar la máxima entidad del sector salud en el país. Esos vacíos de información y la negligencia extrema por parte de la dictadura de los Ortega-Murillo hacen que la ciudadanía se pregunte: ¿Puedo o no puedo ir al supermercado? ¿Puedo o no puedo tener acceso a servicios de salud?
La población nicaragüense ha tomado sus propias medidas ante la trágica realidad que se vive en el país, pero sin la información correcta y un actuar responsable por parte del Estado es imposible tomar decisiones acertadas o al menos intentar tener días sin incertidumbre o paranoia colectiva.
Para el Biólogo Molecular y actual Vicerrector General de la Universidad Centroamericana (UCA), Jorge A. Huete, "el coronavirus ha dejado al descubierto la trágica realidad que vivimos hoy en Nicaragua. Estamos ante autoridades con una visión anacrónica y a-científica del mundo, con una visión depredadora de la naturaleza, con una visión oportunista y economicista ante un problema que es su responsabilidad resolver porque afecta a toda la sociedad. Estamos ante autoridades actuando en función de sus propios intereses, sin tener en cuenta los de la nación. El coronavirus ha dejado al descubierto que la prioridad de estas autoridades es mantenerse en el poder y mantener su poder con el control y con la represión".
Lamentablemente el MINSA es la única entidad oficial y capaz de obtener todos los datos necesarios para mantener a la población informada y para que el Gobierno mejore las estrategias nacionales de contención y lucha contra el nuevo coronavirus. El actuar inescrupuloso de la institución y del Gobierno en general solo ha dejado más afectaciones en una sociedad que busca como sobrevivir ante dos virus letales: el coronavirus y la desinformación.
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