A través de vídeos de seguridad, declaraciones en medios de comunicación y publicaciones en redes sociales, COYUNTURA recreó la masacre cometida la madrugada de este jueves 14 de julio en la capital hondureña, en donde fueron asesinadas cuatro personas, incluido un hijo del expresidente de Honduras Porfirio Lobo, luego de salir de un concierto de música urbana en una discoteca. Las imágenes retratan a un equipo de seis hombres, quienes asesinaron a las víctimas frente a varios testigos, tras una noche de fiesta en Tegucigalpa, con armas de alto calibre que solo deberían tener las fuerzas armadas del Estado.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Violencia
Tegucigalpa, Honduras
Después de varias horas de celebración y euforia, la música se apagó en el Centro Morazán, un complejo de edificios comerciales y de habitación ubicado en el Bulevar Morazán, en la capital de Honduras. Justo a las 01:30 a.m. finalizó un concierto de canciones urbanas en el restaurante y bar Space, en el quinto piso de la torre. Una actividad que tuvo como artista principal al hondureño Maynor MC, y en la que participaron más de 100 personas, aglomeradas en el local, entre ellos un grupo de al menos ocho amigos, dos de ellos hijos del expresidente hondureño Porfirio Lobo Sosa (2010-2014).
El ambiente era el de siempre en ese centro nocturno. Cervezas, música, euforia, jóvenes bailando y tarareando canciones.
Said Omar Lobo Bonilla, Luis Zelaya, José Salomón Vásquez Velásquez y Norlan Enrique Rodríguez. Los cuatro se encontraban festejando, y junto a ellos también estaban Luis Lobo, de 19 años de edad -también hijo del exmandatario hondureño-, y Luis Laboriel, tiktoker del país centroamericano.
Las historias en Instagram de los artistas y de varias personas asistentes del evento documentan una noche festiva y realmente animada, típico de una buena noche de pijineo en Tegucigalpa. El lugar de reunión era una de las dos únicas discotecas en el edificio, ubicado en una de las arterias capitalinas.
Tras el cierre del local, el grupo, incluida una mujer, se dirigió a la salida del complejo, llegando hasta la aguja de seguridad. En ese punto, las cámaras del edificio y del Sistema Nacional de Emergencias 911 logran detallar los 105 segundos que tardó en cometerse la masacre que ha conmovido al país e inundado los titulares, en donde Lobo, Zelaya, Vásquez y Rodríguez perdieron la vida, luego de su última noche de tragos.
El grupo de amigos se movilizaba en dos camionetas, una primera completamente cerrada de marca Lexus y una segunda con cabina trasera. En el momento exacto cuando se encontraban en la aguja de seguridad, en el portón cuatro del edificio, una camioneta Volkswagen de color negro se interpuso en la salida, tras varios segundos de espera en la avenida del Bulevar Morazán, justo al frente del edificio.
A su ingreso en escena, a las dos de la mañana con cero minutos y treinta segundos, la camioneta de los sicarios -que a partir de ahora llamaremos vehículo X-, destruyó el bumper de otro automóvil detenido a centímetros de la entrada, para luego ubicarse frente al acceso, obstaculizando la salida del grupo de amigos.
Fue ahí cuando cinco sujetos encapuchados, con vestimenta de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), fuertemente armados y de forma coordinada, se bajaron del vehículo X y apearon al grupo de jóvenes de las dos camionetas en las que se disponían a retirarse del local. En ese momento, la tensión se apodera de la zona, que aglomera al mayor número de locales de ocio en Tegucigalpa, volviéndose una escena más tensa a cada segundo.
Según las imágenes y las declaraciones de varios testigos, el vehículo X llevaba varios segundos sobre la carretera, encendido y esperando la salida del grupo. La Policía Nacional y varios medios de comunicación aseguran que fue premeditado, y la probabilidad de que en el local se encontraba un informante, que seguía a las víctimas desde su estadía en la discoteca o incluso antes, cada vez es más alta.
El principal vídeo de recurso de los hechos muestra que las primeras personas en ser bajadas de las camionetas en la aguja fueron Said, y su conductor personal, Norlan. Ambos, al igual que Luis y José -que iban en el segundo vehículo-, fueron obligados a colocarse contra la pared, a solo centímetros del equipo laboral del complejo y otros transeúntes que también iban saliendo de la discoteca.
Mientras los armados coaccionan al grupo de jóvenes, uno de los encapuchados se dispuso a amenazar a las personas que estaban sobre la carretera, y movió el bumper que había quedado en el suelo, con el fin de no obstruir su propia huída.
Y luego de 65 segundos, en los que incluso se ve a Said cuestionando a uno de los armados, las cámaras documentan a varias personas corriendo llenas de pánico hacia el otro lado de la calle, huyendo de la ráfaga de disparos que se descargó a sangre fría contra tres de los jóvenes, mientras se encontraban contra la pared, con las manos hacia arriba, sin muestras de piedad o humanidad.
Las imágenes más desgarradoras demuestran que una de las víctimas -difícil de identificar ya que tres de ellos vestían de negro- es dejada con vida hasta el último momento, a quien golpean en la cara, para luego asesinarlo con un disparo certero en la cabeza. Algunas de las personas que analizaron los vídeos aseguran que era Luis Zelaya.
Los cuerpos, ya en el suelo y evidentemente sin vida, reciben otra ola de pisparos de tres de los sujetos armados, mientras tres personas que se encontraban en la cabina de seguridad, y otras en el estacionamiento, a pocos centímetros de la ejecución, corren y buscan refugio, cubriéndose detrás de otros vehículos o las paredes, e incluso ingresando a un elevador.
Tras perpetrar el sangriento hecho, los encapuchados huyen hacia el vehículo X que esperaba sobre la avenida, dejando a sus espaldas una nube de muerte y polvo. Uno de los sujetos, mientras corría tras el asesinato, fue alcanzado por un proyectil de origen desconocido, que impactó en su pierna o pie derecho. Otro de los secuaces lo ayuda a levantarse sujetándolo de sus posaderas, tomando fuerza y llevándolo hasta el vehículo de su escape.
El objetivo era evidente. Los hijos del expresidente hondureño. La Policía lo ha confirmado, y aseguran que las filas de la Mara Salvatrucha (MS-13) son las responsables. Según Porfirio Lobo, primer familiar en presentarse en la escena, las circunstancias son "raras" y sin duda alguna quienes ejecutaron la operación son "personas entrenadas". "Puede que sean expolicias", aseguró el exmandatario, e informó que su hijo había llegado a Tegucigalpa desde otra zona del país esa tarde, horas antes de ser asesinado. Por otra parte, se puso a disposición para las investigaciones y exigió resultados en la búsqueda de los asesinos. "Su puesto en la seguridad nacional no es broma. Tienen que ordenarse", reprochó Lobo al actual gobierno, mostrando cierta frialdad al momento de brindar declaraciones. No hubo una seña de shock en él, mucho menos de conmoción.
Luis Lobo y otras personas, entre ellos la mujer -que según medios hondureños iba en el primer vehículo-, se salvaron por circunstancias aún inexplicables. El grupo de sicarios buscó con mucha saña en la zona del estacionamiento, e incluso requisaron a varias personas, levantando sus camisas o husmeando a través de las ventanas de sus automóviles.
Luego del asesinato masivo, tras la retirada del contingente, varias personas aparentemente intentaron auxiliar a los jóvenes ya fallecidos, e incluso se documenta que al menos dos de los cuerpos (entre ellos el de Said) fueron movidos, mientras los guardas de seguridad del local ahuyentaban a quienes intentaban grabar la escena. En uno de los vídeos incluso se escucha "apártate o también a vos te vamos a matar", aunque no se puede identificar el origen del audiovisual o de la voz ahí retratada.
Fueron entre 12 y 15 disparos los que quedaron detallados en la pared, causando incluso agujeros del tamaño de una pelota de béisbol.
El bulevar fue cerrado toda la madrugada, después de los hechos. Los cuerpos fueron removidos luego de la salida del Sol en una camioneta de Medicina Legal, y durante todo el día fueron entregados a sus familiares, quienes en las horas siguientes les brindaron sepultura.
Con esta masacre, la cifra víctimas en lo que va del año llegó a 111, según el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH). Una cifra que aumentó las horas siguientes. COYUNTURA documenta al menos cinco masacres desde el lunes 11 hasta el domingo 17 de julio, incluida la acá documentada. Ya son más de 30 en lo que va de 2022.
Sobre los hechos de la madrugada del 14 de julio, en donde Lobo, Zelaya, Vásquez y Rodríguez perdieron la vida, el médico forense Denis Castro Bobadilla dijo a Expediente Público que las armas utilizadas para el asesinato "solo las tienen las instituciones de seguridad del país". Según las imágenes, analizadas desde varios ángulos, se utilizaron rifles AM-15 o similares.
Al cierre de este reportaje:
- La Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP) fue convertida en la Dirección Policial Anti Maras, Pandillas y Crimen Organizado.
- La Policía Nacional ha confiscado al menos tres vehículos, incluidos el Volkswagen que se utilizó en la masacre.
- Una mujer fue detenida en la vivienda en donde se encontró la camioneta utilizada en el crimen y su audiencia inicial está programada para el jueves 21 de julio a las 08:00 a.m. por orden del Poder Judicial hondureño.
- La Policía Nacional ha informado sobre la detención de otras seis personas supuestamente implicadas en los hechos, pero todavía no son judicializados por las autoridades.
- El Gobierno de la presidenta Xiomara Castro aseguró que este crimen tenía como objetivo "desestabilizar" su administración.
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