Se cumplen cuatro años desde el inicio de la insurrección nicaragüense, y en el marco de este día las lágrimas renacen en las madres que perdieron a sus hijos desde abril de 2018.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Crónica
Madrid, España
Diversas organizaciones que aglomeran a la diáspora nicaragüense en España realizaron el conversatorio "Grito mundial de abril". Una charla que contó con la participación de Josefa Meza, Fátima Vivas y Yanilda del Carmen Sevilla, madres de Jonathan Meza, Faber Antonio López y Jhonson Tony Merlo, respectivamente, quienes fueron asesinados en medio de las manifestaciones en contra del régimen Ortega-Murillo.
El desgarrador testimonio de las madres revela cómo ellas, sus núcleos familiares, vecinos y todo tipo de personas ligadas a las víctimas, continúan padeciendo las nefastas repercusiones del trágico sistema dictatorial en Nicaragua, lo cual les he llevado incluso al exilio.
A pesar de ello, aseguran que la denuncia se mantendrá, con el objetivo de encontrar justicia y el esclarecimiento de los hechos.
Vivas, madre de Faber López Vivas, un oficial de la Policía que participaba en un curso de técnica canina, se enteró a través de las redes sociales y medios de comunicación independientes que su hijo había sido asesinado el 08 de julio de 2018, y narró en el evento la difícil situación de desplazamiento forzado a la que ella, sus hijos y hermanos se han visto obligados debido a la exigencia de justicia. "De El Salvador a Perú. De Perú a Uruguay. De Uruguay a España. Pero pesa más la maleta del dolor que cargamos", aseguró.
La madre de Faber López Vivas relató entre lágrimas cómo su hijo fue sustraído del entrenamiento y obligado a reprimir a la población a partir de abril de 2018; una situación con la que López no estaba de acuerdo. "Mi hijo fue torturado por no querer reprimir. Su cuerpo tenía quemaduras de cigarros", explicó, agregando que incluso el Estado intento impedir que recibiera el cadáver de su hijo.
"La vida cambia cuando te arrebatan la vida de un hijo. Es como que te arrebaten la mirada. La vida misma", aseguró Vivas en el conversatorio.
Por su parte, Yanilda del Carmen Sevilla, explica con un flujo de dolor que su hijo, Tony Merlo, apoyó las manifestaciones en contra del régimen de Daniel Ortega por las reformas al sistema de Seguridad Social en el país. "Me siento culpable por haber apoyado con baldes de agua para que los jóvenes se lavaran el gas lacrimógeno. No esperaba ver a mi hijo frente a los antimotines armados", aseguró.
Según su relato, cuando aún su hijo se encontraba con vida, mientras estaba tirado en el pavimento, a la ciudadanía le era imposible auxiliarlo debido a que la Policía continuaba disparando a matar.
Con un nudo en la garganta, y entre la mirada atónita del público, a doña Yanilda le consuela que "al menos" el rostro de su hijo quedó intacto a pesar de los disparos. "Tuve la dicha de ver la cara de mi hijo intacta, porque disparaban a la cabeza".
Sevilla también se encuentra en el exilio, y denuncia como sus familiares, amigos y cercanos también han sido obligados a desplazarse fuera de Nicaragua. "La misa de mi hijo fue custodiada por patrullas. Es tanto el asedio que no podemos ni ir a dejar flores al cementerio". Admite que sigue experimentando, a parte del dolor, temor por las represalias que conlleva seguir denunciando el asesinato de su hijo.
Meza, Vivas y Sevilla son parte de la Asociación Madres de Abril, que aglomera a un sinnúmero de progenitoras y progenitores que exigen justicia desde abril de 2018, y quienes contabilizan que la represión estatal asesinó al menos a 325 personas, entre adolescentes, niños, estudiantes y campesinos.
Por su parte, la organización SOS Nicaragua Madrid continuará realizando actividades en el marco del cuarto aniversario de las manifestaciones en Nicaragua. Para este 18 de abril se espera una manifestación en la Plaza Jacinto Benavente, en la capital española.
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