Su lucha por la libertad y la justicia social, marcada por la resistencia contra la dictadura de Daniel Ortega y su batalla contra el cáncer, deja una huella inspiradora en Nicaragua, y más allá. Su partida es ahora un vacío en la comunidad del país centroamericano, pero su determinación perdurará como un símbolo de fortaleza y esperanza en medio de la adversidad.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
La Nicaragua pensante y sensible lamenta el fallecimiento de María Josefina Gurdián de Vijil, más cariñosamente conocida como "Pinita", el pasado domingo 27 de agosto de 2023. Pinita, una figura destacada en la cocina, la lucha por la libertad y la justicia social, dejó este mundo tras una dura batalla contra el cáncer. A sus 79 años de edad, su vida estuvo marcada por una tenacidad inspiradora que desafió los retos que enfrentó, incluida la crueldad de una dictadura que le negó su búsqueda de tratamiento médico vital en el extranjero y le arrebató la posibilidad de abrazar a su hija y nieta, Ana Margarita y Tamara Vijil, quienes fueron excarceladas y desterradas por el régimen sandinista de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
La partida de Pinita no solo deja un vacío en su familia, sino también en la comunidad nicaragüense y en quienes se inspiraron en su incansable lucha por la justicia y la libertad. Pinita era más que una madre y abuela; era una maestra de cocina que compartió su pasión culinaria a lo largo de más de cinco décadas, y su programa de televisión "Cocinando con Pinita" se convirtió en una fuente de inspiración para muchos. Sus recetarios y la fundación de la "Pastelería Margarita" en Managua son muestra de su creatividad y emprendimiento, dejando una marca duradera en la industria culinaria de Nicaragua.
Sin embargo, la historia de Pinita no puede separarse de su lucha por la libertad y los derechos humanos. Ante la adversidad, se convirtió en una voz persistente en la denuncia de las injusticias cometidas por el régimen de Ortega y Murillo. A pesar de su propia enfermedad, enfrentó la persecución, la pérdida de su pasaporte y la prohibición de buscar tratamiento médico especializado fuera del país.
Pero su valentía en medio de la adversidad y su insistencia en la búsqueda de libertad y justicia son un testimonio de la fortaleza del espíritu humano.
El sufrimiento que Pinita experimentó fue exacerbado por la privación de ver a su hija y nieta, quienes también enfrentan hasta la fecha la crueldad del régimen sandinista. Su deseo de abrazarlas una última vez fue restringido por una dictadura que no muestra compasión ni humanidad. A pesar de ello, Pinita mantuvo su determinación hasta el final, manteniendo viva la esperanza de un cambio en Nicaragua.
Su sonrisa siempre irradió bondad y esperanza, nos guío incluso en los momentos de oscuridad y desafío.
Hoy, Nicaragua llora la partida de una extraordinaria mujer, cuyo legado trasciende las fronteras de su familia y país. Pinita Gurdián nos recuerda que, incluso en medio de la adversidad más extrema, la dignidad humana y la lucha por la justicia siguen ardiendo como una luz en la oscuridad. Su vida y partida es un testimonio de que el espíritu humano es capaz de resistir y persistir, y su legado seguirá inspirando a generaciones futuras en la búsqueda de un mundo más justo y libre.
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