Los encuentros bilaterales alrededor del mundo durante este 2023, luego del levantamiento de las restricciones por la pandemia de Covid-19, están a la orden del día. El período de sesiones número 78 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es el más reciente, en Nueva York, en medio de la crisis migratoria mundial que se ilustra en "la gran manzana", con los mandatarios de Latinoamérica hablando de todo, incluso sobre los problemas que aquejan el día a día de su gente.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Nueva York, Estados Unidos de América
En el marco de la 78ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los líderes mundiales se han congregado en Nueva York para abordar una serie de cuestiones apremiantes que afectan a la comunidad internacional. Uno de los temas centrales que ha acaparado la atención y ha generado un llamado urgente es la lucha contra el cambio climático. El secretario general del órgano, António Guterres, ha encabezado una minicumbre climática en la que ha advertido sobre las consecuencias catastróficas del calentamiento global y ha llamado a la acción inmediata.
La Redacción de COYUNTURA condensa los discursos y temas abordados hasta este jueves en el encuentro de la ONU, haciendo énfasis en los términos y situaciones de la diplomacia latinoamericana.
En un callejón hacia el "infierno" climático
Guterres, al abrir el espacio de debates sobre el cambio climático y la crisis de medio ambiente, utilizó un fuerte símil para transmitir la gravedad de la situación. Declaró que "la humanidad ha abierto las puertas al infierno". Esta expresión gráfica enfatiza la urgencia de abordar el cambio climático y sus efectos devastadores. Guterres destacó que el mundo ya se encuentra 1.2 grados Celsius más cálido que en la era preindustrial y que los impactos del cambio climático están causando estragos en todo el planeta.
El discurso del secretario general de la ONU resaltó que el mundo se enfrenta a un aumento de temperatura de 2.8 grados Celsius este siglo si no se toman medidas drásticas. Esto conduciría a un mundo peligroso e inestable. Guterres hizo hincapié en los devastadores efectos del cambio climático, que incluyen inundaciones, sequías, incendios forestales y un aumento de enfermedades relacionadas con el calor. Subrayó que la acción climática se ve superada por la magnitud del desafío.
El secretario general de la ONU no se limitó a señalar a los gobiernos, sino que también apuntó a las grandes empresas. Criticó las "turbias promesas" de algunas compañías que pretenden estar comprometidas con la lucha contra el cambio climático, mientras en realidad obstruyen la transición hacia energías más limpias. Guterres denunció el uso de influencia y recursos para retrasar y desviar la acción climática necesaria.
El funcionario de la ONU hizo un llamado urgente a los principales países emisores de gases de efecto invernadero para que aumenten sus esfuerzos en la reducción de emisiones. También instó a los países ricos a apoyar a las economías emergentes en sus esfuerzos climáticos. En particular, mencionó la necesidad de poner fin al uso del carbón en el año 2030 para los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en 2040 para el resto del mundo. Además, destacó la importancia de eliminar las ayudas públicas a los combustibles fósiles.
El secretario general de la ONU subrayó también este miércoles la importancia de la justicia climática, señalando que las naciones más pobres son las que sufren más las consecuencias del cambio climático sin ser las principales responsables. Lamentó la falta de entrega de la ayuda financiera prometida y destacó el alto endeudamiento de estos países. Guterres instó a la comunidad internacional a abordar estas preocupaciones y a garantizar una transición justa hacia una economía baja en carbono.
La minicumbre climática en la 78ª Asamblea General de la ONU ha servido como un llamado global urgente para abordar el cambio climático. El símil del "infierno climático" utilizado por António Guterres subraya la gravedad de la situación, que ya causa inusuales olas de calor en Centroamérica y campañas intensas de la ultraderecha con información falsa contra la Agenda 2030. Se ha destacado la necesidad de tomar medidas inmediatas, aumentar la ambición climática y garantizar una transición justa hacia un futuro sostenible. La comunidad internacional se enfrenta a un desafío monumental, y la Cumbre Climática de Dubái será una oportunidad crucial para evaluar el progreso y tomar medidas decisivas a corto plazo. La acción global es esencial para evitar consecuencias catastróficas para nuestro planeta y para las generaciones futuras.
Mandatarios latinoamericanos abogan por la inmigración, las desigualdades, la democracia y el combate a las drogas
La 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en Nueva York el 20 de septiembre de 2023, reúne hasta el cierre de este texto -por segunda ocasión presencial luego de la pandemia de Covid-19- a líderes de todo el mundo para abordar una serie de desafíos globales, con un énfasis particular en la crisis climática y la inmigración. Los discursos de varios mandatarios latinoamericanos, como Guillermo Lasso de Ecuador, Xiomara Castro de Honduras y Gabriel Boric de Chile, destacaron temas cruciales que afectan a la región y al mundo en general, más allá de sus fronteras locales.
El jefe del Ejecutivo uruguayo, Luis Lacelle Pou, habló del "pecado de hacer las cosas bien" al referirse a la falta de acceso de Uruguay a ciertos sistemas de cooperación y preferencias. "Apelando a la libertad responsable internacional, queremos que se actúe con justicia", reclamó durante la Asamblea General de la ONU. También alabó la economía y avances del país suramericano que preside. "Las finanzas públicas están ordenadas, la inflación es la más baja de los últimos 18 años, hemos podido bajar impuestos y, al mismo tiempo, hemos hecho reformas que hace larga data se llamaban urgentes, como la reforma educativa y la reforma de la seguridad social", dijo.
El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, centró su discurso en el impacto de la crisis migratoria provocada por la llegada de cientos de miles de refugiados venezolanos a su país. Lasso hizo un apasionado llamado a la comunidad internacional para que brinde apoyo inmediato a Ecuador en esta situación.
Ecuador ha implementado un proceso de registro de permanencia migratoria para los extranjeros, sin importar su estatus migratorio, y ha registrado a más de 201,000 ciudadanos, la mayoría de los cuales son venezolanos que huyen de la crisis en su país. Lasso subrayó la importancia de garantizar los derechos de esta población y expresó su compromiso de darles un mejor futuro. Sin embargo, destacó que esta política de puertas abiertas necesita el respaldo de la comunidad internacional.
En el caso del mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sorpresivamente solicitó al régimen sandinista de Nicaragua liberar a las y los presos políticos que se encuentra hasta este momento en las mazmorras del país centroamericano, pero también arremetió contra la Agenda 2030 de la ONU. "Estamos muy lejos todavía de los objetivos definidos en esa agenda. La importancia política y moral de erradicar la pobreza y poner fin al hambre parece ahora entumecida", dijo Lula da Silva.
Para Lula da Silva, la desigualdad es la fuente de todos los fenómenos y males en el mundo. La acción más ambiciosa de la ONU, según el mandatario del país suramericano, la Agenda 2030, "podría convertirse en su mayor fracaso". También habló sobre Guatemala.
Por otro lado, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, resaltó los esfuerzos de su Gobierno para combatir el narcotráfico y la corrupción. En particular, mencionó la extradición de su predecesor, Juan Orlando Hernández, acusado de narcotráfico. Castro denunció el saqueo y la destrucción de las instituciones en su país y el uso del "terrorismo de Estado" por parte de la administración anterior.
"Estos asaltantes que secuestraron el estado hoy conspiran contra mi gobierno, organizados en una alianza de políticos corruptos y de supuesta sociedad civil", denunció Castro, en sintonía con su narrativa local de ser víctima de un supuesto intento de golpe de Estado.
"Boicotean la elección del nuevo fiscal general para perpetuar la impunidad a la que están acostumbrados y entorpecer la llegada de la Comisión Internacional de Combate a la Corrupción e Impunidad (CICIH)", dijo la mandataria hondureña.
Además del combate al narcotráfico, Castro hizo un llamado a la cooperación multinacional para abordar la pobreza y las crisis humanitarias en la región, haciendo hincapié en la situación en Haití. Destacó la importancia de la solidaridad regional para enfrentar estos desafíos.
La mandataria hondureña también insistió, por tercera vez, en denunciar el supuesto bloqueo que sufre el vecino del sur, Nicaragua, con el régimen sandinista en el poder desde el año 2007.
Mientras tanto, el presidente chileno, Gabriel Boric, comenzó su discurso recordando cómo su país superó la crisis de inestabilidad política y social tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet hace cincuenta años. Sin embargo, también señaló a gobiernos de la región por prácticas autoritarias y unilaterales.
Boric se centró en la persecución política en Nicaragua y denunció al régimen sandinista de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, por violaciones a los derechos humanos y la represión de la disidencia. También rechazó las sanciones económicas de Estados Unidos contra Venezuela y llamó a levantar el embargo económico contra Cuba.
La tensión para Centroamérica desde Nueva York también aumenta con otros mandatarios en el juego. Una fotografía del presidente salvadoreño Nayib Bukele junto al canciller sandinista de Nicaragua, Dennis Moncada, atiza el fuego diplomático en la región, en medio de la alianza entre las administraciones de Ortega, Castro y Bukele para seguir controlando el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Manifestaciones en las calles de Nueva York
Mientras los líderes latinoamericanos se dirigían a la Asamblea de la ONU, cientos de manifestantes de diversas nacionalidades se reunieron en las inmediaciones de la sede de las Naciones Unidas. Cubanos, iraníes, ucranianos, bolivianos, armenios y minorías chinas se unieron para exigir libertad y respeto a los derechos humanos.
A pesar de las diferencias en sus luchas, los manifestantes compartieron un sentimiento de camaradería y solidaridad. Se destacó la presencia de la comunidad iraní protestando contra el presidente Ebrahim Raisi y exigiendo justicia por la muerte de Mahsa Amini.
Nueva York: epicentro de una crisis mundial
La 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas demostró que Nueva York sigue siendo el epicentro de la diplomacia mundial y un lugar donde los líderes pueden expresar sus preocupaciones y aspiraciones.
Sin embargo, el alcalde neoyorquino Eric Adams hizo un llamado a la comunidad internacional para abordar los desafíos humanitarios que enfrenta su ciudad debido a la llegada de migrantes y refugiados de todo el mundo.
Los discursos de los mandatarios latinoamericanos subrayaron los desafíos que enfrenta la región, desde la crisis migratoria en Ecuador hasta el combate al narcotráfico en Honduras y las denuncias de violaciones a los derechos humanos en Nicaragua.
Mientras los líderes abordaron estos temas en la ONU, las calles de Nueva York se llenaron de manifestantes que buscaban justicia y solidaridad en un mundo lleno de desafíos. La Asamblea de la ONU sirve como un recordatorio de la importancia de la cooperación internacional y la responsabilidad compartida para abordar los problemas globales. Ahora.
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