Muchas y muchos no se conocen, pero se encontraron este domingo 25 de junio en alguna calle de Guatemala. No están aglomerados en ningún espacio, social o político, pero ponen a prueba al sistema del país centroamericano. Son las y los que se abstienen de votar, por desinterés, desconfianza o rebeldía. La Redacción de COYUNTURA conversó con ellas y ellos, subrayando los cambios que podrían empeorar o mejorar la situación.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Ciudad de Guatemala, Guatemala
El abstencionismo se perfila como uno de los principales desafíos en las Elecciones Generales del día de hoy, domingo 25 de junio de 2023, en Guatemala, afectando en la decisión presidencial, y en las elecciones de diputados y corporaciones municipales. Según datos históricos recientes, el país centroamericano ha enfrentado altos niveles de abstención en las elecciones generales. Por ejemplo, en las elecciones presidenciales de 2015, la abstención alcanzó aproximadamente el 43 % del electorado, y en las elecciones generales de 2019, la abstención fue de alrededor del 61 % en la segunda vuelta, y aproximadamente el 38 % de las personas no votaron en la primera vuelta de ese año.
Esos altos indices de no participar en el proceso de votación reflejan una preocupante falta de interés y confianza en el proceso electoral. Un movimiento fortalecido en los últimos años de forma no aglomerada e involuntaria.
El actual presidente, Alejandro Giammattei, ganó la Presidencia con solo el 23 % de los votos de las personas empadronadas, y muchos diputados fueron elegidos ese año (2019) en departamentos con altos niveles de abstencionismo.
Sin embargo, donde el abstencionismo es más evidente es en las elecciones municipales. Según los datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hubo 87 municipios con un abstencionismo superior al 40 % la elección anterior a la actual. Estos municipios registraron los peores índices de participación. Por ejemplo, en Villa Nueva, el tercer municipio más poblado del país, cuatro de cada diez personas no votaron. En otros municipios como Chinautla y Quetzaltenango, la falta de participación también fue significativa. La Redacción de COYUNTURA buscó y encontró a las y los protagonistas de este fenómeno electoral que acecha el debilitado y ulcerado sistema guatemalteco.
Acá se explican sus razones, las acciones que mejorarían o empeorarían esa "apatía" electoral, y como sin conocerse podrían -entre todas y todos- darle un giro a la política y vida guatemalteca.
En una familia de seis, a la más joven no le interesa votar, y al menos dos votan nulo o solo en la elección municipal
Es la noche del viernes en Escuintla, el municipio cabecera del departamento con el mismo nombre. Faltan poco más de 24 horas para que se abran las urnas. Una familia guatemalteca se reunió alrededor de la mesa para disfrutar de una cena, tragos y una noche de juegos, antes de la famosa "Ley Seca" y las votaciones. Mientras las risas, la música -entre rancheras y baladas- y las historias llenaban el ambiente, la conversación se desvió por unos minutos hacia las elecciones generales.
"Carlos", el padre de familia, mencionó la importancia de ejercer el derecho al voto y la responsabilidad de elegir a los líderes que gobernarán el país. Y aunque no animó a nadie para participar activamente en el proceso electoral, dice que votará, pero solo por el alcalde. "Para presidente no hay nadie", dice. Tras un trago, no duda en decir que votará nulo en todas las papeletas, menos en la municipal.
Por otro lado, "Laura", la madre de familia, se mostraba un poco más escéptica. Había perdido la confianza en los políticos debido a las constantes promesas incumplidas y los escándalos de corrupción que han salido a la luz en el país. Aunque entendía la importancia del voto, sentía que su voz no sería escuchada y que las cosas no cambiarían sin importar quién estuviera en el poder.
"Sofía", la más joven de la familia, con 23 años de edad, mostraba un desinterés notable por la política. Con el celular en la mano, solo movía la cabeza cuando le preguntaban si iba a votar. "Ni me empadroné", comenta. "Carlos" recuerda que "no es obligatorio". Ella opta por mantenerse al margen de la política y disfrutar de la noche de juegos con su familia.
Para ir cerrando ese momento de la jornada nocturna, intentan descifrar la razón que los impulsaría a votar. "Para no quedar como Nicaragua", se murmulla. Pero no concluyen en nada. Y mientras la música vuelve a elevarse, "Ángel" señala que también votará nulo. "Son la misma chochada", bosteza. Todas y todos pierden el interés en el tema de inmediato.
"Nuestros derechos están en un estante muy al fondo de las bodegas del Estado, del Congreso, de las alcaldías y la Presidencia"
"Elena" y "Valeria", una pareja de lesbianas que vive en Ciudad de Guatemala, decidió no votar en las elecciones generales de hoy a pesar de tener el centro de votación frente a su casa. Han experimentado el rechazo de los políticos y del sistema electoral, que excluye a candidatos de la comunidad LGBTIQ+. Durante la contienda, los presidenciables, alcaldes y diputados han utilizado la identidad de género, el feminismo y las libertades individuales como temas polarizantes para ganar apoyo o generar división en la sociedad.
La decisión de "Elena" y "Valeria" es un "acto de protesta silenciosa" y una forma de "resistir contra un sistema político" que les ha "fallado repetidamente". Han sentido la falta de protección legal y la invisibilidad en el sistema político, en cuestiones de grandes o pocas magnitudes, como la búsqueda de apartamentos para rentar, o al poner una denuncia al Ministerio Público. No creen en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). A pesar de vivir frente al centro de votación, optan por canalizar su energía en "protegerse una a la otra".
Ellas "saben que su decisión puede ser malinterpretada como desinterés o conformidad", pero en realidad dicen que, como en otros caso, es un acto "consciente de rechazo" a un sistema político que no las representa. En medio de las plantas que rodean el local en donde se encuentran con quien escribe este texto, y el abrazo de su amor, dicen encontrar la determinación para seguir y buscar un cambio real, sin participar. "Nuestros derechos están en un estante muy al fondo de las bodegas del Estado, del Congreso, de las alcaldías y la Presidencia. Parece que nunca hay tiempo para nuestras demandas. Y tampoco hay lugar para una agenda 'moderada', pero basada en nuestras libertades", explica "Valeria".
Abstencionismo por aquí, abstencionismo por allá
El abstencionismo en Guatemala refleja la percepción de las y los ciudadanos y puede ser indicativo de otras fallas en el país, como la migración, la falta de un transporte público eficiente, la falta de accesibilidad en áreas rurales, las pocas legislaciones en pro de los derechos y libertades, la profunda corrupción y la crisis económica. Para varias personas consultadas durante la jornada de este domingo en la capital del país centroamericano, ir a votar implica renunciar a un día de trabajo, lo cual no es viable. "No dejan que los candidatos que el pueblo quiere poner lleguen al menos a la contienda", dice una señora, en defensa del presidenciable Carlos Pineda, excluido de la contienda por orden de la Corte Constitucional tras varias altos y bajos en la carrera del candidato de Prosperidad Ciudadana.
La politóloga Celia Luna destacó en una conversación con Ojo con mi Pisto que el abstencionismo deja en manos de unos pocos la toma de decisiones que afectan a todos. Además, resalta que los altos niveles de abstencionismo en varios municipios, cercanos o superiores al 40 %, son preocupantes y merecen atención.
Por otro lado, lugares con altos índices de participación también deben ser observados, ya que pueden indicar un interés en participar o un descontento con las autoridades actuales. En las elecciones de corporaciones municipales de 2019, hubo municipios con más del 80 % de participación.
Para mejorar la legitimidad del proceso electoral y la confianza en los candidatos, Luna sugiere que los ciudadanos evalúen a los candidatos en función de su participación ciudadana, experiencia y capacidad para cumplir sus promesas. También se debe fiscalizar el trabajo previo de los candidatos que buscan la reelección.
A pesar de los llamados al voto nulo por parte de los presidenciables excluidos Thelma Cabrera, Roberto Arzú y Pineda, el voto nulo no ha tenido suficiente fuerza para cambiar el resultado de las elecciones anteriores. En lugar del voto nulo, muchos votantes han optado por transferir su voto a otros candidatos como forma de castigar a ciertas candidaturas, o, como en el caso de muchos, prefieren no ir a votar.
"No pienso ir", dice sin titubeos una mujer adulta en una taqueria de la capital mientras espera su orden, la noche del sábado 24 de junio. En el mismo restaurante, en una mesa al fondo se escucha una conversación acalorada sobre el proceso, la mayor preocupación es que, de ganar el voto nulo, con al menos la mitad de los votos recibidos en total, la contienda se repetiría con las y los mismos candidatos, excluyendo a los ya excluidos.
- ¿Qué cambiaría su decisión de un no a un sí? - Se le pregunta a una joven que trabaja en una tienda de conveniencia.
- Quizás si se van todos. Son unos corruptos - Responde.
El voto nulo y el voto en blanco
Según los resultados de la última encuesta realizada por el diario Prensa Libre de Guatemala, la candidata Sandra Torres del Partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) se destaca como la favorita para las Elecciones Generales de hoy. La encuesta revela que Torres podría superar el umbral del 20 % de los votos, lo que la llevaría a la segunda vuelta. En segundo lugar se encuentra Edmond Mulet del partido Cabal, con el 13.4 % de intención en relación con los votos válidos, también con posibilidades de llegar a la segunda vuelta.
Aunque la candidata Zury Ríos de la coalición Valor-Unionista se encuentra en tercer lugar con el 9.1 % de intención de voto, la encuesta destaca que el voto en blanco y el voto nulo serían la segunda y tercera fuerza en términos de votos totales. Según los datos, el 14.8 % de los encuestados aseguró que votaría en blanco, mientras que el 13.5 % optaría por el voto nulo, superando al porcentaje del candidato que aparece en segundo lugar.
Estas cifras reflejan una posible tragedia electoral, donde aproximadamente el 26.3 % de los votos totales serían en blanco o nulos, lo que resalta la protesta social y el rechazo al sistema político guatemalteco y al proceso electoral en sí mismo. Esta tendencia evidencia el descontento y la falta de confianza en las opciones presidenciales y en el sistema establecido en el país.
Cuando el abstenerse de votar se contagia
Las y los que se abstienen de votar este domingo bien podrían encontrarse en la calle, pero no se conocerán. Están aglomerados por su falta de interés o confianza en el proceso. También por no encontrar la representación que necesitan en los espacio políticos-partidarios y estatales. "Nos une madrugar, pero no para ir a votar", dice un trabajador consultado en una estación del TransMetro de la capital a primera hora del domingo. Cuando la Redacción de COYUNTURA intenta obtener más argumentos al respecto, de quienes esperan la próxima unidad de transporte, que hoy es gratuito en la capital, se escuchan algunos "¿para qué?", aunque en el fondo alguien invita a ejercer el sufragio.
Durante los últimos años el abstencionismo se ha convertido en una preocupante realidad en medio de la crisis que enfrenta el país centroamericano. La falta de participación refleja la desconfianza y el desinterés de la población en el sistema político y electoral, exacerbado por problemas económicos, sociales y de seguridad. La polarización y la falta de credibilidad de los actores políticos han contribuido a este fenómeno, generando un sentimiento generalizado de apatía política. Recuperar la confianza de las y los ciudadanos y promover la participación son realmente desafíos cruciales para el futuro democrático de Guatemala, la gran nación de Centroamérica, buscando soluciones efectivas a los problemas que aquejan a la sociedad y construyendo un sistema político inclusivo, transparente, independiente y protector de los derechos.
Nota del Editor: Los nombres reales de las personas consultadas para este reportaje fueron modificados para proteger su secrecía del voto.
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