Los lujos que se pueden dar estos burócratas con sus sueldos mensuales son innumerables, más no las respuestas del oficialismo sobre sus múltiples, millonarios y eternos cargos. Desde el Banco Central de Nicaragua, pasando por varias instituciones ministeriales, hasta la Presidencia del país centroamericano. Tres funcionarios ilustran la cruda desigualdad bajo el régimen sandinista.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
En el convulso escenario político de Nicaragua, donde la polarización y la controversia son moneda corriente, la reciente ratificación de Ovidio Reyes como presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN) por el dictador Daniel Ortega ha desatado una ola de indignación y escrutinio público. El presidente del BCN, con uno de los salarios más altos en el país, se convierte en un símbolo de las desigualdades económicas que persisten en una nación que lucha por superar años de crisis y represión. Pero la historia no se detiene aquí, ya que otro personaje, Bosco Castillo, emerge con un salario aún más descomunal y un historial polémico. Exploramos los detalles de estos nombramientos y sus implicaciones en un país que se debate entre la estabilidad política y la crisis económica.
El reinado de Ovidio Reyes en el BCN
Ovidio Reyes, quien asumió el cargo de presidente del Banco Central de Nicaragua en enero del año 2014, es un funcionario de confianza en el régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo. Casi una década en el cargo. Su reciente reelección por otros cinco años ha despertado críticas y cuestionamientos debido a su remuneración excepcionalmente alta, y por su papel "sumiso" en la narrativa de normalidad económica y social impuesta por el sandinismo.
Según una investigación publicada en junio de 2022 por Nicaragua Investiga y Connectas, Reyes percibe un salario mensual de 667,804.89 córdobas, equivalente a 18,294.13 dólares al cambio oficial de entonces. Esto significa que en un año, el presidente del BCN gana más de 219 mil dólares, una cifra que supera con creces los ingresos de la mayoría de las y los nicaragüenses, cuya calidad de vida es irracional.
Una comparación sorprendente es que Ovidio Reyes gana cuatro veces más que el propio Daniel Ortega, cuyo salario registrado en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) asciende a 4,131 dólares, como cabeza de la Presidencia del país centroamericano. Este hecho resalta la desigualdad económica que prevalece en el país, donde un maestro de enseñanza promedio gana apenas 200 dólares al mes, en promedio. En otras palabras, un docente de una escuela del sistema público tendría que trabajar al menos siete años para igualar el salario mensual de Reyes.
La permanencia de Ovidio Reyes en la presidencia del BCN plantea interrogantes incluso sobre la legalidad de su reelección. Si bien inicialmente asumió el cargo en 2014 para un período de cinco años, la Ley Orgánica de la institución le permitió mantenerse en el puesto hasta que fuera reelegido o se nombrara a un sucesor.
Esta cláusula legal ha sido objeto de controversia, ya que algunos críticos argumentan que socava la independencia del Banco Central.
Por otro lado, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de América (EE.UU.) sancionó a Ovidio Reyes en junio del año 2021, alegando que, como presidente del BCN, él "colidera la implementación de la nueva Ley para la Protección de Consumidores y Usuarios, que podría obligar a las instituciones financieras nicaragüenses a hacer negocios con personas designadas en Nicaragua con el riesgo de facilitar transacciones sancionables".
Esta medida fue parte de un esfuerzo por parte de la Casa Blanca para ejercer presión económica sobre el régimen de Ortega.
Bosco Castillo: ascenso y controversia, con múltiples roles y un megasalario
En medio de la atención centrada en Ovidio Reyes, emerge otro personaje enigmático: Bosco Castillo Cruz. Su presencia en el aparato estatal de Nicaragua se remonta a décadas atrás, y su cercanía con altos funcionarios sandinistas como el operador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) Fidel Moreno lo ha catapultado a puestos de alto nivel. Castillo ha desempeñado roles como ministro y asesor presidencial, acumulando salarios asombrosos en un país donde el ingreso promedio es modesto, apenas superando los seis mil córdobas mensuales.
Bosco Castillo, vinculado a la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) durante sus años de estudiante, ha sido un leal seguidor del sandinismo y del sistema de Ortega. Comenzó su carrera en la Alcaldía de Managua en el año 2009, donde ahora manda la alcaldesa Reyna Rueda y Moreno. No obstante, Castillo fue acusado de descuidar sus responsabilidades municipales en favor de su papel como dirigente de la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS). Uno de los episodios más notorios de su participación activa fue la supuesta "emboscada" al exembajador de los EE.UU. en Nicaragua, Robert Callahan, en 2009, y las agresiones vividas durante las protestas denominada "Ocupa INSS" la madrugada del 22 de junio de 2013 en Managua.
Su carrera política continuó en ascenso, y en 2017 fue nombrado titular del Ministerio de la Juventud, un cargo que posteriormente se convirtió en el de ministro asesor presidencial en Tecnologías e Innovaciones Productivas. Aunque se afirmaba que Castillo no recibía salario de este último puesto, investigaciones revelan que, de hecho, gana un salario mensual de más de un millón de córdobas (más de 31 mil dólares).
Esto lo sitúa por encima del propio presidente del BCN, Ovidio Reyes, y de Ortega -de manera oficial-, en cuanto a salarios millonarios.
Lo que más desconcierto causa en el caso de Bosco Castillo es la diversidad de roles que ha desempeñado en el régimen sandinista de Nicaragua. Además de su papel en el Ministerio de la Juventud y la asesoría presidencial, ha ocupado posiciones en el Banco de Fomento a la Producción (BFP) y el Ministerio Agropecuario -al menos hasta julio de 2023-. Sin embargo, una base de datos filtrada del INSS utilizada en varias investigaciones no arroja luz sobre si su salario astronómico proviene de la suma de estos múltiples cargos, actuales hasta la fecha.
Antes de la brutal represión iniciado en abril del año 2018 en Nicaragua, otro incidente oscuro marcó al régimen Ortega-Murillo. En 2013, la JS en colaboración con la municipalidad de Managua, desalojó a manifestantes que protestaban en las inmediaciones del INSS en la zona norte capitalina. Esta protesta, conocida como "Ocupa INSS", tenía como objetivo denunciar la reducción de las pensiones de vejez. Según investigaciones y testigos consultados por la Redacción de COYUNTURA, Bosco Castillo estuvo involucrado en la planificación de este operativo, junto con figuras como Fidel Moreno y la diputada del FSLN, Jenny Martínez.
La inusual presencia de Mario Firmenich, exguerrillero argentino
Otro aspecto intrigante de la historia de Bosco Castillo es su asociación con el exguerrillero argentino Mario Eduardo Firmenich. En 2020, Castillo fue visto junto a Firmenich en una visita a iniciativas productivas en Nicaragua. Aunque Firmenich no tenía un cargo oficializado en la administración sandinista, medios oficiales lo mencionaron como "asesor de la presidencia para la Planificación". Esta conexión plantea interrogantes sobre la influencia de figuras extranjeras en el aparato estatal nicaragüense, y el uso de funciones y funcionarios fuera de la legalidad.
En torno a este caso, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha emprendido una campaña para borrar información relacionada con el exguerrillero argentino y su vínculo con el Estado de Nicaragua. Esta iniciativa se desencadenó después de que otra investigación de Nicaragua Investiga y Connectas revelara que Firmenich disfruta de una vida cómoda en Nicaragua, recibe un sueldo de la Presidencia de la República y participa en eventos sociales en el país centroamericano, incluyendo una aparición en un evento de moda junto a miembros de la familia Ortega-Murillo y otros invitados especiales.
La investigación, titulada "Mario Firmenich, un exguerrillero argentino a sueldo de Daniel Ortega," tuvo un gran impacto internacional, siendo destacada en medios de comunicación de Argentina, España, Colombia y México. Además de borrar contenido en redes sociales, el régimen también eliminó información de la base de datos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, donde Firmenich aparecía como empleado de la Presidencia de la República con un salario notablemente más bajo.
"En el documento al que tuvo acceso esta investigación, Firmenich aparece como empleado de la Presidencia de Nicaragua, cobrando un salario neto de 133,710.59 córdobas (3,735.63 dólares)", citan los medios en su indagación.
Este no es el primer caso en el que el régimen sandinista borra información de los medios oficiales para ocultar detalles incómodos. Esta práctica de manipulación de la información recuerda a la novela distópica "1984" de George Orwell, donde el "Ministerio de la Verdad" de un régimen autoritario reescribe el pasado para adaptarlo al discurso oficial del régimen.
El caso de Ovidio Reyes y Bosco Castillo destaca la persistente desigualdad económica en Nicaragua y plantea preguntas sobre la transparencia y la legalidad de los nombramientos en la administración de Ortega. Mientras Reyes simboliza la brecha entre los altos funcionarios y la población en general, Castillo personifica la opacidad y la complejidad de un sistema político donde las lealtades y las recompensas parecen superar cualquier límite. En un país que enfrenta desafíos económicos y políticos tan duros y eternos, estas historias son un recordatorio de la importancia de la rendición de cuentas y la transparencia en la administración pública.
En ese sentido, la Redacción de COYUNTURA intentó comunicarse con el BCN, con el Ministerio Agropecuario y la Presidencia de Nicaragua. Hasta la fecha no existe respuesta oficial a los escandalosos casos de Reyes, Castillo y Firmenich.
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