"El relacionamiento del embajador, con la administración de Nicaragua, debe ser estratégico para poder llevar a cabo la mejor representación de Colombia, la cual tiene que dejar de ser vista únicamente como un símbolo o una figura decorativa. Como lo ha dicho el presidente Gustavo Petro, la diplomacia del Gobierno del cambio debe ser una diplomacia franca, mirando directamente al otro, simpatizando con el otro, para lograr los objetivos que como
embajador es mi obligación cumplir", dijo el diplomático colombiano en el territorio del país centroamericano. A primera hora de este martes, la Cancillería de Colombia convocó de "urgencia" al funcionario.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
El embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz, ha desatado una tormenta política al ser captado en un video en el que aparece ataviado con símbolos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) durante una marcha en apoyo al régimen de Daniel Ortega y su esposa, la copresidenta Rosario Murillo. Este hecho ha generado fuertes críticas tanto en Colombia como en el país centroamericano, y en el extranjero, en un momento en el que justamente se espera un nuevo fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre el diferendo marítimo entre los dos países, y cuando ambas administraciones mantienen una relación compleja debido al intercambio de acusaciones, críticas en cuanto a la violación de derechos humanos y contraposiciones en su accionar humanitario. El funcionario diplomático marchó en la ciudad de León junto al presidente de la oficialista Asamblea Nacional, Gustavo Porras, y otros burócratas sandinistas.
La oposición nicaragüense ha difundido el video y varias fotografías en las redes sociales, y las declaraciones de Muñoz en las imágenes han provocado un aluvión de críticas desde Bogotá y Managua. El dirigente opositor nicaragüense Juan Sebastián Chamorro señaló que el embajador apoya un proyecto dinástico que fracasará, mientras que el senador republicano Marco Rubio calificó el apoyo del embajador al régimen sandinista como un grave insulto a los nicaragüenses y exiliados que aún sufren las repercusiones del oficialismo en el país centroamericano.
Las relaciones entre Colombia y Nicaragua son particularmente sensibles ahora, entre otras razones, debido a un diferendo limítrofe en el mar Caribe que involucra la soberanía de las aguas que rodean el archipiélago de San Andrés y Providencia. Actualmente, se encuentra en proceso un tercer juicio en la CIJ, luego de que Nicaragua solicitara en el año 2013 la ampliación de su plataforma continental. Se espera que el fallo se emita en los próximos días, lo que agrega mayor tensión a la situación diplomática entre ambos países, cuando ambas administraciones han intercambiado argumentos y denuncias contra la otra.
El Gobierno del presidente Gustavo Petro ha condenado firmemente al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, especialmente después del destierro de 222 presas y presos políticos en febrero pasado y la desnacionalización de más de 300 nicaragüenses por orden de un Tribunal capitalino. En un contundente comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Colombia exigió una reacción de las naciones del mundo ante la deriva extremista del régimen nicaragüense y condenó sus "dictatoriales procederes", luego de la aberración constitucional y jurídica encabezada desde el oficialismo a inicios de este año. El país sudamericano también pidió una visita a Nicaragua del Comité Internacional de la Cruz Roja, que la Corte Penal Internacional tome cartas en el asunto, y aseguró que se encontraba en la búsqueda de quienes "quisieran acceder a la nacionalidad colombiana".
Colombia ha ofrecido incluso la ciudadanía al escritor Sergio Ramírez, exvicepresidente de Nicaragua y ganador del Premio Cervantes, quien aceptó la oferta. Estas acciones han buscado mostrar un distanciamiento del Gobierno colombiano respecto a regímenes autoritarios, pero con claras muestras de recelo.
Además, Petro mismo aseguró en diciembre de 2022 que tiene un "pleito" con Ortega y con lo que representa, luego de que se confirmara una "agenda humanitaria" entre ambas naciones, cuyo fin era la liberación de las personas detenidas por razones políticas.
Sin embargo, las relaciones entre Colombia y Nicaragua son complicadas, y la presencia del embajador Muñoz en la marcha del FSLN ha avivado las tensiones. La Cancillería colombiana se ausentó en una sesión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre la condena al régimen de Ortega por perseguir a la prensa y encarcelar opositores, lo que generó críticas de la oposición más radical, que acusa al mandatario colombiano de promover una política exterior ideologizada alineada con las izquierdas más autoritarias de América Latina, como en el caso de Venezuela.
El presidente Petro ha buscado marcar el camino de una nueva izquierda latinoamericana con un enfoque ambientalista, pero también ha tenido que lidiar con posturas respecto a regímenes supuestamente de izquierda, entre ellos Nicaragua, quienes han buscado validación y soporte en las nuevas administraciones socialdemócratas. Colombia restableció relaciones con Cuba y Venezuela durante el inicio del mandato de Petro, debido a su papel clave en los procesos de paz con la guerrilla del ELN. Sin embargo, el diferendo limítrofe con Nicaragua sigue siendo un desafío para la diplomacia colombiana.
Mientras tanto, el comunicado publicado por el embajador Muñoz defiende su presencia en la manifestación oficialista del régimen de Ortega, destacando los logros de su gestión en la protección de los connacionales colombianos en Nicaragua, la promoción del comercio y turismo, y la difusión de la cultura colombiana. Asegura que su participación en reuniones y actividades del sandinismo es "estratégica", para proteger los intereses nacionales de Colombia en el país centroamericano.
Las reacciones a este comunicado y a la presencia del embajador en la marcha del FSLN han sido diversas. El exembajador de Colombia en los Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón, criticó duramente a Muñoz y lo calificó de indigno, afirmando que ofende a las víctimas de la dictadura sandinismo y afecta los intereses del país suramericano. El senador estadounidense Marco Rubio también expresó su indignación y calificó el apoyo del embajador al régimen sandinista como un grave insulto a los nicaragüenses y exiliados que sufren las repercusiones de la represión organizada y perpetrada desde el Estado.
En medio de esta polémica, se espera el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre el diferendo marítimo entre Colombia y Nicaragua, un tema que ha generado tensiones en las relaciones entre ambos países durante varios años. El fallo podría tener implicaciones significativas para los intereses nacionales de ambos países y añadir mayor complejidad a la situación diplomática.
En febrero del año 2022, el régimen sandinista expulsó al entonces embajador colombiano en Nicaragua, Alfredo Rangel Suárez, debido a que este emitió "juicios de valor sobre los asuntos internos de Nicaragua", ofendiendo "impúdicamente al Estado nicaragüense y su pueblo". En lo que respecta al actual caso de León Fredy Muñoz, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia le convocó este martes 11 de julio de "urgencia" a una reunión en Bogotá. Según fuentes diplomáticas y analistas consultados por la Redacción de COYUNTURA al respecto, se podría iniciar una investigación desde la oficina de control interno de la Cancillería colombiana, por "actuaciones indebidas". Dependerá del canciller, Álvaro Leyva.
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