La alianza entre Honduras, Nicaragua y El Salvador, cuyos presidentes ni se hablan, se ha reactivado para impulsar al exministro de Hacienda salvadoreño, Alejandro Zelaya, como su candidato, mientras que Guatemala y Costa Rica lideran una corriente de opinión contraria. La elección del próximo presidente ejecutivo del BCIE no solo determinará el destino de la institución financiera, sino que también influirá en el desarrollo económico y la estabilidad regional en Centroamérica.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
San Salvador, El Salvador
En el corazón de Centroamérica, una batalla silenciosa pero trascendental está teniendo lugar en estos momentos en torno a la presidencia del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Una entidad que desempeña un papel fundamental en el desarrollo económico y la integración regional. La reciente reactivación de una alianza entre Honduras, Nicaragua y El Salvador ha desencadenado un tenso proceso de selección que enfrenta al exministro de Hacienda salvadoreño, Alejandro Zelaya, y al vicepresidente guatemalteco del BCIE, Jaime Díaz Palacios, por el liderazgo de esta importante institución financiera.
A medida que se acerca la fecha límite para la presentación de candidaturas el 08 de septiembre, la comunidad centroamericana y los observadores internacionales vigilan con interés cómo se desenvolverá este intrigante proceso electoral.
En el año 2018, Honduras, Nicaragua y El Salvador unieron fuerzas para elegir a Dante Mossi como presidente ejecutivo del BCIE. Sin embargo, esta alianza no se detuvo allí. En un movimiento que ha sorprendido a varios pensantes y académicos de Centroamérica consultados por la Redacción de COYUNTURA, los mismos tres países han reactivado su cooperación en un intento por nombrar al próximo líder del BCIE, un cargo que se encuentra vacante desde la conclusión del mandato del explosivo Dante Mossi, tras el rechazo contundente de su reelección. El objetivo de esta alianza es claro: asegurarse de que, así como fue elegido Mossi en su momento, Alejandro Zelaya, exministro de Hacienda de El Salvador, asuma la presidencia ejecutiva a partir del 01 de diciembre.
Esta no es la primera vez que estos países se coordinan para influir en la elección del presidente del BCIE. Hace cinco años, bajo el liderazgo de Daniel Ortega, Juan Orlando Hernández y Salvador Sánchez Cerén, lograron imponer a Mossi en detrimento de otros candidatos, incluyendo al nicaragüense Francisco Mayorga, al salvadoreño Héctor Dada Sánchez y al entonces vicepresidente del BCIE, el costarricense Alejandro Rodríguez.
La persistencia de esta alianza es un claro un intento de mantener el control sobre la institución financiera, para favorecer al mandatario salvadoreño Nayib Bukele, a la presidenta hondureña Xiomara Castro y al dictador sandinista Daniel Ortega. Un exfuncionario del BCIE señaló a un medio de comunicación independiente que los hondureños parecen considerar que el banco regional les pertenece debido a que su sede se encuentra en su país. Dada la restricción de no nombrar a otro hondureño después de dos mandatos consecutivos, esta alianza busca mantener su influencia a través del voto en la elección del próximo presidente ejecutivo, a favor en esta ocasión de Zelaya, quien fue nombrado por Bukele director país del BCIE.
En contraposición a la alianza conformada por Honduras, Nicaragua y El Salvador, se encuentran Guatemala y Costa Rica, liderando una corriente de opinión que cuenta con el apoyo de socios extrarregionales. Aunque según una fuente anónima, esta entente podría estar activa desde antes, posiblemente desde una reunión en República Dominicana. Esta coalición busca desafiar la influencia de la alianza histórica en la elección del próximo presidente del BCIE.
La lucha por el control del BCIE se intensifica debido a la imposibilidad de que otro hondureño ocupe la presidencia, dado que dos ciudadanos de ese país la han dirigido en los últimos quince años. Esto ha llevado a los hondureños a buscar mantener su poder e influencia mediante su voto en la elección, también a favor, aparentemente, del salvadoreño Zelaya.
Los candidatos en competencia
El exministro de Hacienda de El Salvador, Alejandro Zelaya, ha surgido como un candidato destacado en este proceso. Después de haber ocupado un cargo de alta relevancia en su país, su perfil parece sólido para liderar el BCIE. Sin embargo, enfrenta una competencia interna.
El vicepresidente guatemalteco del BCIE, Jaime Díaz Palacios, también es mencionado como un contendiente en esta carrera. Su conocimiento interno del Banco podría ser un activo importante en la búsqueda de estabilizar la institución tras el mandato de Mossi. También podría influir el apoyo que existe para su candidatura por parte de España, México y el antes miembro observador Taiwán.
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El proceso de selección del próximo presidente ejecutivo del BCIE está en marcha. La fecha límite para la presentación de candidaturas es el próximo sábado 08 de septiembre, y el período de calificación de los candidatos comenzará el martes 11 de septiembre de este año. Una vez concluida la fase técnica, el proceso pasará a manos de los gobernadores, donde lo político desempeñará un papel crucial en la elección final. El BCIE, con sede en Tegucigalpa, desempeña un papel crucial en la región al financiar proyectos de desarrollo y promover la integración económica entre los países centroamericanos. Por lo tanto, la elección de su próximo líder es de gran importancia para la estabilidad y el crecimiento de la región, en medio de amplias y conflictivas crisis políticas, humanitarias y constitucionales.
Más allá de las fronteras centroamericanas, esta elección también ha captado la atención de observadores internacionales. Una amplia comunidad de organizaciones centroamericanas señala que hasta el momento sigue de cerca el proceso electoral del BCIE, consciente de su influencia en el desarrollo económico y la estabilidad en Centroamérica.
Los Estados Unidos de América (EE.UU.) también tiene un interés particular en el resultado de esta elección. Durante una gira por ese país, el presidente costarricense, Rodrigo Chaves, expresó el deseo de que la próxima presidencia del BCIE recaiga en Costa Rica. Esta declaración fue respaldada por Lise Grande, presidenta y consejera delegada del Instituto de Paz de EE.UU., quien afirmó que "Costa Rica será el siguiente presidente" del BCIE.
No obstante, Costa Rica no ha tomado una decisión definitiva sobre su candidato y esperará a que finalice el proceso preliminar de selección antes de tomar una decisión, aparentemente.
El proceso de selección del próximo presidente del BCIE no ha estado libre de controversias. Se sigue cuestionando el papel de Dante Mossi, el presidente saliente, en su relación con el régimen criminal y violador de los derechos humanos de Daniel Ortega en Nicaragua, lo que ha llevado a acusaciones de financiamiento ilícito y "favoritismo".
Además, actualmente, en Costa Rica se desarrolla una controversia relacionada con un contrato de consultoría estratégica en comunicación otorgado a una empresa representada por un productor audiovisual. Estos cuestionamientos han suscitado interrogantes sobre la transparencia y la integridad del proceso.
El 12 de mayo, la LXIII Asamblea de Gobernadores del Banco Centroamericano de Integración Económica tomó la decisión de no reelegir a Mossi como presidente y abrió el proceso para seleccionar a su sucesor. El nuevo presidente asumirá el cargo el próximo viernes 01 de diciembre y servirá durante un período de cinco años. El candidato debe ser originario de uno de los cinco países fundadores del BCIE: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Desde su fundación en 1961, el BCIE ha tenido presidentes de diferentes países, con la mayoría procedentes de Honduras (cinco), incluido Mossi, y de Guatemala (cuatro) y Nicaragua (tres). Además de la nacionalidad, se exige a los candidatos tener una sólida experiencia profesional de al menos diez años en puestos gerenciales y ejecutivos relacionados con asuntos económicos, financieros, bancarios o políticas de desarrollo. También deben estar en pleno ejercicio de sus derechos civiles y no tener limitaciones legales para ocupar el cargo, es decir, no estar sujetos a sanciones de ningún país.
El nuevo presidente del BCIE deberá residir en Honduras, donde se encuentra la sede de la institución. Durante la actual administración gubernamental, el BCIE ha otorgado préstamos por un total de $2,847 millones al sector público de El Salvador, consolidándose como uno de los principales financiadores del Gobierno.
La elección del próximo presidente ejecutivo del Banco Centroamericano de Integración Económica es un proceso que desencadena ahora mismo una intensa lucha de influencia en la región. La reactivación de la alianza entre Honduras, Nicaragua y El Salvador -cuyos mandatarios no se han hablado en público durante el último año- choca con los intereses de Guatemala y Costa Rica, y el resultado de esta batalla no solo determinará el liderazgo de la institución financiera, sino que también influirá en el desarrollo económico y la integración regional en Centroamérica.
La comunidad internacional observa de cerca este proceso, conscientes de su impacto en la estabilidad y el crecimiento de una región con severos problemas. Mientras tanto, Costa Rica y su presidente, Rodrigo Chaves, esperan con ansias la oportunidad de liderar el BCIE en un momento crucial para la región centroamericana. El 01 de diciembre se acerca rápidamente, y con él, la decisión que definirá el rumbo del BCIE en los próximos años.
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