La empresa Gildan-Rivas proporciona empleo a decenas de rivenses. A pesar de enfrentar desafíos como "malos tratos", despidos, bajos salarios y sobrecarga laboral, la necesidad prevalece.
Por Voces En Libertad | @VocesNi
Rivas, Nicaragua
Durante muchos años, las zonas francas han sido un alivio para aquellos que ingresan a la edad laboral en el país debido a la falta de empleo. Muchos jóvenes que terminan la secundaria y no pueden acceder a la universidad encuentran oportunidades en estas corporaciones, junto con aquellos que no pudieron completar una educación superior. María Aguilar, de 24 años de edad, es un ejemplo de esto. Estaba estudiando Administración de Empresas en una universidad en Managua, pero no pudo continuar más allá del segundo año debido a problemas económicos en su familia. "El desempleo de mis padres fue el problema", relata.
Ahora, como madre soltera, Aguilar ha trabajado en zonas francas durante varios años como operadora. A pesar de enfrentar malos tratos y violaciones a los derechos laborales, continúa luchando porque fue su única alternativa para salir adelante con su hija.
En estos lugares, abundan las denuncias de salarios injustos, jornadas laborales extensas y despidos injustificados. Trabajadores de la zona franca Gildan de Rivas, que atravesó una crisis después de 2018 pero logró sobrevivir a las dificultades de ese tiempo y la pandemia, confirman esta situación.
"Días difíciles"
Según trabajadores y exempleados, los despidos comenzaron con la llegada del gerente regional de Recursos Humanos, Oleksandr Markhay, de Ucrania, quien implementó recortes y hasta prohibió la instalación de pequeños negocios de trabajadores ambulantes en la entrada de la empresa. La empresa Gildan, ubicada en el kilómetro 109.5 de la Panamericana Sur en Rivas, experimentó una ola de despidos injustificados.
"Cuando este señor llegó, sufrimos una pandemia de despidos injustificados, y para muchos, era la única opción a pesar de las largas jornadas de trabajo de cuatro días", cuenta una trabajadora con más de 10 años de experiencia en la empresa.
Los residentes vivieron con horror los despidos y la violación de los derechos laborales, preguntándose dónde estaban los sindicatos (sandinistas) que solían paralizar el país ante presuntos abusos laborales en gobiernos anteriores. "Aquí sufrimos solos toda esta tragedia", afirma la operadora Francis Romero.
Fin del éxodo, cese de despidos
Los despidos vieron una pausa significativa con el éxodo de inmigrantes que decidieron emigrar hacia los Estados Unidos de América (EE.UU.) o Costa Rica, muchos debido a la fuerte represión del gobierno de Daniel Ortega. "Mi esposo y yo trabajábamos en la zona franca de Rivas, pero él renunció y emigró a los EE.UU.", cuenta otra exoperaria con 14 años de experiencia en Gildan-Rivas.
La empresa ha estado operando en el departamento durante aproximadamente 18 años. El sindicalista Pedro Ortega informó que a partir de enero, entrará en vigencia un ajuste salarial para los trabajadores de zonas francas en Nicaragua. El salario mínimo para estos trabajadores será de 8,746 córdobas con 46 centavos, beneficiando a 132,000 trabajadores en diversas empresas de zonas francas en sectores como textil, fabricación de arneses y puros. El salario promedio en el sector de las zonas francas es de alrededor de 10,500 córdobas, incluyendo incentivos y horas extras.
Crecimiento con desafíos
Según cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN) en el primer trimestre de 2023, el valor de las exportaciones de zonas francas experimentó un crecimiento del 1.3 % en comparación con el mismo período del año anterior. Las exportaciones brutas de las zonas francas fueron de US$ 883.2 millones de dólares en ese trimestre.
A pesar de que las zonas francas representan un alto valor económico en Nicaragua, muchos trabajadores enfrentan largas jornadas laborales y salarios que apenas alcanzan para pagar deudas. Un economista de Rivas de apellido Rodríguez critica que gran parte de los salarios de padres y madres de familia se destinan a los precios de los alimentos.
El año pasado, más del 60 % de la producción maquinizada en Nicaragua se concentró en las máquinas textiles. Sin embargo, entre 2018 y 2020, se registraron numerosos despidos y el cierre de más de tres empresas textiles en Nicaragua, que operaban en el país durante varios años, recordó el economista local. En 2018, la crisis en Nicaragua provocó el cierre de tres empresas de zonas francas y pérdidas económicas que superaron los 22 millones de dólares, según informes periodísticos de ese año.
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