Dos se han ahogado. Uno lucha por su vida en cuidados intensivos. Una sigue desaparecida desde hace tres meses y otro pasó toda una noche perdido al ser arrastrado por las aguas del Río Bravo en la frontera entre México y los Estados Unidos de Norteamérica. Son los casos más recientes de niñas y niños que resumen la peor cara de la trágica migración nicaragüense.
Por Voces En Libertad | @VocesNi
Migración
Frontera entre México y Estados Unidos de Norteamérica
Sus padres cargaron con ellos en la búsqueda de una vida que ofrecía ser diferente, pero que para algunos termina siendo una tragedia. "La situación del país ha obligado a los padres a tomar decisiones como estas, con resultados que a menudo son lamentables", asegura una activista nicaragüense, quien durante varios años trabajó en una organización no gubernamental que promovía los derechos de la niñez, pero que fue ilegalizada por el régimen Ortega-Murillo en su guerra contra las organizaciones sin fines de lucro. "Nos es recomendable una travesía como esa, peor si se hace con niños", agrega la defensora, quien solicitó anonimato por seguridad.
Por otra parte, para Braulio Abarca, miembro del organismo defensor de derechos humanos Nicaragua Nunca Más, asegura que el desplazamiento forzado al que son sometidas las familias nicaragüenses incluye a las niñas, niños y adolescentes, violentando así sus derechos humanos.
Los activistas recuerdan que la tutela de esos derechos es responsabilidad del Estado de nicaragüense y sus instituciones, quienes hasta el momento han ignorado la cifras al respecto. Las autoridades estadounidenses registran 96,193 aprehensiones de nicaragüenses en los primeros siete meses de 2022 en las fronteras de Estados Unidos de Norteamérica. Mientras tanto, entre enero y agosto de este año más de 30 migrantes nicaragüenses han muerto en su intento de llegar al país norteamericano, de los cuales al menos 20 se han ahogado en las aguas del Río Bravo, frontera natural con México.
Muchos de los detenidos son menores de edad y varios de los fallecidos han sido niños y niñas. El último caso fue el de un niño de tres años y su hermanito menor, quienes junto a su mamá y un tío intentaron cruzar el Río Bravo hacia Estados Unidos. Las fuertes corrientes los arrastraron. El primer pequeño pereció y su hermanito se encuentra hospitalizado en Texas, mientras la madre y su tío lograron sobrevivir.
Su familia en Managua se ha declarado "destrozada por la tragedia". "La noticia es buena, nos alegra, pero sufrimos por los niños", dijeron.
Sin embargo, el régimen nicaragüense no ha brindado ninguna declaración sobre el éxodo migratorio. "Hemos visto niños y adolescentes en estas travesías peligrosas y las autoridades no dicen nada. ¿Dónde está la Procuraduría de la Niñez y la Adolescencia? ¿Dónde está el Ministerio de la Familia? Parecen ignorar un tema que preocupa", cuestionan los activistas.
Una situación grave desde 2021
En un informe publicado en junio de 2019, el Centro de Análisis de Datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señalan que entre 2014 y 2018 se reportaron cerca de 1,600 menores migrantes muertos o desaparecidos en rutas fronterizas de todo el mundo, números propensos a aumentar con los subregistros.
En los años siguientes la situación empeoró. En el caso de las Américas, al menos 283 niños perdieron la vida, principalmente durante la travesía irregular hacia Estados Unidos desde el 2014 hasta la fecha. En 2021, unos 51 niños migrantes perecieron en las diferentes rutas que buscaban el llamado "sueño americano", mientras que en lo que va del 2022, la OIM ha registrado 68 fallecimientos.
En el caso de menores nicaragüenses, el jueves 11 de marzo el cuerpo de una niña, identificada con las iniciales A.M.S.M., de cuatro años, fue recuperado de las aguas del Río Bravo. La menor fue arrastrada por las corrientes, siete noches antes, cuando junto a su madre y otras dos personas intentaron cruzar hacia Estados Unidos. La madre relató a las autoridades que "casi llegando" al lado estadounidense "resbaló" y fue arrastrada por la corriente, por lo que uno de los acompañantes, quien cargaba a la niña, intentó ayudarla. Ella logró salir a la orilla de Estados Unidos, pero su hija no.
El 17 de mayo Irma Yaritza Huete y su hija de cuatro años, con las iniciales S.A.C.H., también intentaron cruzar el peligroso afluente, pero no lo lograron. El cuerpo de la madre fue recuperado, pero la niña sigue desaparecida desde hace tres meses. "Aquí seguimos esperando noticias. Tenemos la certeza que sigue vive; no importa el tiempo, lo creemos", dice el abuelo de la menor, Luis Huete Herrera, un nicaragüense de 50 años.
Jeymis Madrigal contó que su hijo de tres años, con las iniciales A.A.M., fue arrastrado junto a OTRAS cuatro personas cuando intentaban cruzar el río. Todos fueron arrastrados y reportados como ahogados esa misma noche, pero el menor fue rescatado y reportado con vida al día siguiente.
Suscríbase aquí a El Boletín de COYUNTURA y reciba las noticias de la actualidad de Nicaragua, Centroamérica y el mundo.
Comments