En medio de la agitación política y la incertidumbre que ha afectado a Nicaragua durante más de cinco años, un sector destaca como una fortaleza resiliente: la banca. Los sólidos resultados de los últimos meses son impulsados por el crecimiento de las obligaciones con el público y la expansión de la cartera de créditos e inversiones, a pesar del contexto de inestabilidad política que persiste.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
El sector bancario de Nicaragua ha demostrado ser una fuente sólida de rentabilidad en medio de la prolongada crisis política, social, económica y humanitaria que ha afectado al país durante más de cinco años. Según el reciente Informe del Sistema Bancario y Financieras (SBF) publicado por el Banco Central de Nicaragua (BCN) el jueves 27 de julio de 2023, el patrimonio del sector bancario alcanzó los 52,791.8 millones de córdobas en junio, lo que representa un aumento del 12.1 por ciento en comparación con el año anterior.
El crecimiento interanual del SBF se ha impulsado principalmente por el incremento de las obligaciones con el público, que aumentaron en C$19,291.7 millones solo en el mes de junio.
Además, otros factores clave que contribuyeron a los retornos positivos fueron el aumento de la cartera de créditos y de las inversiones, así como la reducción de las obligaciones con instituciones financieras y otros financiamientos.
El informe de la entidad estatal también destaca el comportamiento de los ingresos en junio. La cartera de créditos aumentó en C$13,950.8 millones, mientras que las inversiones crecieron en C$7,385.5 millones. Por otro lado, las obligaciones con instituciones financieras y otros financiamientos se redujeron en C$4,920.5 millones.
Es sorprendente que a pesar de la inestabilidad política que atraviesa Nicaragua, los clientes continúen confiando en los bancos para resguardar sus ahorros y financiar sus proyectos personales o empresariales. Los depósitos del público han aumentado significativamente en un 16.5 por ciento en términos interanuales, alcanzando un saldo de C$208,605.4 millones.
De manera similar, la cartera de créditos experimentó un crecimiento impresionante del 18.9 por ciento, alcanzando un saldo de C$166,073.3 millones.
Lo más alentador es que, a pesar del crecimiento de la cartera de créditos, se ha observado una mejora en su calidad. En junio, los créditos representaron el 93.3 por ciento de la cartera bruta total, lo que supone un aumento de 4.6 puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año anterior.
Asimismo, la moratoria ha disminuido al 1.3 por ciento, en comparación con el 2 por ciento registrado el año anterior, lo que refleja una mayor solidez en la calidad de los créditos otorgados. El margen de riesgo también ha experimentado una reducción sustancial, pasando de 11.3 por ciento en junio del año pasado a 6.7 por ciento en 2023.
En cuanto al análisis de las fuentes y usos de recursos, el incremento de las obligaciones con el público y del patrimonio ha sido fundamental para el aumento de la cartera de créditos y las inversiones, así como para la reducción de las obligaciones con instituciones financieras y otros financiamientos.
Las actividades económicas que más han contribuido al crecimiento interanual de la cartera de créditos son la cartera personal con un impresionante 29 por ciento de aumento, seguida por la cartera comercial con un 24.4 por ciento, tarjeta de crédito con un 20.5 por ciento, cartera industrial con un 16.1 por ciento y cartera ganadera con un 12.5 por ciento.
Además, es relevante señalar que los créditos hipotecarios también han mostrado una tendencia hacia la recuperación, con un crecimiento del 2.9 por ciento en junio, en comparación con una disminución del 1.7 por ciento en el mismo mes del año anterior.
El BCN ha destacado que el proceso de intermediación financiera del SBF ha mantenido su dinámica positiva, y los niveles de liquidez y solvencia se mantienen por encima de los límites regulatorios. La cobertura de liquidez, medida por el ratio de efectivo y equivalentes de efectivo sobre depósitos del público, se situó en un sólido 34.2 por ciento, lo que asegura la capacidad de respuesta del sistema bancario ante posibles retiros masivos de depósitos. Asimismo, los niveles de provisiones se mantienen adecuados para cubrir la totalidad de la cartera vencida, y la adecuación de capital ha alcanzado un saludable 18.8 por ciento.
A pesar de los desafíos políticos, humanitarios y económicos que enfrenta Nicaragua, el sector bancario ha demostrado su resiliencia y solidez financiera. El aumento en el patrimonio, los depósitos del público y la cartera de créditos reflejan la confianza de los clientes en el sistema bancario para asegurar sus recursos y financiar sus proyectos. La mejora en la calidad de los créditos y la disminución del margen de riesgo son señales alentadoras de una gestión crediticia más sólida y prudente. Sin embargo, es importante seguir monitoreando de cerca el entorno político y económico para garantizar la estabilidad y el crecimiento continuo del sector bancario nicaragüense.
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