La cadena nacional dirigida por Daniel Ortega y Rosario Murillo el pasado lunes 04 de octubre costaría millones de córdobas del presupuesto destinado para el reembolso electoral de la campaña de 2021. La actividad generó un capítulo más del lenguaje no verbal de la dictadura Ortega-Murillo.
Por Juan Daniel Treminio | @DaniTreminio
Managua, Nicaragua
El calendario electoral de cara a las votaciones del 07 de noviembre fue modificado para reducir los días de propaganda electoral, arrancando oficialmente el 25 de septiembre. Pero no fue hasta el pasado lunes que inició la campaña electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en un acto donde las propuestas fueron sustituidas por amenazas.
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Rodeado de un tumulto de flores que no conocen armonía, con panas llenas de rosquillas y desde la terraza de su casa en El Carmen, la que fue expropiada al ex vicepresidente Jaime Morales Carazo, el primer matrimonio del país espera la señal que les indicaría el inicio de la transmisión.
Murillo recorre el salón con sus ojos, lanza media sonrisa y se pone de pie con una tonelada de amuletos encima. Usaba una bufanda turquesa. Dos segundos después Ortega se incorpora y con la mano derecha acomoda la gorra que oculta su desmechado cráneo, para terminar articulando su saludo marcial.
Al finalizar el Himno Nacional se transmitió el video oficial de la campaña, llamada “Soberanía”. Era una composición musical "antiyanqui" interpretada por la agrupación juvenil Los Rústicos del Norte.
“Hoy, cuatro de octubre. El cuatro de octubre está consignado como día de la ecología”, fue la introducción de su "diazepánico" monólogo, que finalizó con un “bendito sea Dios”.
¿Campaña?
La familia gobernante, también candidatos presidenciales, dejaron pasar diez días desde el arranque de la campaña, estipulado por el Consejo Supremo Electoral (CSE). Claro. Estaban muy ocupados en medio de una intensa agenda de celebraciones patrias y del cuerpo armado del país. Tuvieron que salir al menos cinco veces de su espacio habitual, para vender la idea de que las votaciones que se realizarán dentro de cuatro semanas representarían una independencia mejor que la de hace doscientos años.
Aunque algunos medios de comunicación titularon la aparición del lunes como el inicio de la campaña, Ortega no lo dejó claro, salvo por hacer referencia a las votaciones en algún momento de su discurso. "Hablo de elecciones porque estamos en vísperas", se limitó a decir tras 21 minutos hablando de historia.
Y si su aparición se trató realmente de su apertura de campaña, responde a las fechas dictadas por su CSE para hacer proselitismo de manera virtual, con la excusa de evitar la propagación de la Covid-19. Algo que Ortega y Murillo pueden hacer desde el patio de su casa, con sus medios de comunicación y en cadena nacional, obviando al resto de candidatos de su partido y endosando la teoría de que dicha transmisión podría dejar jugosas ganancias para la familia y para el FSLN.
La transmisión
Rosario lo anunció este lunes durante su alocución del ángelus en los medios oficialistas. "Al final de la tarde vamos a estar comunicándonos todos, nuestro Presidente, el comandante Daniel… para establecer todos los honores a nuestro general Benjamín Zeledón”. Y los honores a Benjamín se convirtieron en amenazas al clero católico, algo que ella disfrutó, confirmándolo en los diez minutos de alocución final tras el discurso de Ortega. “Cuando el comandante habla de esos temas a uno el alma se le sollama”, dijo Murillo.
Y mientras el alma de la compañera se sollamaba durante los 46 minutos con 24 segundos que duró el discurso del comandante, el CSE tendrá que evaluar el costo de dicha transmisión, ya que se trata del primer acto proselitista de la fórmula presidencial del FSLN, partido al que se le asignará la mayor parte de los más de C$800 millones de córdobas destinados para el reembolso de la campaña electoral virtual de 2021.
"Paz, palabra mágica"
Ortega abrió y cerró su discurso haciendo lo que mejor hace, el platillo fuerte de sus masas: criticar al imperio yanqui. Pero durante este sermón el término que más uso fue "paz". La vibró 33 veces entre el despoblado bigote que comandan sus labios.
"Paz, palabra mágica", dijo en su rebuscado recital. "Vamos a estas elecciones en paz". Sin competencia, desde el patio de su casa, esperando su reelección y el reembolso de una transmisión en la que ni las flores tuvieron armonía.
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