El presentador preguntó a la candidata demócrata si seguiría apoyando que se utilicen fondos públicos para las cirugías de transición de género, incluso para inmigrantes indocumentados. La vicepresidenta, sin vacilar, respondió que aplicaría la ley vigente, destacando que las mismas políticas estaban en vigor durante el mandato de Donald Trump. Esta respuesta permitió a Kamala Harris exponer lo que considera la hipocresía de los republicanos al atacar un tema que, según ella, es marginal y utilizado solo para infundir miedo entre las y los votantes.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Washington, Estados Unidos de Norteamérica
La vicepresidenta de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) y candidata a la Casa Blanca por el Partido Demócrata, Kamala Harris, se vio envuelta en una de las entrevistas más tensas de su carrera política durante su aparición en Fox News con el periodista Bret Baier el miércoles 16 de octubre de 2024. Desde el inicio, el tono fue agresivo, marcado por las constantes interrupciones de Baier, quien lanzó preguntas que reflejaban temas clave de la retórica trumpista. La inmigración ilegal, la relación de Harris con el actual presidente Joseph Biden, y los derechos de las personas transgénero fueron algunos de los temas más controversiales de la conversación.
La entrevista, que comenzó con una cuestión directa sobre el número de inmigrantes ilegales bajo la administración de Biden, se tornó rápidamente un cruce de acusaciones. Baier, en su papel como entrevistador, cortaba continuamente las respuestas de Harris, impidiéndole a menudo desarrollar sus ideas con fluidez. Sin embargo, Harris, a pesar de la presión, consiguió responder, lanzando una de las declaraciones más contundentes hasta ahora de su campaña presidencial: "Mi presidencia no será una continuación de la presidencia de Joe Biden". Este comentario, que distanciaba su candidatura del actual presidente, fue un movimiento calculado para diferenciarse ante un electorado dividido.
La inmigración fue el primer tema candente que abordaron. Baier reprodujo un video de una madre que culpaba a la política migratoria de Biden y Harris por la muerte de su hija, un caso que Trump ha utilizado repetidamente para criticar la gestión fronteriza. Harris, visiblemente compungida, expresó sus condolencias, pero también aprovechó para responsabilizar a Trump de bloquear reformas claves en seguridad fronteriza que habrían prevenido tragedias como esa.
"Si se hubiera aprobado una ley de seguridad fronteriza hace nueve meses, habríamos tenido más agentes en la frontera", declaró.
El tono de la entrevista no solo fue intenso por las interrupciones, sino también por la elección de temas. Uno de los puntos más controvertidos fue la pregunta de Baier sobre el uso de fondos públicos para cirugías de transición de género en prisiones, un tema que ha sido explotado políticamente por la derecha. Harris, en lugar de esquivar la cuestión, recordó que esas políticas estuvieron vigentes también bajo la administración de Trump. Además, denunció el uso excesivo de dinero en campañas publicitarias que fomentan el miedo entre las y los votantes respecto a estos temas marginales, mientras ignoraban problemas más urgentes para el país.
La constante necesidad de Baier de redirigir la entrevista, a menudo interrumpiendo a Harris, reflejaba el ambiente hostil y la dificultad de que se diera un intercambio equilibrado y periodísticamente válido. Harris logró colocar varios de sus mensajes, destacando su agenda económica, al tiempo que atacaba a Trump por sus propuestas de recortes de impuestos para los más ricos, que según ella, podrían desencadenar una recesión.
Las críticas hacia Harris por evitar entrevistas conflictivas con medios opositores habían sido un tema recurrente en las últimas semanas. Aceptar la entrevista con Fox News parecía un intento de su campaña para mostrar que la vicepresidenta podía enfrentar un ambiente hostil y comunicarse directamente con una audiencia que normalmente no le es favorable. Según su equipo de campaña, este objetivo fue alcanzado. Brian Fallon, director de comunicaciones de Harris, afirmó que la vicepresidenta había logrado llevar su mensaje a una audiencia difícil y demostrar su capacidad para manejar la presión en todo momento.
Por su parte, Baier se defendió de las críticas sobre su estilo de entrevista. Durante una mesa redonda posterior en Fox News, el periodista explicó que tuvo que lidiar con "ajustes de última hora" por parte del equipo de Harris, lo que redujo el tiempo previsto para la entrevista. Además, admitió que sentía la presión de mantener el control de la conversación, lo que derivó en las constantes interrupciones. "Intenté redirigir sin interrumpir demasiado, pero a veces uno tiene que hacerlo", afirmó Baier, justificando su actuación.
La entrevista no pasó desapercibida para el expresidente Donald Trump, quien expresó su descontento con Fox News por permitir que Harris apareciera en su cadena, mientras él estaba en un encuentro con latinos en Univision. Trump ha mantenido una relación cercana con el canal, y no dudó en criticar a Baier por lo que consideró una concesión a su rival demócrata. A pesar de que Trump ha evitado participar en debates con Harris, su influencia sobre los temas discutidos en la entrevista fue palpable.
En última instancia, la entrevista representó una rara oportunidad para que Harris se dirigiera a una audiencia más conservadora y tratara de desarticular algunos de los ataques más repetidos por Trump y sus seguidores, en medio de sus propios ataques y advertencias contra/sobre el exmandatario. A pesar del formato incómodo y las interrupciones constantes, la vicepresidenta supo navegar las preguntas, colocándose como una alternativa viable y diferente a la administración actual de Biden. Al final, aunque Baier no logró obtener respuestas que comprometan a Harris, sí puso de manifiesto las diferencias que la candidata busca destacar en su lucha por la presidencia.
El resultado de esta entrevista sigue siendo tema de debate en los círculos políticos. Mientras que Fox News y sus comentaristas la consideraron poco convincente, el equipo de Harris vio la oportunidad como un éxito, demostrando que podía soportar la presión de un medio hostil y aún así transmitir su mensaje. A medida que avanza la campaña, este tipo de enfrentamientos directos, aunque incómodos, podrían ser esenciales para que Harris gane terreno entre los votantes indecisos o republicanos moderados que buscan una alternativa a Trump. O viceversa.
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