Mientras las y los precandidatos buscan posicionarse en el imaginario colectivo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha destinado 10 millones de lempiras a cada uno de los tres partidos políticos para la capacitación de los miembros de las Juntas Receptoras de Votos (JRV). Según la consejera presidenta, Cossette López, la primera fase de esta formación ya se realizó, enfocándose en capacitar instructores que a su vez entrenarán a los más de 123,300 ciudadanos que integrarán las mesas electorales el domingo 09 de marzo de 2025.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Tegucigalpa, Honduras
Este jueves 27 de febrero de 2025, Honduras vivió un ejercicio sin precedentes en la cobertura política televisiva, superando incluso otras producciones electorales centroamericanas en los últimos años. Durante casi 20 horas continuas, el canal de señal abierta Hable Como Habla (HCH), el medio más influyente y masivo del territorio, abrió sus micrófonos y pantallas para que aspirantes a cargos de elección popular presentaran sus propuestas ante la audiencia. Desde las 05:30 de la mañana hasta la medianoche, las instalaciones del canal en Tegucigalpa y el Parque Central de San Pedro Sula se convirtieron en una plataforma de exposición política y partidaria a menos de 10 días de las elecciones primarias del domingo 09 de marzo.
Más de un centenar de precandidatos desfilaron por la transmisión, buscando captar la atención del electorado. Entre nervios, libretas y arengas de seguidores, las y los aspirantes a diputaciones, alcaldías y otros cargos presentaron sus promesas y discursos, en dos minutos exactos. Sin embargo, los principales precandidatos presidenciales (10 en total) se ausentaron de la jornada, restándole peso al evento en la contienda por la máxima magistratura del país.
El evento fue una exhibición de rostros, ideas y, en algunos casos, discursos vacíos. Un experimento de ciudadanía que, pese a su formato de exposición sin cuestionamientos, permitió a la audiencia conocer a quienes buscan administrar la institucionalidad y los destinos de millones de connacionales. La dinámica fue similar a una selección masiva de actores y actrices para un elenco, donde cada aspirante tuvo su turno frente a las cámaras, sin preguntas difíciles, sin confrontaciones y sin espacio para el contraste real de propuestas.
Bajos, altas, blancos, morenas, con sobrepeso, con exceso de maquillaje o sin una pizca de él. La diversidad en los aspectos físicos fue evidente, pero nada comparado con la insistencia en el "cómo debería ser". Pocos se atrevieron a explicar el "cómo lo harían".
En redes sociales digitales, la etiqueta "HCHPorlaDemocraciaPorHonduras" registró al menos 45,893 impresiones en la cuenta de X del canal. El análisis de las interacciones mostró que el 34 % de las reacciones fueron neutras, el 21 % positivas y el resto negativas o con comentarios de escepticismo sobre la efectividad del evento para generar una conversación informada.
La transmisión alcanzó, según registros verificados por COYUNTURA con ayuda de una herramienta privada, a aproximadamente 1.2 millones de personas en distintos momentos del día, consolidando la influencia del canal en la cobertura electoral y las noticias del día a día. No obstante, la ausencia de análisis crítico y pedagógico dejó un vacío importante: nadie explicó cómo votar con razonamiento, cómo escoger con civismo, cómo evaluar proyectos y cambios concretos. La narrativa predominante giró en torno a ideologías, colores y lealtades partidarias, sin profundizar en el fondo de las propuestas.
Según el registro de este medio, los precandidatos del oficialista Partido Libertad y Refundación (LIBRE) fueron los que más aprovecharon el espacio abierto, seguidos por los del Partido Nacional de Honduras (PNH) y, en menor medida, los del Partido Liberal de Honduras (PLH). La mayoría de los participantes fueron aspirantes al Poder Legislativo, seguidos por aquellos que buscan liderar una municipalidad.
¿Dónde está la educación cívica?
Mientras HCH facilitaba el acceso a la pantalla para una multitud de precandidatos, el Consejo Nacional Electoral (CNE) continuaba con la organización del proceso electoral. Como parte de la capacitación a los miembros de las Juntas Receptoras de Votos (JRV), el ente electoral transfirió 10 millones de lempiras a cada uno de los tres partidos en contienda, con el fin de seguir la formación de los encargados de velar por la transparencia del sufragio. Días atrás, el CNE capacitó a los instructores de cada entidad del tripartidismo, quienes ahora replicarán el conocimiento a los más de 120,000 hondureños que integrarán las JRV el día de las elecciones primarias. En total, se instalarán 24,858 Juntas Receptoras de Votos, distribuidas equitativamente entre los tres partidos.
Pero, pese a estos esfuerzos logísticos, sigue faltando una discusión masiva sobre el ejercicio del voto informado. Nadie ha utilizado espacios de alto impacto como el de HCH para educar al electorado en aspectos clave del proceso: cómo evaluar candidatos, cómo identificar propuestas viables y cómo evitar caer en la manipulación política e ideológica. Sin esta orientación, la democracia y el proceso en sí siguen corriendo el riesgo de reducirse a un espectáculo mediático sin profundidad ni contenido.
"Las elecciones primarias representan el primer gran filtro en la carrera electoral. Son el espacio donde los partidos definen quiénes aparecerán en las papeletas de noviembre y, por ende, su importancia es incuestionable", explicó una abogada hondureña consultada bajo anonimato. Sin embargo, la falta de participación de los principales contendientes presidenciales en el evento de HCH, por ejemplo, evidenció una estrategia calculada: evitar el escrutinio prematuro y minimizar el riesgo de errores en una exposición prolongada.
El aspirante de mayor rango en asistir fue el actual alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, junto a algunos diputados que también buscan la reelección. Esto dejó en claro que, para la élite política, el riesgo de un foro sin control es mayor que la oportunidad de captar votos y transmitir ideas. Mientras tanto, los precandidatos menos conocidos aprovecharon la ocasión para intentar posicionarse ante un electorado que aún no los identifica del todo.
La jornada en HCH dejó una conclusión clara: la democracia hondureña necesita más que vitrinas de exposición. Requiere espacios de debate real, periodismo crítico y una ciudadanía que exija contenido más allá de las consignas y las promesas sin sustento. A medida que se acercan las elecciones primarias, el desafío sigue siendo el mismo: transformar el voto en una herramienta de cambio real y no en un acto impulsado por la inercia partidaria.
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