El impacto de la suspensión es profundo. Según cifras del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos de Norteamérica (USCIS), hasta junio de 2023, unas 523,814 personas habían recibido autorizaciones de viaje bajo este programa. Sin embargo, con la suspensión, alrededor de dos millones de solicitudes pendientes quedan en un limbo, aumentando la ansiedad y la incertidumbre entre los solicitantes.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Washington, Estados Unidos de Norteamérica
El reciente anuncio del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) sobre la suspensión temporal del programa de "parole humanitario" ha generado un gran revuelo entre las comunidades de migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Esta medida, que se implementó originalmente como una vía legal para que hasta 30,000 personas por mes de estos cuatro países pudieran ingresar a los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) con permisos de trabajo por dos años, ahora se encuentra bajo un escrutinio exhaustivo debido a preocupaciones por fraude en las solicitudes, con cientos de datos repetidos en un porcentaje no mayor al 7 % de las solicitudes, según fuentes consultadas por COYUNTURA.
El programa de "parole humanitario" fue lanzado a finales de 2022 para ciudadanos venezolanos y posteriormente se expandió para incluir a cubanos, haitianos y nicaragüenses en enero de 2023. Este programa ha sido considerado por muchos defensores de los derechos de las y los migrantes como una de las políticas más efectivas para reducir la migración no autorizada, ya que proporcionaba una vía legal para aquellos que huían de condiciones difíciles en sus países de origen hasta la semana pasada. Helena Olea, subdirectora de programas de Alianza Américas, subrayó que estos permisos han demostrado que la creación de vías legales para la migración es el mejor antídoto contra la migración irregular y urgió a la Casa Blanca a reanudar el programa lo antes posible, aunque la campaña electoral y el próximo mandatario definirán las próximas políticas y pasos, de seguir el Partido Demócrata o de ganar el expresidente Donald Trump.
No obstante, la decisión de suspender el programa surgió luego de que se detectaran irregularidades significativas. Un informe interno al que tuvo acceso Fox News reveló evidencia de fraude en las solicitudes, incluyendo el uso repetido de patrocinadores, números de seguro social de personas fallecidas, direcciones físicas inexistentes y números de teléfono utilizados en múltiples formularios. Esta situación llevó al DHS a congelar las adjudicaciones de autorizaciones de viaje mientras se revisan las solicitudes de las y los patrocinadores. "No obstante, las personas con autorizaciones de viaje pueden viajar", explicó a este medio una abogada de inmigración de Miami, Florida.
La suspensión del programa ha dejado en el limbo a muchas familias que esperaban reunirse en EE.UU. en lo que resta del año. Por ejemplo, José Alonso Armas, un cubano que ha estado esperando su aprobación desde enero de 2023, expresó su desilusión al ver cómo otros solicitantes obtenían sus permisos en cuestión de días o meses. De igual manera, Pedro Fanego, desde Guantánamo, manifestó la desesperación de quienes ven en este programa su única oportunidad de salir legalmente de Cuba, y de otros regímenes autoritarios de la región. "Nos quitaron la vía más factible que quedaba", comentó "César", quien no puedo ni "utilizar bien" la aplicación CBP One.
La decisión también ha generado fuertes reacciones políticas. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, pidió la eliminación permanente del programa, argumentando que la administración Biden-Harris ha permitido la entrada de cientos de miles de extranjeros sin control. Este sentimiento es compartido por otros republicanos que han criticado el programa desde su inicio.
Mecanismos de revisión y futuro del programa
El DHS ha asegurado que cuenta con mecanismos de revisión para detectar y prevenir el fraude y que tomará muy en serio cualquier abuso de sus procesos. Cuando se identifica un fraude, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) investiga y litiga los casos en los tribunales de inmigración y remite los casos penales al Departamento de Justicia. A pesar de estas garantías, la incertidumbre prevalece entre quienes tienen solicitudes en proceso, ya que no se ha especificado una fecha exacta para la reanudación del programa, o para su proceso de remplazo.
El abogado de inmigración de Florida, Willy Allen, señaló que el programa tenía una debilidad inherente al permitir que cualquier persona pudiera patrocinar a otra, lo cual se prestaba para abusos de varios tipos. Allen espera que en los próximos 60 días el DHS pueda implementar un sistema que corrija estos errores y permita el retorno del programa.
El impacto de la suspensión es profundo. Según cifras del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos de Norteamérica (USCIS), hasta junio de 2023, unas 523,814 personas habían recibido autorizaciones de viaje bajo este programa. Sin embargo, con la suspensión, alrededor de dos millones de solicitudes pendientes quedan en un limbo, aumentando la ansiedad y la incertidumbre entre los solicitantes. Javier Alejandro De La Torre, un joven cubano de 24 años, expresó su frustración al no saber cómo avanzar en su vida debido a la falta de claridad sobre el futuro de su solicitud. En ese sentido, Ana Gil García, fundadora de la Alianza de Venezolanos en Illinois, indicó que la suspensión es una desafortunada consecuencia de las acciones de unos pocos que actuaron mal. Ella, junto con muchos otros patrocinadores, ahora enfrenta una espera indefinida, lo cual genera preocupación y desesperanza entre los solicitantes y sus familias.
A pesar de los desafíos, las autoridades han reafirmado su compromiso con el programa. Blas Nuñez Neto, subsecretario de Seguridad Nacional de EE.UU., afirmó que están muy comprometidos con seguir implementando este programa y que lucharán por mantenerlo vigente. No obstante, la falta de información detallada sobre la duración de la suspensión y las medidas específicas para corregir los problemas detectados solo agranda la incertidumbre.
La suspensión temporal del programa de parole humanitario ha generado un impacto significativo en miles de migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Aunque la medida se tomó en respuesta a serias preocupaciones por fraude, la incertidumbre que ha causado ha dejado a muchas familias en un estado de ansiedad y desilusión. La respuesta de las autoridades y la implementación de mecanismos para prevenir futuros abusos serán cruciales para determinar el futuro de este programa que, a pesar de sus fallas, ha sido una esperanza para muchos que buscan una vida mejor en los Estados Unidos de Norteamérica hasta hoy.
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