Honduras pierde entre 50 mil y 65 mil hectáreas de bosque anuales debido a incendios y tala ilegal, con más del 90 % de los siniestros originados por actividades humanas, como la quema para la agricultura y los incendios provocados. En 2024, el país registró más de 3,100 incendios, dañando 223 mil hectáreas.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Tegucigalpa, Honduras
El inicio de la temporada de incendios de 2025 ha traído consigo una alarmante crisis ambiental en Honduras y Guatemala, donde los siniestros se han incrementado de manera significativa en comparación con años anteriores. Autoridades locales y organismos de respuesta han emitido alertas para contener los daños, mientras el impacto sobre los ecosistemas y la salud pública se agrava. Será otro año lleno de humo, vapor y contaminación en las principales metrópolis de Centroamérica, según analistas consultados por COYUNTURA. El calor, por otro lado, aumentará.
Ante el incremento de incendios forestales, la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) en Honduras decretó Alerta Amarilla por 48 horas a partir del domingo 23 de marzo, con el objetivo de reforzar la vigilancia y la respuesta en las zonas más afectadas. De acuerdo con el Sistema de Alerta Temprana (SAT) y el Comité de Emergencia Municipal (CODEM), los focos de incendio más críticos se encuentran en Soroguara, El Tablón de Zelaya y Corralitos, donde equipos del Instituto de Conservación Forestal (ICF), el Cuerpo de Bomberos y la AMDC trabajan en la contención de las llamas.
La probabilidad de nuevos incendios sigue siendo alta, lo que ha llevado a declarar Alerta Verde en el resto del municipio. Las autoridades han solicitado la colaboración ciudadana para denunciar a través de la línea telefónica 100 a cualquier persona que provoque incendios de manera intencional.
Mientras Honduras enfrenta su propia crisis ambiental, Guatemala ha registrado una cantidad récord de incendios en lo que va del año. Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), 437 incendios han sido controlados hasta la fecha, con los departamentos de Guatemala, Quiché y Huehuetenango como los más afectados en lo que va de 2025. De estos, 306 han sido incendios forestales y el resto se ha producido en áreas urbanas y estructuras.
La tendencia al alza es preocupante: en 2024, solo se habían reportado 93 incendios en el mismo período, en toda Guatemala. Además, en un solo fin de semana, del 22 al 23 de marzo, las autoridades liquidaron 14 incendios. Uno de los más graves ocurrió el 16 de marzo en el vertedero de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (AMSA), cuya contaminación obligó a la suspensión de clases en comunidades cercanas.
Actualmente, los cuerpos de emergencia trabajan en la contención de siete incendios activos en los departamentos de Chiquimula, Guatemala, Quetzaltenango y Santa Rosa.
Por otro lado, el impacto ambiental de los incendios en Honduras es devastador. Según el Instituto de Conservación Forestal (ICF), hasta marzo de 2025 se han registrado 78 incendios forestales, afectando más de 1,556 hectáreas. El departamento de Choluteca es el más afectado, con 16 incendios y más de 600 hectáreas destruidas.
Los incendios forestales en el país han ido en aumento con el avance del año: en enero se reportaron 14 incendios, en febrero 23 y en lo que va de marzo ya suman 41. Esta escalada coincide con la temporada seca, que se extiende entre febrero y mayo.
Históricamente, Honduras pierde entre 50,000 y 65,000 hectáreas de bosque cada año debido a incendios y tala ilegal. En 2024, más de 3,100 incendios destruyeron 223,000 hectáreas, una cifra similar a la de 2023. Lo más alarmante es que más del 90 % de los incendios son provocados por el ser humano, ya sea por quema agrícola, caza furtiva o actos intencionales de "criminales del bosque".
A pesar de la gravedad del problema, la impunidad sigue siendo la norma, con un 97 % de los casos sin judicialización efectiva. Esto agrava la crisis ambiental de un país altamente vulnerable al cambio climático y los desastres naturales.
La lucha contra los incendios en Honduras y Guatemala sigue siendo un reto enorme para las instituciones encargadas de la protección ambiental. La falta de recursos, el difícil acceso a algunas zonas y la intencionalidad detrás de muchos de estos incendios complican la tarea de mitigación.
En ambos países, el llamado de las autoridades es claro: la colaboración ciudadana es clave para denunciar incendios provocados y evitar daños irreparables en los ecosistemas. Mientras las temperaturas siguen aumentando y la sequía persiste, el riesgo de nuevos incendios continúa latente, dejando en evidencia la urgencia de políticas de prevención más efectivas y el fortalecimiento de los sistemas de justicia para castigar a los responsables. Para cerrar marzo, la temperatura en Centroamérica oscilará entre 26 y 34 grados.
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