Él se mantuvo alejado del debate público en los últimos años, pero no ha sido el único en enfrentar este tipo de confinamiento forzado. Meses atrás, Humberto Ortega, hermano del actual mandatario y también excomandante del Frente Sandinista, murió en condiciones de aislamiento tras ser sometido a una vigilancia constante que le impidió comunicarse con el exterior.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua

Desde el sábado 08 de marzo de 2025, el excomandante de la Revolución Ciudadana de 1979, Henry Ruiz Hernández, permanece bajo un cerco policial en su residencia en el reparto Los Robles, en Managua. A sus 82 años de edad, el otrora guerrillero y exministro de Planificación de la primera administración sandinista enfrenta un aislamiento impuesto por la Policía de Nicaragua, sin acusaciones formales ni explicaciones oficiales sobre su confinamiento.
La presencia policial alrededor de su vivienda se ha mantenido constante, según fuentes consultadas por COYUNTURA, con al menos tres patrullas y un contingente de agentes que impiden su salida e "imposibilitan el ingreso de personas ajenas a su círculo familiar". De acuerdo medios independientes en el exilio, Ruiz intentó salir de su hogar para revisar su medidor de agua ante un inusual cobro de 15,000 córdobas por parte de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (ENACAL). Sin embargo, los agentes apostados en la zona le cerraron el paso y le ordenaron regresar a su vivienda, argumentando que obedecían "órdenes de arriba".
Desde entonces, el cerco policial ha restringido aún más el acceso a su residencia. Se ha prohibido la entrada de personas que le asistían con tareas domésticas, permitiéndose únicamente la visita de una de sus hijas, quien ha podido llevarle alimentos y medicamentos esenciales para tratar su diabetes. La falta de acceso a cuidados médicos especializados ha generado preocupación en su entorno cercano, dado su estado de salud.
Héctor Mairena, dirigente del movimiento opositor UNAMOS, denunció públicamente la situación, calificándola de "casa por cárcel de facto" y responsabilizando a la monarquía de Daniel Ortega y su esposa y comandataria Rosario Murillo por la integridad física del excomandante. "Henry Ruiz está completamente aislado, bajo el cerco policial", afirmó Mairena.
La Policía y el régimen sandinista han guardado silencio ante estas denuncias, una práctica habitual cuando se trata de restricciones y represión contra figuras históricas que en algún momento formaron parte del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) pero que, con el tiempo, se distanciaron de la cúpula gobernante.
El caso de Henry Ruiz no es un hecho aislado. En los últimos años, la dictadura Ortega-Murillo ha intensificado su persecución contra figuras históricas del sandinismo que han expresado críticas o han adoptado posturas contrarias a las de la familia en el poder. Uno de los casos más recientes fue el de Humberto Ortega, hermano del mandatario y exjefe del Ejército, quien permaneció bajo vigilancia y en condiciones de aislamiento hasta su fallecimiento en septiembre de 2024. Entonces, no hubieron ni honores de Estado.
Ruiz, conocido en la lucha revolucionaria como el "comandante Modesto", formó parte de la Dirección Nacional del FSLN, el órgano que lideró Nicaragua tras la caída de la dictadura de Anastasio Somoza Debayle. Junto a figuras como Daniel Ortega, Tomás Borge, Jaime Wheelock, y Luis Carrión, dirigió el país centroamericano durante la década de los años ochenta. Sin embargo, con el paso de los años, se alejó de la política activa y del debate público, marcando una distancia clara con el rumbo autoritario que tomó el sandinismo bajo el liderazgo de Ortega y Murillo.
Su última declaración pública sobre la situación de Nicaragua data de junio de 2019, cuando criticó el papel del Ejército en la crisis social, política, institucional y humanitaria que estalló en abril del año 2018 y exigió el desarme de los grupos parapoliciales que actuaban bajo la aquiescencia del Estado. "El Ejército de Nicaragua debe ser quien desarme al brazo armado de Ortega-Murillo y si tiene que ser cruento, que lo sea a menor costo", sostuvo entonces.
El caso de Henry Ruiz se suma a una larga lista de persecuciones políticas que el régimen sandinista ha ejecutado en los últimos años contra opositores, disidentes, periodistas, religiosos, exaliados y voces de todo tipo, no alineadas al oficialismo. Desde 2018, la represión ha escalado con encarcelamientos arbitrarios, exilios forzados, desnacionalizaciones y la imposición de arrestos domiciliarios sin órdenes judiciales. En ese sentido, Nicaragua tiene ahora en sus cárceles al menos a 50 connacionales por razones políticas. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) emitió hace siete días dos resoluciones contundentes en contra del Estado nicaragüense, reafirmando su preocupación por la sistemática violación de derechos humanos, y exigiendo la liberación de varios de los detenidos. En enero de este año, el sistema sandinista también fue condenado por irregularidades electorales en el proceso del año 2011.
Las restricciones impuestas a Ruiz evidencian una estrategia de control y silenciamiento contra figuras que, en otro momento, fueron pilares de la visión sandinista, pero que ahora son observadas y consideradas como amenazas para el régimen. Su aislamiento, sumado a las limitaciones para acceder a atención médica y el bloqueo de visitantes, plantea serias preocupaciones sobre su bienestar y la intención del FSLN de dejarlo en el olvido.

Un histórico del proceso armado
Henry Ruiz Hernández, conocido como "Modesto", nació en Jinotepe, Nicaragua, el 27 de septiembre de 1943 en el seno de una familia de escasos recursos. Su educación primaria la realizó en la Escuela General de San Martín, y la secundaria en el Instituto Nacional Juan José Rodríguez de Jinotepe. Desde temprana edad, se involucró en el pensamiento socialista, influenciado por su entorno familiar, y se integró a la Juventud del Partido Socialista Nicaragüense (PSN) en Carazo. En 1966, recibió una beca del PSN para estudiar en Moscú, donde se especializó en Física y Matemáticas. Sin embargo, su compromiso político lo llevó a vincularse con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, trasladándose en 1968 a Cuba para recibir entrenamiento militar.
En 1969, intentó retornar a Nicaragua junto con Tomás Borge, pero fue capturado en Costa Rica. Posteriormente, fue deportado a Colombia, luego a Perú y, finalmente, a México, donde en 1970 estableció contacto con Carlos Fonseca, recientemente rescatado de la cárcel de Costa Rica mediante un secuestro realizado por Carlos Agüero Echeverría.
Ruiz logró ingresar a Nicaragua en 1971 junto con Pedro Aráuz y asumió la responsabilidad de organizar una nueva etapa guerrillera en el norte del país centroamericano. Se convirtió en el máximo responsable de la montaña y en miembro de la Dirección Nacional del FSLN. En 1978, participó en la unidad de tendencias dentro del FSLN, representando a la Tendencia Guerra Popular Prolongada, lo que llevó a la firma de los Acuerdos de marzo de 1978 y su integración en la Dirección Nacional Conjunta.
En la fase final de la lucha revolucionaria, organizó la entrada de un contingente de sesenta combatientes armados a la región minera de Nicaragua, aunque la operación fracasó por condiciones climáticas adversas. En julio de 1979, ingresó a Matagalpa y, tras el triunfo de la Revolución Ciudadana, fue distinguido como Comandante, hasta desaparecer de la visión pública por completo.
La comunidad internacional y organismos de derechos humanos han denunciado repetidamente el deterioro de las libertades en Nicaragua, señalando el uso sistemático de la fuerza policial para reprimir cualquier disidencia. Mientras tanto, Henry Ruiz, uno de los arquitectos de la revolución que derrocó a la dictadura somocista, quien también fue ministro de Cooperación Extranjera en 1989, ahora enfrenta la cárcel dentro de su propia casa, bajo el yugo del mismo régimen que ayudó a construir.
En COYUNTURA, cada noticia y día de trabajo es un acto de valentía respaldado por personas, procesos, fuentes, documentos y perspectivas confiables, contrastadas y diversas, aunque muy a menudo debemos proteger la identidad de quienes informan y/o comentan. Pero la censura, la crisis económica y los obstáculos estatales y de seguridad no detienen a nuestra Redacción; seguimos informando con determinación, desde Centroamérica. Si has sufrido violaciones a tus derechos por un Estado centroamericano, o si quieres contar una historia, contáctanos a través de direccion@coyuntura.co o mediante la burbuja de mensajes en la parte inferior del medio.
Por otro lado, no te pierdas AULA MAGNA, nuestra radio en línea y plataforma de podcasts para la región y su gente, donde el periodismo y el entretenimiento se fusionan las 24 horas del día.
Juntos, construimos el puente de la verdad y la democracia, por eso ten en consideración adquirir una membresía de nuestro programa para socias y socios, con beneficios y servicios digitales únicos.
Комментарии