En una entrevista con el medio de comunicación Semana, el mandatario colombiano Gustavo Petro habló de su relación con la prensa y con el exmandatario Álvaro Uribe, sobre las primeras semanas de su período en el Ejecutivo, y acerca de las gestiones que ha realizado para abogar por la liberación de las presas y presos políticos en Nicaragua.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Bogotá, Colombia
El presidente de Colombia Gustavo Petro lleva 144 días en el poder y no oculta su postura sobre temas regionales. Por ejemplo, considera que el exmandatario peruano Pedro Castillo es "víctima" de un sistema que "tumba lo que no puede ganar en las urnas". Y sobre Nicolas Maduro, asegura que "se está normalizando la relación".
"Intento ser franco. La franqueza es fundamental en la democracia. Incluso en las relaciones diplomáticas que siempre le dicen a uno 'no hable', 'no diga', 'tiene que callarse'. Yo intento ser franco", dijo el actual gobernante sobre sus opiniones respecto a Álvaro Uribe, expresidente de Colombia (2002-2010). Fue entonces cuando la periodista y cabeza del medio colombiano Semana, Vicky Dávila, encontró el momento perfecto para preguntar sobre Daniel Ortega, dictador nicaragüense que este 2022 inició su cuarto mandato consecutivo, en medio de la administración más decadente y autoritaria en la historia del país centroamericano.
Y con esa franqueza de la que hablaba, Petro respondió: "con Ortega tenemos un pleito".
"¿Está haciendo cosas de dictador Ortega?", cuestionó Dávila.
Pero esta vez, con cierta duda o replanteamientos momentáneos, el mandatario colombiano dijo: "A mí no me gusta lo que pasa (en Nicaragua). Esa generación que hizo la revolución sandinista coincidió con la nuestra y fue amiga del M-19, en el año 79. Y mucha gente del M-19 fue a pelear en Nicaragua contra el dictador Somoza. Entonces, ahí había unas empatías y unos conocimientos, en esas épocas, y la mayoría de esa gente está presa. Ortega puso presa a la comandancia que hizo la revolución, y obviamente, pues, ummm. Yo pedí que liberen a Dora María Téllez, por ejemplo. Su papel fue fundamental para la revolución sandinista, y está presa. Y con ella varios de ese mismo tenor. Entonces, ahí no me gusta lo que está pasando".
"La Corte de La Haya dijo que teníamos que dialogar alrededor del tema del mar. Y hay que dialogar. Y hablando se entiende la gente al final. Pero la petición que hice para liberar a las personas que están presas no fue atendida por Ortega", sentenció el presidente colombiano, confirmando una vez más los intentos de su gestión para abogar por la liberación de las presas y presos políticos en Nicaragua, que ya suman 235 personas en total.
La solicitud de la que Petro habló se hizo pública en agosto de este año, cuando Colombia y Nicaragua tuvieron un canal de comunicación con una agenda humanitaria, considerada por muchos opositores nicaragüenses como una alternativa para la liberación de las y los reos de conciencia, que terminó fallando.
"Está muy sordo (Ortega)", comentó Dávila.
"Yo no me puedo meter tanto, como dicen, pero el poder, que lo dije en alguna entrevista, es una droga. Yo me imagino que muchos de estos presidentes llegaron viendo estas sillas doradas, las lámparas, los tapetes, y se engargonan, se engolosinan, sienten que ese es el poder", comentó Petro. "El poder es una droga. Te quita la perspectiva de la realidad, te la deforma, y te vuelve adicto", agregó el presidente.
La simpatía ideológica con Nicaragua en el contexto actual quedó distante en los comentarios y respuestas de Petro, a pesar de que el mandatario recordó los lazos entre la revolución en Nicaragua y el M-19 durante 1978 y 1979.
Álvaro Leyva Durán, titular de Relaciones Exteriores de la administración Petro, señaló en su primera entrevista desde su nombramiento (a W Radio) que los esfuerzos bilaterales con Nicaragua están enfocados en este momento en un tema "humanitario" y que más naciones deben involucrarse en la exigencia por las presas y los presos políticos del país centroamericano. "Convoco a todos los países a que se muevan y asuman la misma actitud que Colombia ha asumido últimamente. El Estado tiene que manifestarse y el presidente Petro, representado por la Cancillería, debe manifestar claramente que de ninguna manera estamos con el señor Ortega. Una cosa es una acción humanitaria y otra cosa es una confusión", señaló Leyva.
El otro litigio: el del mar
El 05 de diciembre dieron inicio las sesiones orales en el casi eterno litigio entre Colombia y Nicaragua en la Corte Internacional de Justicia de la Organización de las Naciones Unidas en La Haya, relacionadas con la "delimitación de la plataforma continental" entre ambos países "más allá de las 200 millas náuticas desde la costa nicaragüense".
A pesar de que en 2012 el tribunal internacional falló en contra del país suramericano, Bogotá no ha acatado la sentencia, e incluso tiene otro fallo en su contra (2022) en el que se asegura que Colombia "no debe intervenir en aguas de Nicaragua". Además, Managua confirmó en su momento "que la Reserva de Biósfera del Caribe Nicaragüense, creada en el 2021, se encuentra dentro de las áreas jurisdiccionales de Nicaragua en conformidad con las normas internacionales".
Colombia decidió cambiar de abogados; el régimen nicaragüense celebró otra victoria en abril de este año; y varios especialistas relacionados al pleito sobre el territorio marítimo aseguraron que la discusión puede tardar más años, e incluso causar más confrontación.
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