José Miguel Insulza, exsecretario general de la OEA, critica a Daniel Ortega por denunciar la Carta Interamericana y asegura que es un “dictador desesperado por aferrarse al poder”.
Por Voz de América | @VozDeAmerica
Política
Managua, Nicaragua
La decisión del presidente nicaragüense Daniel Ortega de denunciar la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) y anunciar su salida de ese organismo es una medida “lamentable y desesperada por aferrarse en el poder”, dijo a la Voz de América el exsecretario general de este foro regional José Miguel Insulza.
En un análisis sobre las implicaciones que tendría esta movida de Managua, el político chileno señala que históricamente ningún país se ha retirado de la OEA de una forma tan directa, salvo Venezuela, que recurrió a esta medida para evadir las acciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Cuba fue suspendida, pero nunca denunció la Carta de la OEA, y Venezuela, en cambio, no quería retirarse del organismo, sino salirse del radio de acción de la CIDH, y como la Comisión está consagrada en la carta de la OEA, entonces Venezuela optó por retirarse”, explica Insulza. Los alcances que tendría la decisión de Ortega, según el exdiplomático, es que la Asamblea General podría convocar una sesión extraordinaria y suspender a Nicaragua del organismo, adelantándose al plazo de dos años establecido para que proceda la denuncia de la Carta y la salida posterior del gobierno sandinista.
De darse este escenario, Insulza indica que Nicaragua quedaría suspendida de recibir créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, pero también de cualquier otro organismo que esté dentro de la OEA.
“Creo que lo más probable es que con esta decisión de Ortega, haya una réplica de la Asamblea General declarando que Nicaragua ha dejado de ser un país democrático y sea suspendido de su participación en el organismo”, lamenta Insulza.
Agregó que “la decisión de Ortega es muy lamentable, porque la OEA está integrada por 34 países y él ha decidido quedarse al margen. Yo no sé ese hombre hasta donde va a ir en su desesperación por aferrarse al poder. Es muy lamentable”.
Y aunque reconoce que difícilmente su voz podría ser escuchada, Insulza llama a Ortega a reflexionar, pues de lo contrario Nicaragua “va a pasar momentos difíciles” al aislarse del resto de la región.
“En nada ayudará al país el autoaislamiento de Ortega”, señala Insulza.
“El orteguismo es una mancha en una historia importante de Nicaragua y la verdad espero que cese ante este tipo de actitudes”, concluyó.
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