Durante la reunión del Comité de Huracanes de la Asociación Regional IV (AR IV) en Ciudad de Panamá, Rodney Martínez, representante de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), destacó la importancia de monitorear de cerca el comportamiento de los océanos, señalando que el Pacífico desempeñará un papel crucial este año. Explicó que las temperaturas más frías en el Pacífico podrían provocar un aumento en la frecuencia de los huracanes en el Caribe, lo que sugiere que la temporada del 2024 podría ser más activa que la del 2023.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Laguna de Perlas, Nicaragua
La temporada de huracanes del año 2024, que se avecina en el Caribe y el Atlántico, plantea preocupaciones profundas entre las y los expertos meteorológicos, quienes anticipan un panorama potencialmente más desafiante que el año anterior. Con la mirada puesta en los océanos y los patrones climáticos, estos especialistas se reunieron para analizar y anticipar los posibles escenarios que enfrentarán las regiones afectadas. Desde la Ciudad de Panamá, donde se ha congregado el Comité de Huracanes de la Asociación Regional IV (AR IV), se ha lanzado una advertencia sobre la posible intensificación de la actividad ciclónica en el Caribe. Rodney Martínez, representante de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para Norteamérica, Latinoamérica y el Caribe, ha señalado que el comportamiento de los océanos, en particular el Pacífico, desempeñará un papel crucial en la configuración de la temporada venidera. Martínez ha destacado que condiciones como el enfriamiento del Pacífico podrían aumentar la frecuencia de huracanes en el Caribe, sugiriendo que el 2024 podría no ser tan benigno como el año anterior en términos de actividad ciclónica.
El recuento de la temporada pasada ofrece una perspectiva inquietante, con 20 tormentas con nombre y siete huracanes, incluyendo varios de categoría mayor. Este nivel de actividad ha desconcertado a los expertos, quienes señalan la inesperada intensidad tanto en el Caribe como en el Pacífico. Ante este panorama, la prioridad del Comité de Huracanes es clara: coordinar esfuerzos para minimizar el impacto de los ciclones y salvar vidas en la región. Por ello, la colaboración internacional es fundamental en este esfuerzo. Más de 60 expertos de 27 países, representantes de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, se han unido en esta reunión para intercambiar información y establecer estrategias conjuntas. El Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (IMHPA) respaldó este encuentro, que buscó capitalizar las lecciones aprendidas de la temporada anterior y fortalecer los planes de preparación y respuesta para 2024.
Entre los temas abordados en la reunión se encuentra la revisión de la lista oficial de nombres de huracanes. Este proceso incluye la eliminación de los nombres asociados con los ciclones más devastadores del año anterior, en un esfuerzo por mantener actualizada y relevante la identificación de los fenómenos climáticos. Además, se están discutiendo los pronósticos y las previsiones para la próxima temporada, preparándose para enfrentar los posibles escenarios que se avecinan.
La incertidumbre sobre el comportamiento futuro de los océanos agrega un elemento adicional de preocupación. Brian McNoldy, investigador científico de la Universidad de Miami, ha señalado la posibilidad de un océano anómalamente cálido y condiciones neutrales o de La Niña, factores que podrían favorecer una actividad ciclónica elevada en el Atlántico. Si bien aún no se han publicado análisis definitivos por parte de la OMM y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de Norteamérica (NOAA), la probabilidad de que La Niña regrese entre junio y agosto de este año plantea interrogantes sobre la intensidad de la temporada.
Por otro lado, La Niña, un fenómeno climático natural, tiene un historial documentado de influir en la actividad de huracanes en el Atlántico. Su posible aparición esta temporada podría exacerbar aún más los desafíos ya planteados por las temperaturas oceánicas elevadas. Con modelos meteorológicos indicando una mayor probabilidad de actividad ciclónica, los países que podrían ser afectados -entre ellos de Centroamérica y Norteamérica- se preparan para afrontar una temporada que podría poner a prueba sus capacidades de respuesta y resiliencia, institucional y humana, una vez más. En este contexto, la colaboración y la preparación son fundamentales. Los esfuerzos coordinados a nivel regional e internacional pueden marcar la diferencia en la capacidad de las comunidades para hacer frente a los impactos de los huracanes y sus consecuencias. A medida que avanzamos hacia la temporada de huracanes del 2024, la atención se centra en la anticipación, la planificación y la acción colectiva para proteger vidas y mitigar los daños causados por estos fenómenos naturales cada vez más impredecibles y poderosos.
En COYUNTURA, cada noticia y día de trabajo es un acto de valentía respaldado por personas, procesos, fuentes, documentos y perspectivas confiables, contrastadas y diversas, aunque muy a menudo debemos proteger la identidad de quienes informan y/o comentan. Pero la censura, la crisis económica y los obstáculos estatales y de seguridad no detienen a nuestra Redacción; seguimos informando con determinación, desde Centroamérica. Si has sufrido violaciones a tus derechos por un Estado centroamericano, o si quieres contar una historia, contáctanos a través de direccion@coyuntura.co o mediante la burbuja de mensajes en la parte inferior izquierda del medio.
Por otro lado, no te pierdas AULA MAGNA, nuestra radio en línea y plataforma de podcasts para la región y su gente, donde el periodismo y el entretenimiento se fusionan las 24 horas del día.
Juntos, construimos el puente de la verdad y la democracia, por eso ten en consideración adquirir una membresía de nuestro programa para socias y socios, con beneficios y servicios digitales únicos.
Comments