El régimen Ortega-Murillo ha dejado en el limbo a Douglas Castro, economista y sociólogo nicaragüense, miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), galardonado con una beca para estudiar en la Universidad de Oxford. A pesar de su logro académico, Castro se encuentra atrapado en un limbo migratorio en Colombia debido a su condición de apátrida y a la negativa de la administración sandinista de renovar su pasaporte. Su lucha por continuar su educación y la falta de respuestas concretas revelan las promesas incumplidas de protección internacional para los perseguidos políticos fuera de Nicaragua.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Bogotá, Colombia
Douglas Castro, un joven estudiante de Nicaragua, ha sido galardonado con una codiciada beca para estudiar en la prestigiosa Universidad de Oxford, en el Reino Unido. Sin embargo, a pesar de este logro académico, Castro se encuentra en una situación desesperante debido a su condición de apátrida de facto y a la negativa del régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo de renovar su pasaporte. Actualmente se encuentra en un limbo migratorio en Colombia, donde solicitó refugio y espera una respuesta que aún no llega.
La noticia de la beca de Castro en la Universidad de Oxford fue recibida con gran entusiasmo y celebración. No solo había sido aceptado en el Latin American Centre, sino que también había sido admitido en el St Antony's College y el Reuben College. Además, su talento académico fue reconocido con la Beca Chevening del Reino Unido, que le otorgaba la oportunidad de estudiar en Oxford o realizar una maestría en Ciencia Política en el London School of Economics (LSE) o en la Universidad de Essex.
No obstante, a pesar de su éxito académico, Castro se enfrenta a numerosos obstáculos para poder concretar sus sueños educativos. Al convertirse en apátrida de facto, tras su desnacionalización -ordenada desde el Ejecutivo- su acceso a oportunidades y derechos básicos se ha visto severamente limitado. El régimen Ortega-Murillo le ha negado la renovación de su pasaporte, dejándolo atrapado en un estado de incertidumbre migratoria.
Castro decidió huir de Nicaragua debido a la persecución política que enfrentaba en su país natal. Con la esperanza de encontrar protección y oportunidades en Colombia, contactó con la Cancillería de dicho país para solicitar ayuda. Presentó dos derechos de petición, según relató este viernes 16 de junio, pero lamentablemente recibió respuestas insustanciales y poco alentadoras.
A pesar de encontrarse en Colombia, su situación como solicitante de refugio le impide acceder a una educación adecuada. Aunque fue aceptado para cursar una Maestría en Ciencia Política en la Universidad de los Andes, su salvoconducto como solicitante de refugio le impide concretar esta oportunidad. Sin pasaporte y con un estatus migratorio precario, Castro se encuentra en un estado de limbo que amenaza su futuro académico y profesional.
La experiencia de Castro refleja la triste realidad de cientos de nicaragüenses que huyen de la persecución política en su país. A pesar de estar fuera de las fronteras de Nicaragua, el régimen Ortega-Murillo continúa violando los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Las promesas de protección internacional parecen ser meramente simbólicas, ya que no se traducen en acciones concretas para garantizar la seguridad y el bienestar de los perseguidos.
La historia de Douglas Castro nos recuerda la importancia de brindar asistencia y protección a aquellos que huyen de situaciones de violencia y persecución. Las becas y oportunidades educativas son una vía vital para reconstruir vidas y contribuir al desarrollo de individuos y sociedades.
Es fundamental que los Gobiernos y las instituciones internacionales redoblen sus esfuerzos para garantizar el acceso a la educación y los derechos fundamentales de los refugiados y solicitantes de asilo, brindando soluciones concretas y reales a situaciones como la de Castro y muchos otros que enfrentan circunstancias similares.
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