Algunos de los tres millones de refugiados ucranianos que lograron escapar de la guerra se están refugiando más allá de Polonia y Europa del Este. Los que llegan a España ya tienen permiso de trabajo.
Por Alfonso Beato | @VozDeAmerica
Guerra en Ucrania
Barcelona, España
En la pequeña localidad catalana de Guissona, en el noreste de España, uno de cada siete habitantes es ucraniano. Ahora, tras la invasión rusa, este lugar acoge a sus familiares venidos de Ucrania y los vecinos han recurrido a la ayuda humanitaria.
El Gobierno ha hecho arreglos para que los niños asistan a la escuela. Según Jaume Ars Bosch, Alcalde de Guissona,"Cataluña ha establecido ya los protocolos para la incorporación de estos niños y niñas a la escuelas ordinarias y en este momento ya están asistiendo, no todos están asistiendo ya a la escuela".
En el pueblo, una cooperativa agrícola emplea a más de 5.000 personas, muchos de ellos son ucranianos.
Mykola Grynkiv ha convertido su cibercafé en un almacén de ayuda humanitaria. Desde allí, organiza las entregas de camiones a Ucrania: "Si nosotros ayudamos con medicinas podemos liberar los fondos de nuestro gobierno", cuenta.
Por su parte, Tetiana Miakoytina es una refugiada ucraniana que ha llegado con su hijo huyendo de los bombardeos en Kiev.
Según ella, cuando viajaron por territorio ucraniano, pasaron muchos controles: "En todos los puntos de control estaban verificando la documentación, por lo que nuestro viaje fue muy largo. Pasamos las noches en lugares escondidos, debido a muchos bombardeos. Durante estas noches, estuvimos con los niños en lugares subterráneos escondidos de los bombardeos”.
Su esposo permanece en Kiev, debido a una orden del Gobierno que impide que los hombres de entre 18 y 60 años salgan de Ucrania para que puedan defender el país.
Los estados miembros de la Unión Europea han decidido activar una ley que permitirá a los ucranianos obtener permisos de residencia por al menos un año.
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