Bajo el lema "talento y creatividad que transciende", la 13ª edición de Nicaragua Diseña, evento impulsado por Camila Ortega Murillo, asesora con rango de ministra e hija del binomio en el Poder Ejecutivo, mostró nuevamente el rostro de la moda y las tendencias de la temporada bajo el influjo del poder sandinista. Con desfiles de alto presupuesto, carentes de transparencia, y respaldado por un aparato estatal alineado al esfuerzo, el evento pretendía consolidarse como la "plataforma más importante de moda en Centroamérica", a pesar de estar lejos de serlo y no solo por las sanciones internacionales que adornan al clan de hermanos que lo promueven.
Por Juan Daniel Treminio | @DaniTreminio
Managua, Nicaragua
Trece años después, el glamour prometido aún no llega a Nicaragua Diseña. El evento, impulsado por Camila Antonia Ortega Murillo, hija del matrimonio presidencial, busca cada año erigirse como la "joya de la moda" en Nicaragua y ahora como el evento de moda "más importante" de Centroamérica, aunque su brillo sigue siendo opaco. La 13ª edición, celebrada del viernes 25 al domingo 27 de octubre de 2024 en el Centro de Convenciones Olof Palme, desplegó una agenda de tres días de pasarelas y actividades con más de 50 desfiles, 120 modelos, 30 diseñadores locales y más de una docena de internacionales, en un nuevo intento por convencer de que esta es la plataforma de moda más relevante del país. Sin embargo, a pesar del respaldo financiero, está lejos de lograrlo.
Este año, surgieron más cuestionamientos que elogios sobre la imagen que Nicaragua Diseña intenta proyectar, en contraste con la realidad que rodea a sus organizadores y patrocinadores. La plataforma, que aspira a consolidarse como un referente de moda en la región, cuenta con un robusto financiamiento estatal y el respaldo de instituciones gubernamentales, aunque carente de transparencia y escrutinio. Este año, además, contó con el apoyo diplomático de las embajadas de Colombia y El Salvador, que buscan darle mayor legitimidad y alcance.