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Eliseo Núñez: "Esta elección será la más importante que hemos vivido, por encima de la guerra"

Eliseo Núñez es un político que desde joven ha estado muy de cerca en los espacios de tomas de decisiones. Fue diputado suplente hasta que Daniel Ortega lo expulsó de la Asamblea Nacional junto a otros 27 colegas opositores en julio del 2016. Desde entonces, Núñez no ha estado involucrado de lleno en un partido u organización y su trabajo ahora es meramente técnico en la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD).



En esta entrevista a profundidad, Núñez comparte un poco más sobre su trabajo de asesoría en organización territorial para las estructuras de la ACJD, y sus perspectivas sobre el futuro y trabajo actual de algunos partidos políticos. Además, explica porqué la Coalición y la oposición en sí deben replantear sus estrategias para construir una mejor alternativa ante la dictadura.


¿Tu trabajo en la Alianza es un trabajo que te pone cerca de los espacios de poder?


"Yo no tomo decisiones políticas. Es un trabajo técnico que conlleva la conformación de estructuras, pero estructuras que yo no hago, simplemente las superviso. Lo que sí hago es el entrenamiento".


Pero, ¿esta es una forma de desarrollar tu carrera política?


"Básicamente esto me permite tener una cercanía muy grande con la gente en todos los departamentos del país, incluyendo Managua. Sin embargo, una de las razones por las cuales creo que confiaron en mí para esta labor es lo que yo he dicho públicamente y sostengo, que yo no voy a aspirar a ningún cargo público, o al menos no en un futuro inmediato. Ahorita el espacio político para acceder a cargos públicos le pertenece a otras personas".


¿A qué tipo de personas?


"Jóvenes, estudiantes, campesinos, incluso gente del sector privado que no ha participado en política".


¿Y los representantes de los partidos políticos?


"Son pocos. Solo es PLC y CxL. A estas alturas, porque las crisis así son, te hacen escuchar intensamente nombres como Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Violeta Granera, ectecera, etcetera, y esta gente no proviene del sector político, y Medardo, incluso, sino que provienen de sectores como la sociedad civil o la empresa privada, que han ejercido un liderazgo político en los últimos años producto de la crisis.


"Yo miro que los partidos políticos en este juego tienen una gran oportunidad de redimirse, si realmente son generosos y prestan el espacio que ellos tienen de una casilla para la conformación de una Alianza donde los principales actores no sean ellos. Esto les pondría de cara a una oportunidad de reconstruirse. Hacer eso no es una concesión sin retribución. Compartir lo que saben y lo que tienen para que el cambio suceda, les daría una oportunidad de poder volver a crecer a como eran antes y ser partidos que realmente disputen el poder".


¿Están aprovechando los partidos políticos esta oportunidad?

"Yo creería que no. Están viendo la política a cómo la han visto siempre, con un gran sesgo de creer que están ahí para apoderarse de los espacios para ellos, en lugar de ver que es momento de hacer un alto en el camino, ceder lo suficiente para poder recoger frutos después. Eso no lo están entendiendo".


En ese caso, ¿qué deben hacer los partidos opositores?


"Los partidos tienen que reconocer que han sido parte del problema hasta el día de hoy, y que toda la clase política hemos sido parte del problema, yo mismo lo he sido. El tema es que sí se puede diferenciar a quienes han sido parte del sistema y a los que no han sido parte del sistema, los partidos sí lo son. Sin embargo, en esta conformación de una opción electoral conjunta, básicamente tienen que confiar los unos de los otros y esto implica que si hay problemas para confiar, por ejemplo en los MRS por la trayectoria de los 80, esa misma desconfianza hay con los liberales, entonces, eso les obliga a dar un voto de confianza mutuo, pero no indefinidamente porque eso no da soluciones".


Según el contexto, ¿este proceso electoral será similar o diferente a los anteriores?


"El proceso electoral en sí mismo es un parteaguas, independientemente de lo que Ortega haga; de que si da o no da reformas, de que hará fraude o no, y la probabilidad más baja es que no lo haga. Todo es un parteaguas, porque la crisis política deterioró la base que sostiene a Ortega. Él entra a una Elección sin piso, y eso indica que independientemente de que se la robe o haga lo que quiera, porque tiene la fuerza de la Policía y del Ejército, no va a tener ningún tipo de legitimidad, al menos que esté dispuesto a dar una Elección en la que se cuenten bien los votos y que esté dispuesto a perder. Ese es el dilema que él tiene.


Ortega con sus 76 años tiene poco interés en el futuro del Frente, y el Frente no va a sobrevivir a Ortega en el camino que va. Esta elección es importantísima, creo que esta Elección será la más importante que hemos vivido incluso por encima de la de la guerra, porque es una Elección que nos puede condenar a volver a repetir el conflicto armado o alejarnos de él a través de una sucesión que permita que el pueblo hable con los votos".


¿Cuánto peso tiene la unidad ante cualquiera de las situaciones que has planteado?


"Es algo que la gente quiere y en política el mensaje lo da la gente, y la gente pregona unidad, y ahora, ¿qué tipo de unidad? Es una pregunta sin resolver, pero creo que al final vamos a tener la mejor coalición posible y no la coalición perfecta".


¿Tiene futuro esta Coalición?


"Está trabada. Está patinando sobre sí misma. Ha cometido errores gravísimos, porque para mí el hecho de no admitir a los estudiantes como una fuerza beligerante fue un error gravísimo, y no ha generado más que conflictos, entonces, al generar conflictos, ha venido deteriorándose. Yo creo que tiene que repensarse, y, ojo, no estoy diciendo que se vaya alguien, sino la manera y distribución de los grupos. Repensar qué es lo que miran en el futuro, repensar cómo se van a tomar las decisiones, y, principalmente, repensar cómo se va a trasladar todo esto a un modelo que genere una cultura política democrática y no la cultura política que tenemos".


¿Se puede repensar otra alternativa que no sea la Coalición?


"No quisiera pensar que se está dando el final de esto porque implicaría un momento de incertidumbre muy alto, pero creo que la Coalición, a como está, iría camino a estrellarse sino vuelve a rediseñar sus pasos y que se planteen salidas que permitan que se acabe el conflicto interno y que nos enfoquemos en ganarle a Ortega. Todas las organizaciones que integran la Coalición tienen que reconocer que el modelo que han planteado no funcionó, ha generado demasiados conflictos, y cuando algo genera tanto conflicto, y cuando hay tanta gente que está discutiendo que no quiere eso, entonces el problema es el modelo y no la gente".


A estas alturas del juego, ¿a qué podría estar apostando CxL?


"La apuesta que veo en Kitty es hacer un planteamiento desde las élites y ese planteamiento desde las élites no funciona. En este momento un planteamiento de ultraderecha en Nicaragua no funciona, y Kitty está haciendo un planteamiento de ultraderecha. Creo que tiene que ser mucho más abierta para plantear una solución al país; que se aleje por el momento de los temas ideológicos y se acerque a los temas de democracia versus dictadura".


Esta semana Ortega elevó el tono y las amenazas. ¿Ha identificado algún tipo de presión de parte de la oposición?


"Con toda la discusión que se está dando alrededor de la oposición, Ortega lo que necesita ahora es rematar a los opositores, ya no a la oposición. Ortega está apostando a que la división se va a consolidar. Lo que tiene que hacer es eliminar a opositores ya sea por la vía de la cárcel, el exilio e incluso por la vía que lo ha hecho, que es la vía del asesinato".


¿A la comunidad internacional le sigue interesando el tema de Nicaragua?


"Se sigue observando. No es una prioridad, actualmente, pero tampoco significa una mejoría de las perspectivas que hay sobre Ortega. El mero statu quo ya es perjudicial para Ortega. La tendencia que marca la comunidad internacional ahorita es que Ortega empeora o mantiene el status quo y las dos cosas no son buenas para él".


Después de tu trayectoria con los grupos liberales, ¿te seguís sintiendo liberal?


"Yo soy muy orgulloso de mis ideas liberales, pero yo creo que el país requiere de una solución en la que dejemos por un lado las ideologías, pero al final del día creo que un planteamiento liberal será el planteamiento postransición. Yo apuesto a que ahorita necesitamos entrar a un período de transición, un periodo de transición que no tiene soluciones ideológicas marcadas; tiene que ver con temas más de fondo, temas de libertades y de derechos. Pero sigo creyendo que la solución a la inequidad y la solución de la pobreza pasa por políticas económicas y sociales liberales que sean capaces de brindar servicios de alta calidad en temas como la educación y la salud, y ser regulatorio sin estorbar en las andanzas del bien privado".


De los partidos que se dicen ser liberales, ¿cuál rescatarías?


"Ninguno de los dos partidos, CxL y PLC. Ninguno es liberal. son partidos de tendencia conservadora. Lo que hay que rescatar es la marca liberal y en ese sentido lo que se puede hacer es formar un nuevo partido liberal con mayores fortalezas o ver la manera de construir algo alrededor de las dos o tres opciones liberales que existen, pues ya sea una especie de alianza o lo demás. Tanto las posiciones de Kitty, como las del PLC, me parecen que son del área del conservadurismo, estrictamente desde el punto de vista ideológico. El liberalismo en este país tiene que ser replanteado, con ideas absolutamente nuevas sobre el individuo".


¿Cuál es el tema al que la ciudadanía nicaragüense debe dar mayor prioridad?


"Lograr tener un sistema electoral que permita rediscutir el contrato social. Actualmente el contrato social está roto, desde abril para acá ya no hay contrato social, y la única manera de rediscutir el contrato social es saber cuánto pesa cada quién, y para saberlo el sistema electoral tiene que ser confiable, entonces, no vas a salir de la crisis sino volvés a pesar a todos los actores, y, basado en el peso de cada actor, hay que plantear una discusión sobre el nuevo contrato social que requiere el país".


¿Cuáles son tus perspectivas para el cierre de este año?


"En lo político Ortega va a llevar todos los temas divisorios a la palestra de la oposición. Por ejemplo, el ir o no ir a las Elecciones sin reformas, tener que ir en qué partido político y aceptar el modelo que él está imponiendo. En lo social, un país con más heridas que no han sanado y que requieren de un nuevo contrato social, lo vuelvo a repetir, para poder empezar a sanar esas heridas. La fibra social del país está rota y no hay capacidad actualmente de poder confiar en otros miembros de la sociedad, porque la sociedad está dividida entre quienes matan y quienes son víctimas, y una sociedad así jamás va a generar prosperidad".

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