El Sistema de Integración Centroamericana (SICA), un organismo regional clave en la consolidación de la paz, la democracia y el desarrollo en Centroamérica -que nunca llegan-, enfrenta una de sus mayores crisis internas desde su creación en 1991, según analistas consultados por este medio. La propuesta del régimen nicaragüense de nombrar a Valdrack Jaentschke, un leal aliado del mandatario sandinista Daniel Ortega, como nuevo secretario general, ha generado una fuerte reacción por parte de la oposición nicaragüense y diplomáticos centroamericanos, que ven en esta movida una grave amenaza para la integridad y los principios fundacionales del SICA.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
La actual controversia en torno a la posible elección de Valdrack Jaentschke como secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) ha desatado una ola de críticas y preocupaciones entre la oposición nicaragüense y líderes políticos de la región. En ese sentido, varias organizaciones opositoras nicaragüenses, reunidas bajo la Plataforma de Unidad por la Democracia (PUDE), emitieron este sábado 24 de agosto de 2024 un fuerte pronunciamiento condenando la propuesta del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que busca colocar a Jaentschke en uno de los cargos más importantes del organismo regional, y criticando la postura de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien ha manifestado su apoyo a la candidatura de Jaentschke. Según los opositores, este respaldo es una muestra clara de la "complicidad" de Castro con el régimen autoritario de Ortega, lo que pone en peligro los valores democráticos que deben guiar a la región.
Una elección controvertida
El rechazo a la candidatura de Jaentschke no es casual. El funcionario, quien ha ocupado diversos puestos diplomáticos bajo el régimen sandinista al mismo tiempo -entre asesor, embajador y representante interino-, es conocido por muchos como un operador político leal a Ortega y su esposa Murillo, con un historial que incluye supuestas actividades de espionaje contra opositores tanto dentro como fuera de Nicaragua. Según PUDE, la posible elección de Jaentschke representaría una seria amenaza para los principios de transparencia y democracia que deberían regir al SICA, un órgano que enfrenta amplias denuncias de irregularidades y posicionamientos inertes para los problemas de la ciudadanía centroamericana y regional.
En un comunicado emitido desde San José, las organizaciones opositoras manifestaron que "el apoyo al candidato Valdrack Jaentschke, un conocido operador político del régimen y exfuncionario de inteligencia involucrado en actividades de espionaje contra opositores, es una afrenta a los principios de transparencia y democracia que el SICA debe defender". Esta preocupación se ve exacerbada por el interés del régimen sandinista de incluir a Rusia como observador permanente del SICA, una movida que, según los opositores, iría en contra de las premisas del Protocolo de Tegucigalpa, que busca consolidar la democracia en la región.
"La relación de Daniel Ortega con Rusia y otros regímenes crueles de la región y el mundo es naturalmente preocupante, pero llevarla a la mesa centroamericana es alarmante, casi que desquiciado", comentó a este medio una politóloga nicaragüense bajo la condición de anonimato por seguridad.
El papel de Honduras y las críticas a Xiomara Castro
Otro aspecto que ha generado controversia es el aparente apoyo de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, a la candidatura de Jaentschke, aunque esta todavía no ha sido confirmada. Este respaldo es duramente criticado por los opositores nicaragüenses, quienes consideran inaceptable que Castro actúe como aliada del régimen de Ortega. "Es inaceptable que la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, actúe como aliada del régimen nicaragüense, facilitando la elección de un candidato que no representa los valores democráticos ni el respeto a los derechos humanos que deberían guiar a nuestra región", señalaron en su declaración.
Las críticas hacia Castro no se limitan a Nicaragua. En un evento reciente en México, el diputado y excandidato presidencial costarricense Fabricio Alvarado también expresó su preocupación por el apoyo a Jaentschke, afirmando que sería un grave error respaldar a un "operador político del régimen nicaragüense de Ortega". Alvarado, durante un evento religioso el sábado, advirtió a la administración de Costa Rica, en manos del presidente Rodrigo Chaves, sobre el error que representaría permitirle a Ortega su terna en el poder del SICA.
La posible elección de Jaentschke como secretario general del SICA pone en riesgo la integridad del organismo, que ha estado sin líder desde la renuncia de Werner Vargas en noviembre de 2023. Vargas, también nicaragüense, fue propuesto por el régimen de Ortega para ocupar el cargo durante el período 2022-2026, pero su renuncia ha dejado un vacío que el régimen busca llenar con otro de sus leales. La terna presentada por Nicaragua, que incluye a Jaentschke, Violeta Irías Nelson, de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, y a la diputada oficialista Irís Marina Montenegro Blandón, ha sido recibida con escepticismo por parte de la oposición y de algunos líderes regionales. La elección de cualquiera de estos candidatos sería vista como una extensión del control del régimen de Ortega sobre el SICA y la narrativa regional, lo que podría debilitar aún más la ya frágil integración regional.
La respuesta de la región
Hasta el momento, la reacción de los demás países miembros del SICA ha sido limitada. Aunque algunos líderes, como Fabricio Alvarado, han expresado su preocupación, la mayoría ha optado por el silencio. Este mutismo podría interpretarse como una falta de consenso dentro del SICA, donde las decisiones se toman por unanimidad. El analista político y exdiputado nicaragüense Eliseo Núñez Morales ha señalado que la falta de reacción pública de los otros miembros del SICA podría deberse a la complejidad de la situación. "Ortega está utilizando el SICA como un campo de batalla para sus propios intereses políticos, y eso está poniendo a prueba la capacidad del organismo para mantener su integridad", afirmó Núñez Morales.
Juan Sebastián Chamorro, líder opositor nicaragüense y expreso político, coincidió en que la estrategia de Ortega es clara: intentar imponer su voluntad en el SICA para consolidar su control sobre la región. Sin embargo, Chamorro advirtió que el régimen podría estar subestimando la resistencia que enfrenta dentro del organismo, donde algunos países aún defienden los principios democráticos.
Un organismo en crisis
El SICA, fundado en 1991 con el objetivo de promover la paz, la libertad, la democracia y el desarrollo en Centroamérica, se enfrenta a una de sus mayores crisis desde su creación. La posibilidad de que el régimen de Ortega logre imponer a uno de sus operadores políticos en la secretaría general amenaza con desvirtuar los principios fundacionales del organismo, "y sería una estocada grave para la defensa de los derechos y las libertades", comentó la politóloga. Mientras tanto, Héctor Mairena, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), ha sido uno de los más críticos con la situación actual del SICA. Mairena ha señalado que Ortega intenta manejar el SICA con el mismo autoritarismo con el que maneja Nicaragua y las instituciones estatales, y que la falta de una respuesta firme por parte de los otros miembros podría tener consecuencias graves para la integración regional.
"El SICA no puede permitirse ser manipulado por intereses autoritarios," afirmó Mairena. "Si el organismo cede ante las presiones del régimen de Ortega, perderá su credibilidad y su capacidad para cumplir con su misión de promover la democracia y el desarrollo en la región", agregó.
La disputa sobre la elección del nuevo secretario general del SICA es un reflejo de las tensiones y desafíos que enfrenta la integración centroamericana en la actualidad. La posible elección de Valdrack Jaentschke, un leal al régimen de Ortega, ha desatado una serie de críticas y preocupaciones, no solo en Nicaragua, sino también en otros países de la región. La próxima decisión del SICA sobre esta cuestión será crucial para determinar el futuro del organismo y su capacidad para mantenerse en pie, cuando la fragilidad y el conflicto es el día a día de los países centroamericanos. En un momento en que la democracia y los derechos humanos están bajo amenaza en varias partes del mundo, el SICA se encuentra en una encrucijada que podría definir su papel en la región en los próximos años.
El canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, negó este domingo 25 de agosto de 2024 que exista una candidatura propuesta por el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, para la Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana, desmintiendo rumores sobre el apoyo a un candidato específico, como Valdrack Jaentschke, o cualquier otro propuesto, incluso por el expresidente hondureño Manuel Zelaya. Reina subrayó que el proceso de elección del nuevo secretario general sigue las "normativas regionales" y criticó la "difusión de noticias falsas" al respecto.
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