Lo único diferente fue la carta que Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores enviaron a sus amistades de El Carmen, una misiva que parecía más una profecía de despedida, ya que la pareja venezolana presagia una pronta salida, y es probable que en el próximo aniversario de Sandino ya no estén en el poder. Además, surgen las expectativas de sí estarán presentes o no el próximo 19 de julio, para bailar en otro culto a la estrella de siete picos, que desde ya se prepara para la celebración del 44/19, en donde se prevé que se diga más de lo mismo.
Por Juan Daniel Treminio | @DaniTreminio
Managua, Nicaragua
Siempre lo mismo. Siempre los mismos. Las mismas caras, el mismo coro, las mismas alabanzas. La misma indumentaria y la misma distribución, en el mismo lugar. El mismo hombre, el mismo sermón. La misma chumpa roja, la misma introducción. El mismo monitor en el que se ven ellos mismos, diciendo y haciendo lo mismo. Se consumen así mismos.
Y no es que el otro bando sea diferente. Es también lo mismo. El mismo pleito, la misma gente acusándose, de lo mismo.
Pero el evento del jueves 18 de mayo era para celebrar los 128 años del natalicio del mítico general Augusto César Sandino, ese fantasma que selló con su existencia una infinita perturbación, que segundo a segundo carcome las tripas del debate político y la cotidianidad del nicaragüense, como episodios constantes de sobrevivencia, similares a las escenas de "El Juego del Calamar", donde prevalecen cuestionamientos como: ¿Sos sandinista-orteguista o solo sandinista?, o, ¿solo orteguista?, ¿Se pueden ser las dos cosas a la vez o solo una al mismo tiempo? Y la respuesta nunca acaba a pesar de ser la misma: Ortega de Sandino y Sandino de Ortega.
Mientras el otro bando pregona, al mismo tiempo: "Unidad para la división y división para la unidad".
Pero como lo que pretende esta crónica es no repetir lo mismo, sino encontrar lo diferente dentro de lo mismo, en esta ocasión lo diferente no fue siquiera la carta que el dictador-homólogo de Venezuela le envió a su pareja amiga de El Carmen, alusiva a la ocasión sandinista. Fue sino el sabor que ésta dejó.
Entre líneas, el mensaje que envió Maduro y que el comandante leyó en voz alta causó una sensación de auxilio revolucionario, y a su vez profetizaba una despedida. Ante esta solicitud de socorro lo único que le puede ofrecer el binomio de Managua es demagogia pura, en todos los estados de la materia, sólida, líquida o gaseosa. Toda esa demagogia que hasta el día de hoy les ha servido para entronarse en el poder y seguir haciendo lo mismo, dictando y ejecutando desde el mismo lugar.
"Por si las moscas"
Muchas veces se ha dicho que Maduro está pronto a irse, pero lo cierto es que él y su mujer han seguido ahí, bailando como si nada. Pero el bailecito de cara a las elecciones presidenciales en el gigante suramericano lo llevan a un ritmo lento. Mientras tanto, la valerosa opositora Maria Corina Machado, que repunta en las encuestas como favorita para ganarle al dictador Maduro, revive la eufórica esperanza, recorriendo municipio por municipio el país petrolero, avisando a la gente de que algo puede cambiar con el voto masivo en los próximos comicios, a los que Maduro no ha querido poner fecha.
Con insistencia, cordura y coherencia, valores políticos de los que carece la oposición nicaragüense, la dirigente Machado poco a poco ha ido tejiendo las bases locales, levantando masas, preparándose, por si las moscas, o los votos, lo permiten.
Si las moscas de El Carmen no se aligeran para asesorar al dictador venezolano en cómo descahimbar el proceso electoral, no se deben de descartar las posibilidades de que esta vez la dictadura venezolana sí se vaya. Pero, por si las moscas, es mejor irse despidiendo de los carmentianos, y ojalá que en el próximo aniversario de Sandino ya no estén en el poder para no escuchar el mismo saludo.
"Queridos amigos: Cilia y yo les hacemos llegar un abrazo solidario e infinito del pueblo venezolano y de los pueblos que luchan por su soberanía. Nos despedimos, convencidos y confiados en que Nicaragua y la Revolución Popular Sandinista seguirán invictas", pregonaba la carta desde Miraflores, Caracas.
Además, surgen las expectativas sobre si el matrimonio venezolano estará presente el próximo 19 de julio, para bailar en otro culto a la estrella de siete picos, que desde ya se prepara para la conmemoración de la Revolución Ciudadana de 1979, en donde se prevé que se diga más de lo mismo.
Lo que no fue lo mismo
La compañera solo habló hasta el final de la bailadera. Andaba tostada y cansada. A pesar de ser parienta de Sandino no encontró motivos para coger el micrófono durante la ceremonia.
Y como recientemente se levantó la emergencia pandémica por la Covid-19, Julio César Avilés, jefe del Ejército y brazo izquierdo de la dictadura de Nicaragua, se quitó la mascarilla, pero el comandante le quitó la mascareta, y por primera vez admitió en cadena nacional que el Ejército del país SÍ PARTICIPÓ en los crímenes de lesa humanidad ejecutados desde abril de 2018.
"Lo hicimos", dijo el dictador, justificando la sangría que ejecutó con sus policías, paramilitares, policías voluntarios y militares. "Con el Ejército resguardando zonas estratégicas", manifestó Ortega tácitamente.
Los pasos prohibidos
El comandante no baila porque su cuerpo se lo pida, sino porque el gusano de su cerebro le exige enviar falsos mensajes sobre sus condiciones mentales, físicas y políticas. ¿Acaso pasará bailando todo el día en su despacho y esa sea la razón por la que solo aparece dos veces al mes?
El baile se ha convertido en parte de lo mismo, pero nunca bailan juntos, a pesar de que la compañera Murillo también lo hace. ¡Claro que tiene sus dotes de bailarina!, y hasta sus pasos prohibidos. Si es verdad que a la pareja carmentiana le gusta bailar deberían sacarle mayor provecho a su tiempo libre, para subir bailecitos en TikTok. Eso los haría un poquito más humanos. Se harían más famosos por sus pasos prohibidos que por su hostil y sanguinaria forma de gobernar.
Pero en este aniversario del germen convertido en héroe, Sandino, se enfatizó una vez más que la razón del baile continúa siendo el odio, la proteína de la división social, que circula por las arterias del triángulo equilátero centroamericano.
Así como van las cosas, el próximo año será otro aniversario más de Sandino, de la Revolución Ciudadana, y también de Nicaragua Diseña. Es seguro que estén los mismos, diciendo lo mismo, en el mismo lugar, y con la misma gente, para que cuando los desterrados regresen, algún día, no encuentren nada extraño, ya que estos también siguen en lo mismo.
Suscríbase aquí a El Boletín de COYUNTURA y reciba las noticias de la actualidad de Nicaragua, Centroamérica y el mundo.
Comments