En un concierto realmente íntimo y repleto de emociones, las guitarras y voces de Luis Mejía Godoy y Jandir Rodríguez se encontraron por última vez como parte de una gira por varias ciudades de Europa, para retratar con música, poesía y consignas la crisis social, política y humanitaria que ambos cantautores padecen junto a cientos de nicaragüenses en el exilio desde el año 2018. Un recital en el que dos generaciones se encontraron para entonar canciones de una misma causa.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Sant Boi de Llobregat, España
"Yo ya tengo mi kilometraje más o menos... pero mi carburador es bueno. Y Jandir tiene la maquina nuevecita", bromeaba el cantautor nicaragüense de 77 años de edad, Luis Mejía Godoy, la noche de este lunes 05 de diciembre desde un sencillo pero prometedor escenario. Sin embargo, las voces y agilidad con la guitarra, tanto de Mejía como de Jandir Rodríguez, emocionaron hasta las lágrimas por igual al público que decidió compartir con el dúo -nada improvisado- un recital lleno de algarabía y protesta ciudadana, en el centro cívico Cal Ninyo del municipio de Sant Boi de Llobregat, España.
Desde temas como "Quiero", el más reciente trabajo individual de Rodríguez, hasta las rítmicas y casi sagradas canciones como "Somos Hijos del Maíz" de Mejía. Ambos nicaragüenses, exiliados en Guatemala y Costa Rica, respectivamente, finalizaron una gira por varias ciudades de Europa -iniciada en noviembre- recitando poesía y entonando sus piezas más icónicas hasta el momento, que detallan sus propias realidades y de la cientos de nicaragüenses desplazados desde 2018 a raíz de la crisis múltiple generada por la represión del régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
"La música nos toca las fibras del alma a todos y todas. Nos revela, nos libera y nos sana. La música borra fronteras y tiende puentes. Nos convoca para la esperanza. La música, nos hace más humanos, y más hermanos", declamó Mejía entre los agudos de su guitarra. "Yo creo que mi tierra es Nicaragua, pero mi patria es la música", agregó el autor de "Pobre la María", aquella bachata-pop que nació en 1993 y cuenta la historia de una mujer con dos hijos que quiere ganarse la vida, mostrando las diversas perspectivas de una realidad.
Videoteca:
Con aforo completo y varias banderas de Nicaragua, el lugar era un choque entre jóvenes y adultos mayores, españoles, nicaragüenses y de alguna otra nacionalidad, pero bajo una misma causa.
"La lucha cívica nicaragüense debe estar ahí; en las guitarras, en la música, en la voz de quienes aún podemos decir algo al respecto", señaló una ciudadana catalana, quien también recuerda cómo la revolución nicaragüense de 1979 y procesos como la gran alfabetización tuvieron protagonismo en Cataluña y toda España, lugares en donde la ciudadanía ahora se sorprende de las atrocidades cometidas por los Ortega-Murillo, autoproclamados "revolucionarios".
Y entre otros versos de Gioconda Belli, Claribel Alegría y Ernesto Cardenal, tanto Mejía como Rodríguez recordaban las historias de las mujeres que aún guardan prisión en las celdas de Nicaragua por razones políticas, de las madres que perdieron a sus hijos y ahora exigen justicia (pero no venganza) desde la Asociación Madres de Abril (AMA), y de quienes perdieron su vida sin razón alguna, pero con la causa de la libertad.
Rodríguez y Mejía, de forma inédita, se presentaron en diez fechas diferentes, y musicalizaron la realidad nicaragüense por España, Holanda, Alemania y Francia.
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