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Donald Trump ordenó desmantelar USAID, poniendo en riesgo millones de vidas y cientos de proyectos humanitarios

A medida que se materializa la reducción de USAID y el cierre de cientos de sus programas, la comunidad internacional y cientos de trabajadores sociales alrededor del mundo observan con incertidumbre cómo Estados Unidos, históricamente el principal donante de ayuda humanitaria, se aleja de su rol como líder global en la promoción del desarrollo y la cooperación internacional.


Por Jairo Videa | @JairoVidea

Washington, Estados Unidos de Norteamérica
Sede de la Agencia de los Estados Unidos de Norteamérica para el Desarrollo Internacional en Washington, en febrero del año 2025 | Fotografía de Getty Images/The Washington Post por Pete Kiehart
Sede de la Agencia de los Estados Unidos de Norteamérica para el Desarrollo Internacional en Washington, en febrero del año 2025 | Fotografía de Getty Images/The Washington Post por Pete Kiehart

El pasado viernes 07 de febrero de 2025, el presidente estadounidense Donald Trump solicitó formalmente la disolución de la Agencia de los Estados Unidos de Norteamérica para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), un ente fundamental en la promoción de la ayuda humanitaria global. La decisión, respaldada por el multimillonario Elon Musk y en el marco de una iniciativa para reducir el gasto público a través de varias ordenes ejecutivas, ha dejado a la comunidad internacional consternada, especialmente a aquellos que dependen de la ayuda de USAID en el mundo. El propietario de X (antes Twitter), Tesla y otras empresas globales, y el mandatario dicen que Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) se dirige hacia la bancarrota sin los recortes del Departamento de Eficiencia Gubernamental.


La agencia, creada en el año 1961, con un presupuesto anual superior a los 50,000 millones de dólares, se ha posicionado como el principal brazo de la política exterior humanitaria estadounidense, actuando en más de 120 países. Sin embargo, la administración de Trump ha decidido desmantelar gran parte de su estructura, lo que implica la reducción drástica de su personal de más de 10,000 empleados a menos de 300 del servicio exterior y otros funcionarios públicos locales, según informes de The New York Times y NBC News.


La USAID ha sido un pilar clave en los esfuerzos de Estados Unidos por ofrecer asistencia en áreas como salud, educación, desarrollo económico y derechos humanos, distribuyendo miles de millones de dólares cada año en ayuda. En 2023, la agencia destinó más de 1,700 millones de dólares a América Latina, siendo Colombia, Haití, Venezuela y Guatemala los principales beneficiarios. Esta retirada de fondos afectará de manera severa a países como Honduras, que perderá aproximadamente 180 millones de dólares anuales en asistencia.


Según Trump, la USAID es un "nido de marxistas de izquierda radical" que, a su juicio, dilapida recursos en programas innecesarios relacionados con igualdad de género y sostenibilidad, entre otros. Por otro lado, Musk, quien lidera la comisión encargada de recortar el gasto público, ha apoyado esta visión, argumentando que la agencia es ineficiente y carece de responsabilidad en su funcionamiento.


El anuncio ha generado reacciones contundentes en la comunidad humanitaria y de derechos humanos. Samantha Power, exdirectora de la USAID durante la administración de Joseph Biden, calificó la disolución de la agencia como uno de los errores más graves de política exterior de EE.UU., un acto que podría poner en peligro millones de vidas y desestabilizar regiones enteras. En una columna publicada en The New York Times, Power señaló que este tipo de decisiones favorece a líderes autoritarios y extremistas, que verían con agrado el debilitamiento de la influencia estadounidense en el ámbito internacional. En otras palabras, China, Rusia, Irán y Corea del Norte podrían aumentar su influencia en puntos claves de América y el mundo.


La USAID ha sido una herramienta crucial en la proyección del poder blando de EE.UU., especialmente en competencia con otras potencias como China. La congelación de la ayuda externa y el cierre de sus operaciones pone en jaque la capacidad de Washington para contrarrestar la creciente influencia de Beijing en regiones como África, América Latina y el Sudeste Asiático.


El impacto de esta decisión trasciende las fronteras de EE.UU., especialmente en regiones vulnerables. En Colombia, por ejemplo, los pueblos indígenas de la Amazonía advirtieron que la posible disolución de USAID podría incrementar significativamente la deforestación, el narcotráfico y la minería ilegal en sus territorios. "Si USAID definitivamente cierra, la deforestación va a crecer, el aumento del narcotráfico va a crecer, el aumento de la minería ilícita va a crecer", afirmó Oswaldo Muca Castizo, coordinador de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC).


Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, expresó su preocupación sobre las repercusiones para la influencia de Estados Unidos en el ámbito global. Con la disminución de su presencia internacional y la pérdida de apoyo a países en desarrollo, la posición de Washington como líder en la cooperación internacional podría verse debilitada, a favor de actores como China y Rusia, que ya han intensificado sus esfuerzos de ayuda exterior, con infraestructura e inteligencia militar, política y social.


A pesar de los esfuerzos del gobierno de Trump por reducir los costos y "recortar lo superfluo", la decisión ha sido fuertemente impugnada por diversos sectores. El sindicato de empleados de la USAID, AFSA, anunció que recurrirá judicialmente la medida, argumentando que solo el Congreso tiene la autoridad para llevar a cabo un recorte tan radical en una agencia tan relevante.


La USAID, con su enorme presupuesto y la capacidad de movilizar recursos hacia áreas de urgente necesidad, representa el 42 % de la ayuda humanitaria global. Esta disolución podría generar una crisis de proporciones globales, especialmente para los países que dependen de esta asistencia para combatir crisis sanitarias, desastres naturales y conflictos. En 2023, USAID distribuyó fondos significativos en regiones como América Latina, donde la asistencia ha sido esencial para programas de salud, desarrollo económico y derechos humanos.


El ataque a la USAID no es el único frente abierto por la administración Trump en su constante esfuerzo por modificar la dirección política y cultural del país. El mandatario también ha tomado decisiones controvertidas sobre el Centro Kennedy en Washington, desmantelando su junta directiva debido a desacuerdos sobre su visión para las artes y la cultura. Esta actitud refleja una tendencia hacia la imposición de la prometida agenda conservadora, nacionalista y proteccionista en diversas áreas de la política pública, a la vez que cuestiona la legitimidad de instituciones clave como la Corte Penal Internacional (CPI).


En cuanto a la política exterior, las medidas adoptadas por Trump parecen alinearse con su enfoque aislacionista, priorizando los intereses internos a costa de una mayor cooperación internacional. Esta postura podría tener efectos duraderos en la imagen de EE.UU. y su influencia sobre los asuntos globales, mientras que sus aliados tradicionales, incluidos miembros de la Unión Europea, observan con creciente preocupación el rumbo que ha tomado la política exterior estadounidense.


La propuesta de desmantelar la USAID y la estrategia de recorte del gasto público impuesta por Trump y Musk representan un cambio drástico en la manera en que Estados Unidos de Norteamérica se proyecta ante el mundo. Mientras la comunidad internacional se prepara para enfrentar las consecuencias de esta decisión, millones de personas en países en desarrollo que dependen de la ayuda estadounidense podrían ver amenazadas sus vidas y el acceso a servicios esenciales.


Esta medida, lejos de ser una reforma administrativa aislada, marca el inicio de una nueva era de repliegue y desinterés de Estados Unidos por los problemas globales, con implicaciones que podrían perdurar por generaciones.


 

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