Aurora, una ciudad de más de 340,000 habitantes ubicada cerca de Denver, ha sido el foco de rumores y acusaciones, amplificadas por Donald Trump y sus aliados. Durante un discurso este viernes, el exmandatario presentó imágenes de personas en uniformes naranjas de prisión, a las que describió como miembros de pandillas de inmigrantes ilegales venezolanos.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Colorado, Estados Unidos de Norteamérica
En un mitin realizado este viernes 11 de octubre de 2024 en Aurora, Colorado, el expresidente y candidato presidencial Donald Trump lanzó uno de sus planes más polémicos y agresivos hasta la fecha: la denominada "Operación Aurora". Esta iniciativa, que tiene como objetivo la deportación masiva de inmigrantes desde Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) que, según él, están vinculados con pandillas, ha generado una ola de críticas por su tono xenófobo y el uso de una retórica de criminalización que apela al miedo y la desinformación.
Trump inició su discurso con la promesa de detener lo que denominó la "invasión" de inmigrantes y cerrar programas del actual gobierno que, según él, facilitan la llegada de personas indocumentadas al país. Aseguró que, al asumir la presidencia, lanzaría una operación a nivel federal dirigida a capturar y deportar a todos los inmigrantes ilegales vinculados con pandillas, utilizando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Esta antigua ley, casi nunca invocada en la historia contemporánea de Estados Unidos, permite al presidente deportar ciudadanos no estadounidenses si provienen de países con los que EE.UU. está en guerra. Trump pretende aplicarla para justificar su plan.
La narrativa del miedo
En el centro de su discurso en Aurora, una ciudad con una población significativa de inmigrantes venezolanos, Trump dirigió sus ataques hacia esta comunidad, afirmando que la ciudad estaba "infectada" por pandilleros venezolanos, en particular la pandilla conocida como Tren de Aragua (TDA). Su retórica, cargada de lenguaje incendiario y deshumanizador, fue recibida con aplausos de sus seguidores, quienes corearon consignas nacionalistas al unísono. Para reforzar su mensaje, Trump acompañó su discurso con imágenes de personas vestidas con uniformes de prisión, representando a inmigrantes que, según él, pertenecen a pandillas. A través de su narrativa, intentó vincular la creciente presencia de inmigrantes venezolanos en Aurora con un aumento en la criminalidad, aunque las estadísticas locales desmienten estas afirmaciones.
El alcalde republicano de Aurora, Mike Coffman, fue uno de los primeros en desmentir las declaraciones de Trump, calificándolas de "exageradas" y afirmando que la tasa de criminalidad en la ciudad había disminuido. Coffman también rechazó la idea de que Aurora estuviera bajo el control de pandillas venezolanas, argumentando que se trataba de un incidente aislado que no representaba la situación general de la ciudad.
El mitin de Aurora es el último ejemplo de cómo Trump ha utilizado la inmigración como uno de los pilares de su campaña presidencial. A lo largo de los últimos meses, ha intensificado su retórica antiinmigrante, dirigiendo su atención a comunidades locales que han recibido a un gran número de inmigrantes. Trump ha afirmado que estos grupos no solo están ejerciendo presión sobre los recursos locales, sino que también están contribuyendo a un aumento en la delincuencia.
Sin embargo, líderes locales y demócratas han sido enfáticos en señalar que las afirmaciones de Trump están basadas en desinformación. El representante Jason Crow, un demócrata de Colorado, subrayó que no existe ninguna "toma de control" por parte de pandillas en Aurora, como sugirió el expresidente, y calificó las afirmaciones de "mentiras flagrantes". Según Crow, el aumento en la inmigración en el área metropolitana de Denver ha sido significativo, pero los problemas de seguridad mencionados por Trump son mínimos y aislados.
En un contexto nacional, más de 40,000 inmigrantes han llegado a la región en los últimos dos años, en su mayoría familias venezolanas que huyen de la pobreza y la violencia en su país de origen. No obstante, Trump ha aprovechado esta situación para fortalecer su discurso antiinmigrante, sugiriendo que estos inmigrantes son responsables de una serie de problemas, desde la delincuencia hasta la presión sobre los servicios locales.
Uno de los aspectos más controvertidos del plan de Trump es su propuesta de endurecer las penas para los inmigrantes que cometan delitos en suelo estadounidense. En su discurso, pidió la pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de la ley, una medida que ha sido calificada de excesiva y contraria a los principios básicos de derechos humanos. Además, Trump afirmó que su administración revocaría el estatus de protección temporal que actualmente permite a ciertos inmigrantes, como los haitianos, permanecer en Estados Unidos de Norteamérica. Por otro lado, con su compañero de fórmula, JD Vance, Trump también ha difundido teorías conspirativas en otras comunidades, como Springfield, Ohio, donde afirmó que inmigrantes haitianos habían estado robando y sacrificando mascotas. Estas acusaciones han sido rápidamente desmentidas por las autoridades locales, pero no han evitado que la campaña de Trump continúe propagando miedo entre sus seguidores.
Aunque Colorado no es considerado un estado clave en las próximas elecciones, el mitin en Aurora demostró la estrategia de Trump de apelar a sectores de la población temerosos ante los cambios demográficos. Con su discurso centrado en la inmigración y la seguridad nacional, Trump busca movilizar a sus votantes con la promesa de una acción rápida y contundente si llega nuevamente a la Casa Blanca. A medida que se acerca la fecha electoral, queda claro que el expresidente seguirá utilizando tácticas de polarización y desinformación, posicionando la inmigración como uno de los principales ejes de su campaña. Frente a estas propuestas, su oponente, la actual vicepresidenta Kamala Harris, deberá encontrar formas de contrarrestar estas narrativas sin caer en el mismo juego divisorio que Trump domina, porque la migración y la comunidad latina siguen siendo de los grandes temas a definir el voto en noviembre, para ella y para el magnate que busca un segundo período no consecutivo en la Casa Blanca.
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